El convaleciente líder cubano se jacta de tener en su poder más documentación confidencial que deja en mal lugar al ex presidente del Gobierno español.

«Le pido al señor Aznar que diga si es cierto o no que aconsejó al presidente Clinton, el 13 de abril de 1999, bombardear la radio y la televisión serbias», aseguró Castro en El silencio de Aznar, artículo publicado ayer en el diario Juventud Rebelde.

No es la primera vez que el líder cubano, de 81 años, acusa a Aznar de solicitar el citado bombardeo. El artículo de Castro recuerda a los lectores que, en el transcurso de una mesa redonda televisada en la que participó el 25 de abril de 2003, ya reveló que Aznar -al que llama «aliado de la superpotencia [EEUU] en genocidios y masacres»- se había reunido con el presidente Clinton.

Fue el 13 de abril de 1999, «en un momento incierto de la guerra contra Yugoslavia». Según Castro, el ex presidente español «expresó textualmente»: «Si estamos en una guerra, hagámosla completamente para ganarla y no sólo un poco. Si necesitamos persistir durante un mes, tres meses, hagámoslo. No entiendo por qué no hemos bombardeado todavía la radio y la televisión serbias».

El dirigente cubano, en su nueva labor como periodista, también aseguró que «tanto Aznar como los voceros del Gobierno de EEUU han guardado silencio» sobre esta cuestión.

Pero además amenazó con revelar nuevos trapos sucios del líder del PP y anunció: «Otros materiales, tanto públicos como confidenciales, los utilizaré en sucesivas reflexiones».

Por lo pronto, en su artículo de ayer -su reflexión número 47- reprodujo más de una docena de párrafos que atribuye a Aznar. En ellos éste expone sus puntos de vista sobre la guerra que tuvo lugar en los Balcanes. Eso sí, Castro no revela quién o quiénes son los interlocutores del ex presidente español.

En la conversación atribuida Aznar, éste dice: «Voy a hablar sinceramente. Como ya dije al presidente Clinton, lo único que no puede pasar es que la OTAN no gane ahora. Ahora la OTAN se está jugando no ya su credibilidad sino su propia existencia».

Al presidente francés, Jacques Chirac, se refiere despectivamente: «Le hablaré mañana en Bruselas. Cuando quiero tener un buen rato con Chirac, empiezo diciéndole que estos americanos son realmente horribles».

También declara, supuestamente: «Tenemos que incrementar la ayuda humanitaria. La contrapartida a los bombardeos es que nuestros ciudadanos perciban la eficacia de nuestra labor humanitaria».

«Por otro lado, tenemos que reestructurar nuestra política de información. La política de información de la OTAN es un desastre. Damos la impresión de que nos hemos embarcado en una aventura y no en una guerra. Hay verdaderas lagunas en la comunicación. Hay que avanzar al máximo, cortar todos los suministros y las comunicaciones con paciencia», añade.

«Mi idea es que, para ganar esta guerra, hay que cortar las comunicaciones entre el Gobierno de Belgrado y el pueblo. Es vital cortar todas las comunicaciones de Serbia, radio, televisión y teléfono [...] Lo primero es ganar la guerra, y luego veremos».

Con el artículo publicado ayer, es la segunda vez durante esta semana que Castro ataca al ex presidente español.

En su reflexión aparecida el pasado 28 de septiembre en el diario oficialista Granma, Castro se limitó a reproducir una información de El País que desvela las reuniones que mantuvieron George W. Bush, Tony Blair y Aznar para hablar de la guerra en Irak.

En esa ocasión, Castro se limitó a expresar su «deseo de transmitir a los lectores» el contenido de la noticia publicada por el periódico español.

En anteriores reflexiones, el líder cubano ha dejado entrever su afán periodístico por desvelar a los cubanos secretos de la Guerra Fría apoyándose en libros publicados recientemente en EEUU. Por primera vez, Castro dijo a sus lectores que el país norteamericano ganó con «rotundo éxito» al lograr derrocar a la antigua URSS y a la comunidad de países socialistas del Este de Europa.

Pero si el dictador Fidel Castro realmente se decide a publicar secretos relacionados con la política internacional de las últimas décadas, quizá termine convertido en un afamado y controvertido periodista.