A veces, el agua no sirve para aclarar las cosas y el dicho se vuelve inútil. En el circuito de Fuji, la lluvia embarró una carrera complicadísima y, como si de un duende maligno se tratase, llevó de la mano a Fernando Alonso a ponerse más lejos que nunca de un Mundial que parecía tener cada vez más cerca después de las últimas carreras. Pero a falta de 26 vueltas para el final del Gran Premio de Japón, y bajo un aguacero que no perdonaba errores, Fernando Alonso pisó demasiado el arcén exterior de la salida de la curva 100R y se fue contra las defensas.
A gran velocidad, el McLaren se despedazó en su parte trasera derecha y dio tres vueltas completas sobre sí mismo, después de haber volado a un metro del suelo, para quedar completamente detenido en medio de la pista. Más aturdido por lo que acababa de perder en el campeonato que por el propio golpe, el piloto español se bajó del monoplaza y comenzó a decir adiós al Mundial. Allí, casi definitivamente, pudieron haber quedado estrelladas sus posibilidades de ganar el campeonato en 2007. Ahora, sólo un milagro puede dar la vuelta a una situación completamente favorable para Lewis Hamilton. El pupilo de Ron Dennis puede coronarse en la próxima y crucial cita de China, que se disputa dentro de seis días en Shangai.
La carrera japonesa fue un drama acuático desde el arranque. La lluvia había arreciado durante toda la noche en la zona de Fuji, y no se calmó con el amanecer. Tanto líquido había sobre la pista a la hora de la carrera, que la salida con el coche de seguridad fue lo más aconsejable. Por ello, los tres bólidos plateados -el de seguridad y los dos McLaren- encabezaron el pelotón durante 20 larguísimas vueltas. La lluvia seguía azotando la pista nipona y las deliberaciones en el control de carrera eran continuas. Aunque la meteorología no había mejorado nada, los pilotos al menos habían cogido confianza con ese medio tan difícil. Finalmente, comenzaba el GP de Japón.
Los dos McLaren no se molestaron. Hamilton delante de Alonso y, por detrás, algunos roces. La carrera se fue estabilizando y todos tomaban buenas notas del asfalto. Los únicos que se vieron envueltos en una sorprendente parada en boxes fueron ambos Ferrari, que habían salido con ruedas intermedias, sin hacer caso a la obligación impuesta por la FIA de comenzar la carrera con ruedas de lluvia. Con los coches rojos hundidos en el fondo del pelotón, los McLaren tenían que discutir entre ellos la victoria. Hasta las primeras detenciones en boxes, que se convirtieron en únicas en toda la carrera, apenas hubo novedades. El diluvio, por su parte, no cesaba.
Sin embargo, en medio de ese vendaval, los dos coches plateados sufrieron una buena dosis de vehemencia por parte de algunos rivales. Primero fue Hamilton quien recibió un golpe del polaco Robert Kubica. El piloto de BMW le tocó en la rueda trasera izquierda y el McLaren terminó fuera de la pista. Sin daños, Hamilton regresó al asfalto y trazó titubeante las siguientes curvas. Allí aprovechó Kovalainen, y quiso hacer lo propio Vettel, pero el inglés lo impidió al borde del choque.
Precisamente, había sido el joven alemán quien venía de tocarse con Alonso, con quien se encontró de golpe en la primera curva. El asturiano acabó con el coche mirando en dirección contraria. El piloto de Toro Rosso intentó una maniobra muy justa en condiciones precarias y Alonso pagó cara la osadía del novato, quedando aún más retrasado y lo peor, con el coche muy dañado en el flanco izquierdo, donde flameaban los pequeños alerones. En esa maraña de acontecimientos sucesivos, fueron muchos los que destacaron y entre ellos estaba el sorprendente Vettel. Con su Toro Rosso, el joven alemán llegó a encaramarse a la cabeza, seguido de Webber.
Correr bajo el agua iguala las posibilidades y eso perjudicó a Alonso, que salió de boxes detrás de un grupo de rivales que le alejaron de Hamilton. Lentamente, la victoria estaba cada vez sujeta con más fuerza por el británico, mientras el español estaba atascado en un coche repleto de carburante. Allí, sobrevino lo peor. Intentando recuperar y faltando 26 vueltas, el sueño se terminó de golpe. Por primera vez en el año y por primera vez en su vida, abandonaba un McLaren destrozado. Era el primer accidente que tenía con una de las flechas de plata. Justo en el momento menos adecuado. Los restos del McLaren quedaron tan esparcidos que el coche de seguridad tuvo que intervenir. Ni eso calmó al inglés, que hizo diferencias inmediatas cuando se reanudó la carrera. Su camino rumbo al título estaba despejado, si el infortunio no le acosa.
HAMILTON ROZA EL TITULO
Es campeón con una victoria el próximo domingo en Shangai
Es campeón si suma nueve puntos en las dos carreras restantes; le basta firmar un cuarto y un quinto puesto
Es campeón si Alonso y Raikkonen no consiguen puntos en China
Es campeón si suma un punto más que Alonso y Raikkonen en la carrera del próximo domingo