Zapatero continúa tirando del superávit del Estado para intentar ganar las elecciones. En el último momento posible, en la aprobación del proyecto de Presupuestos de 2008, decidió completar sus ofertas anunciadas en los últimos meses con una mini rebaja fiscal del 2% en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).
En vez de aprobar una sola reforma fiscal ambiciosa en su legislatura, el presidente del Gobierno ha optado por aprobar dos muy moderadas en estos cuatro años, de modo que la segunda se produce muy cerca del proceso electoral.
Ayer el propio presidente anunció en Radio Nacional de España -antes de reunir al Consejo de Ministros- que se iba a incorporar la rebaja a la Ley de Presupuestos, además del cheque bebé (2.500 euros por hijo o adoptado) o las ayudas al alquiler de viviendas prometidas en las últimas semanas. Los asalariados, -especialmente los que se beneficien de todas las promesas- percibirán más ingresos a partir de enero -dos meses antes de las elecciones- al encontrar menores retenciones en sus nóminas. El resultado final llegará en la declaración de la renta que presenten en el año 2009.
La rebaja fiscal se produce mediante la deflactación -el descuento del efecto de la inflación oficial prevista del 2%- de la tarifa del IRPF y también con el aumento del mínimo personal y de las deducciones por rendimientos del trabajo. El Gobierno del PSOE ya había deflactado la tarifa en sus primeros años en el poder, pero nunca había hecho lo propio con las otras dos medidas.
El mínimo personal general pasará de los 5.050 euros actuales a 5.151. Y la reducción para, por ejemplo, un contribuyente con rendimientos netos del trabajo superiores a los 13.260 euros, pasará de 2.600 euros a 2.652 con el consiguiente modesto efecto en la base imponible.
El vicepresidente segundo, Pedro Solbes, presentó esta reducción para ayudar a las familias en dificultades por la subida de los hipotecas y como una medida obligada «para neutralizar el efecto de la inflación». Sin embargo, el IPC rondará el 3% a final de año y no es nada seguro que se sitúe en el 2% previsto de 2008.
Además, los que realmente pueden ahorrar factura fiscal significativa son los que combinen todas las promesas electorales. «Una pareja menor de 30 años, en la que ambos miembros trabajan, con unos ingresos de 16.000 euros cada uno, un hijo nacido en 2008 y una vivienda alquilada por 600 euros mensuales antes pagaría 1.386 euros y ahora recibiría 1.343 euros y una ayuda directa por alquiler de 2.520 euros. Su ahorro total sería de 5.231 euros».
El equipo de Hacienda tuvo que buscar casos rebuscados como éste, porque el Gobierno no ha decidido una gran rebaja general, sino una modesta para todos y más generosa para segmentos concretos de población, sobre todo jóvenes, que es donde el PSOE confía encontrar nuevos caladeros de voto.
La teoría económica es que, en tiempos de desacelaración como los que se avecinan, no conviene reducir demasiado el superávit y, si se hace, que sea para una rebaja general de impuestos que provoque un cierto nivel de dinamismo. Pero no ha sido el caso. Es «una opción política que pretende favorecer a los sectores que más lo necesitan», afirmó el ministro de Hacienda en rueda de prensa en el Palacio de la Moncloa. En su opinión, el presupuesto «no es electoralista».
Se da la circunstancia de que la anterior rebaja fiscal de 2006 fue tan modesta, que tal como ha ido creciendo la economía, Zapatero iba a saldar su legislatura con un incremento de la presión fiscal. Para que no fuera así, era necesario acometer un nuevo recorte, como no ocultó el vicepresidente segundo.
El coste total para la rebaja del IRPF aprobada ayer asciende a 2.290 millones de euros, una cantidad que prácticamente liquida el superávit oficial del Estado -sin contar la Seguridad Social- previsto para este año, aunque Zapatero ya ha asegurado que éste será superior, por lo que no se gasta todo lo ahorrado.
La factura es también similar a la de la reforma de 2006, que sí fue más generalizada. El desglose facilitado por Solbes es de 1.000 millones por el cheque bebé, 350 millones de apoyo al alquiler de las rentas más bajas y 940 millones por el descuento del efecto de la inflación. Esta última cantidad se desglosa a su vez en 257 millones por la deflactación de la tarifa, 466 por el aumento de los mínimos personales, y 216 por los rendimientos del trabajo.
Es llamativo que esta medida de tener en cuenta la inflación suponga un esfuerzo tres veces mayor que la de los alquileres impulsada por la ministra de Vivienda, Carme Chacón y que fue presentada a bombo y platillo por ella y Zapatero en el mismísimo Palacio de la Moncloa el pasado martes.
Sociedades
En total, Solbes presentó como legado una reducción de impuestos en estos cuatro años de 8.600 millones de euros, entre las dos rebajas del IRPF y la de Sociedades. En este último campo de las empresas, se incluye en los Presupuestos de 2008 una segunda fase de recorte de manera que bajará al 30% de los beneficios, desde el 32,5% actual.
Solbes reflexionó que todo ello se hace manteniendo el superávit en las cuentas del Estado. El actual es del 1,8% del PIB y caerá al 1,1% en 2008, en que se percibirá más claramente la desaceleración. No obstante, el Gobierno prevé que la economía española seguirá creciendo un 3,3% el año próximo, mostrándose más optimista que los analistas.
El vicepresidente aseguró que «con estos Presupuestos se cierra una legislatura marcada por el superávit en las cuentas públicas y una nueva orientación del gasto público, centrado en las políticas que más contribuyen a incrementar la productividad y el crecimiento económico, por un lado, y el bienestar social de los ciudadanos, por otro».
El proyecto aprobado ayer será remitido el próximo martes al Congreso de los Diputados y el Gobierno espera contar con apoyos suficientes gracias al PNV y a Esquerra Republicana de Catalunya, tras el último aumento de inversión en su comunidad.