Estalló el sudoku. El Gobierno presentó ayer un reparto de inversiones entre comunidades autónomas en las que José Luis Rodríguez Zapatero congela las inversiones en Madrid y maltrata a las comunidades con menos votantes y escaños a repartir. En contraste, incrementa las de las comunidades con Estatut o con alto interés electoral.
La gran derrotada en el reparto de la electoralista Ley de Presupuestos para 2008 es la Comunidad de Madrid, con apenas un 0,07% de incremento, frente al 36% de Cataluña y el 17,79% de la media nacional.
Cuando todos los ojos estaban puestos en cuál sería el reparto presupuestario por comunidades en las últimas cuentas de la legislatura, Zapatero ha enviado una señal de venganza a la Comunidad que gobierna Esperanza Aguirre. El líder socialista y su amigo Miguel Sebastián cosecharon un sonoro fracaso electoral en Madrid en los últimos comicios autonómicos y municipales.
La gran beneficiada del pastel es Cataluña que, tras el acuerdo alcanzado entre Hacienda y la Generalitat catalana cuatro días antes del cierre del proyecto de ley, logra convertirse en la Comunidad que más dinero recibirá el año que viene del Estado: un total de 4.347 millones de euros, por encima incluso de Andalucía, pese a que los habitantes de ésta cuentan con una renta per cápita inferior en un 51%.
La cantidad para la Comunidad catalana se desglosa en 3.625 millones de inversión y una propina de 722 adiciones «para proyectos a determinar», según explicó ayer el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña. Es la primera vez que una Comunidad no foral recibe una partida presupuestaria sin tener aún proyectos definidos, pero, como dijo ayer el vicepresidente segundo, Pedro Solbes, «hay que cumplir con los estatutos».
Ocaña subrayó, con fundamento, que no se puede analizar el reparto presupuestario de un solo año, porque existen comunidades que se benefician puntualmente de una autovía o una línea ferroviaria de alta velocidad. Por eso es importante que Cataluña y Baleares hayan logrado amarrar durante siete años seguidos una alta inversión estatal en infraestructuras. Ambas son también territorio especial de caza de votos para el PSOE, al igual que Andalucía, que con su disposición estatutaria, basada en la población, logra un notable aumento del 20,95%.
Solbes se defendió resaltando que «la inversión que más crece es la de la Comunidad Valenciana», gobernada por el PP. Sin embargo, su incremento del 25% es inferior al catalán y al balear al sumar las partidas adicionales para ambas, previstas en los Presupuestos pero fuera de las tablas oficiales. Hacienda no facilitó cifras homologables de Cataluña con el resto porque «es un pelín complicado», ironizó Solbes. Este asumió que «este año se ha solucionado el sudoku», pero que en años venideros no podía garantizarlo.
El vicepresidente económico valenciano y consejero de Hacienda, Gerardo Camps, afirmó que la cifra revela «una vez más el incumplimiento del Gobierno socialista» y reivindicó su peso en el PIB y su población. El grueso de la subida corresponde, además, a la obligada llegada del AVE al territorio.
También crecen por debajo de la media las inversiones en comunidades sin peso electoral (ver gráfico adjunto), pese a que su nivel de renta requeriría mayor esfuerzo que otras. Extremadura recibirá 679 millones, menos que la partida extra «a determinar» en poder de la Generalitat de José Montilla. La inversión en La Rioja crece un 0,33% y la de Galicia, un 10,7% hasta el punto de que el BNG no garantiza su apoyo a los Presupuestos. Murcia sube un 8,8% y Castilla-La Mancha, un 7,19%, aunque su presidente, el socialista José María Barreda, se dio por satisfecho porque, en términos de inversión por habitante, considera beneficiado su territorio. El País Vasco ha logrado renovar su Ley del Cupo, considerado privilegiado por el resto.