Lunes, 1 de octubre de 2007. Año: XVIII. Numero: 6497.
ÚLTIMAS NOTICIAS TU CORREO SUPLEMENTOS SERVICIOS MULTIMEDIA CHARLAS TIENDA LOTERÍAS
Primera
Opinión
España
Mundo
Ciencia
Economía
Motor
Deportes
Cultura
Toros
Comunicación
Última
Índice del día
Búsqueda
 Edición local 
M2
Catalunya
Baleares
 Servicios 
Traductor
Televisión
Resumen
 de prensa
Hemeroteca
Titulares
 por correo
 Suplementos
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economía
Motor
Viajes
Salud
Aula
Ariadna
Metrópoli
 Ayuda 
Mapa del sitio
Preguntas
 frecuentes
Donde hay leyes, el que las cumple no tiene motivos para temblar (Vittorio Alfieri)
 ESPAÑA
DESAFIO NACIONALISTA / El todavía presidente del PNV vuelve a mostrar en el Alderdi Eguna las profundas diferencias que le separan de Ibarrexte / Apuesta por conformar acuerdos entre 'diferentes y transversales'
Ibarretxe advierte que no le va a 'temblar el pulso' frente a Zapatero
ROBERTO L. DE CALLE

FORONDA (ALAVA).- Rodeado de miles de simpatizantes, en la que fue la despedida de Josu Jon Imaz como presidente del PNV ante su militancia, el lehendakari, Juan José Ibarretxe, reiteró su apuesta por celebrar una consulta el 25 de octubre del próximo año y dejó claro que un hipotético acuerdo a este respecto con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no pasa de ser algo deseable, que no una necesidad.

Publicidad
Aclamado por las bases del PNV durante el Alderdi Eguna (Día del Partido), Ibarretxe afirmó que no le «temblará el pulso» a la hora de celebrar dicha consulta, incluso sin el aval de Zapatero, convencido de que se trata de una iniciativa legal; recogida, por ejemplo, en el Estatuto de autonomía andaluz, e inherente a su cargo. «Si es ilegal consultar a la sociedad, ¿de qué sirve el autogobierno vasco, de qué sirve ser lehendakari?», se preguntó.

Tras su intervención, el todavía presidente del PNV, Josu Jon Imaz, defendió un mensaje que ilustra las profundas diferencias metodológicas que separan a ambos. Prueba de ello fue que el todavía presidente de la Ejecutiva nacionalista no hizo ni una sola mención a la consulta para la que hace sólo dos días Juan José Ibarretxe puso plazos, y, por el contrario, insistió en la necesidad de conformar «acuerdos entre diferentes y transversales».

Porque, donde Imaz ve un «cimiento» para la construcción del país -la búsqueda de «acuerdos entre diferentes», es decir, entre nacionalistas y no nacionalistas- y la superación del Estatuto de Guernica, Ibarretxe observa un «derecho a veto» del Partido Socialista, única formación no nacionalista que se avendría a negociar. Y mientras Imaz busca atraer a los socialistas a esta negociación, el lehendakari confía en obtener el aval de la izquierda abertzale en el Parlamento vasco para poder habilitar su consulta.

Ayer, el presidente del PNV abundó en su tesis al proclamar la necesidad de que su partido se empeñe en la búsqueda de dicho acuerdo transversal. «Si lo hacemos así, Euskadi, nuestra casa, será sólida. Y a los que se ríen de la transversalidad se les caerá la casa y el país al primer vendaval», advirtió gráficamente.

Imaz lanzó este mensaje en medio del debate abierto por Ibarretxe sobre la celebración de una consulta popular para el 25 de octubre de 2008, y que tiene enfrente, no sólo a Rodríguez Zapatero y al Partido Popular, sino también a la propia izquierda abertzale.

Estatuto andaluz

El lehendakari justificó el órdago que lanzó al presidente del Gobierno al afirmar que no permanecerán «parados si las cosas no salen como queremos»; aseguró que su consulta no es ilegal, porque otros estatutos de autonomía como el andaluz, la tienen recogida, y destacó el carácter democrático, que no vinculante, de la misma.

Además, lanzó una pregunta al aire con profundas connotaciones políticas: «Si es ilegal consultar a la sociedad, ¿de qué sirve el autogobierno vasco, de qué sirve el lehendakari?».

Por último, reivindicó abiertamente el liderazgo de su partido y la autoría del «proyecto detrás del cual movilizarse», la consulta ciudadana. «Nos tienen que brillar los ojos, hay que estar ilusionado para levantarnos de la cama cada día», dijo.

Precisamente, las únicas formaciones que avalaron su iniciativa el pasado viernes en el Parlamento vasco, sus socios de Gobierno, EA y Ezker Batua, se convirtieron en la diana dialéctica de Josu Jon Imaz de forma implícita. Basándose en la experiencia de Cataluña, donde los socialistas se alinearon con ERC e ICV para arrebatar a CiU la Generalitat, el presidente del PNV advirtió a su propia formación de que «aquellos pequeños partidos que ahora sacan mucho pecho estarían encantados de formar parte de un Gobierno transversal», y «mandar» a los nacionalistas «a la oposición». Porque, según su lectura, nadie duda de la conveniencia de llevar a la práctica dicha transversalidad, y «lo que está en juego» es únicamente quién la «lidera»: el PNV o el PSE-EE.

Su segundo mensaje se dirigió hacia ETA y la izquierda abertzale. A pesar de que Imaz ni siquiera mencionó la consulta y, por lo tanto, no reivindicó en su despedida el que considera como condición para su celebración, la desaparición de ETA, sí aprovechó la ocasión para despacharse a gusto contra la banda.

El líder nacionalista echó la vista atrás para recordar cómo la organización terrorista «hizo cambiar» a Batasuna «todo cuanto había defendido con convicción» días atrás en las conversaciones para formar una mesa de partidos junto al PSE-EE, durante el fallido proceso de paz. «Llegamos a tratar detalles de cómo y quién presidiría la mesa de partidos, quién haría las funciones de secretaría, con qué mayorías tomábamos las decisiones. Pero, de repente, todo se rompió», relató.

Imaz, ante la pretensión de ETA de intentar «imponer» el futuro del país «con las armas», respondió que no, que «nunca doblegarían al PNV» con la amenaza de las bombas, la extorsión y la amenaza.

También en este punto se observó el diferente énfasis que uno y otro pusieron en sus alusiones a la banda. El presidente del PNV tachó a sus integrantes de «fascistas», acusó a la organización terrorista de «manchar» las siglas de ANV con la «capucha cobarde» y el «tiro en la nuca», y de engañar a su militancia cuando afirmó que votar a esta formación era apostar por el proceso de paz. «Y a los nueve días rompieron formalmente el alto el fuego. Tengámoslo siempre claro, no son abertzales, son fascistas».

Por su parte, Ibarretxe mencionó la lucha contra la violencia etarra como una de las «ideas» de su partido, aunque a continuación puso al mismo nivel la defensa de las víctimas de la banda y el respeto a los derechos humanos de «todos», incluidos «los presos» de ETA que han cometido «graves delitos».

El presidente del PNV se despidió de la militancia nacionalista realizando una encendida defensa del que será su sucesor al frente del partido y de la futura Ejecutiva, e incluso en este punto dejó traslucir el desencuentro con el lehendakari, al que únicamente mencionó durante toda su alocución para destacar el valor de la formación y el autogobierno. «Os pido de todo corazón que estéis todos detrás del presidente del EBB y del EBB que sea elegido», afirmó.

recomendar el artículo
portada de los lectores
copia para imprimir
Información gratuita actualizada las 24 h.
 SUSCRIBASE A
Más información
Renovar/Ampliar
Estado suscripción
Suscríbase aquí
Suscripción en papel
  Participación
Debates
Charlas
Encuentros digitales
Correo
PUBLICIDAD HACEMOS ESTO... MAPA DEL SITIO PREGUNTAS FRECUENTES

elmundo.es como página de inicio
Cómo suscribirse gratis al canal | Añadir la barra lateral al netscape 6+ o mozilla
Otras publicaciones de Unidad Editorial: Yo dona | La Aventura de la Historia | Descubrir el Arte | Siete Leguas

© Mundinteractivos, S.A. / Política de privacidad