Zapatero devolvió por la tarde la llamada telefónica a Ibarretxe después de que el lunes éste intentara infructuosamente ponerse en contacto con él. La conversación que ambos mantuvieron fue, según fuentes de Moncloa, muy breve, apenas lo suficiente para acordar la reunión, que sí se prevé larga, en la que se discutirá el referéndum anunciado por el presidente vasco.

No hubo discusión acerca de los contenidos de la hoja de ruta presentada por el lehendakari el pasado viernes en el debate sobre política general celebrado en el Parlamento vasco; de hecho, ambos conocen bien sus respectivas posiciones. Los argumentos de uno en defensa de las aspiraciones de autodeterminación y la negativa rotunda del otro a admitir un plan que en Madrid suena a chantaje y que queda al margen de la legalidad constitucional están sobre la mesa sin ambigüedades.

Al presidente no le valen, según fuentes de La Moncloa, las artificiosas distinciones que Ibarretxe pretende hacer entre referéndum y consulta «habilitadora», aun cuando se interpreta que las mismas no son sino un vacilante paso atrás del lehendakari, motivado por las voces discrepantes que han surgido en el seno del propio PNV en torno a su propuesta.

Aroma electoral

Zapatero ve en la hoja de ruta presentada por Ibarretxe una reedición de las propuestas que empezó a perfilar en 2001 y que desembocaron en su plan de nuevo estatuto vasco rechazado de plano por el Congreso de los Diputados en 2005. Con el añadido de que ahora se incluyen fechas concretas para referendos y consultas. También se aprecia un evidente aroma electoral: Ibarretxe quiere hacer de este plan su bandera; si nuevamente es rechazado, le serviría para aglutinar votos en torno a una posición victimista.

En Moncloa, en cualquier caso, se ratifican en el mensaje contundente que lanzó el presidente del Gobierno nada más conocer los complicados términos de la propuesta del lehendakari: «No se hará nada que se salte la Constitución». Este será el principio básico con el que Zapatero recibirá a Ibarretxe dentro de dos semanas.

La negativa rotunda a considerar un plan cuyo objetivo último es convocar un referéndum secesionista puede darse por descontada, pero habrá que esperar hasta el día 16 para medir con exactitud hasta dónde llega el órdago del lehendakari, que ayer ya admitió que no se podrá celebrar la consulta sin autorización del Estado.

Desde Moncloa también se explica que resulta prematuro pronunciarse acerca de las medidas que adoptará el Ejecutivo en caso de que el Gobierno de Vitoria decida mantener su plan en vigor contra la legalidad constitucional. «Sólo se podrá actuar si el proceso de convocatoria se pusiera en marcha; hasta ahora lo único que hay son palabras».

De momento, lo que Ibarretxe ha conseguido es que el presidente del Gobierno le reciba con urgencia. Por lo demás, sus propuestas ya han empezado a provocar consecuencias: populares y socialistas se enfrentan en torno a la petición de los primeros de que el propio Zapatero comparezca ante el Pleno del Congreso para explicar su posición respecto al plan de Ibarretxe.

Desde las filas del PSOE se rechaza la comparecencia del presidente con el argumento de que resulta inútil porque el referéndum propuesto en ningún caso se va a celebrar. En este sentido se pronunció ayer el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, para quien la propuesta de la consulta es «mala» porque «divide a los vascos a la hora de mejorar la convivencia», y «a los demócratas a la hora de combatir a la banda terrorista ETA».

Rubalcaba afirmó, además, que Ibarretxe ha planteado un debate «con truco» al intentar comparar la consulta que propone para el País Vasco con las que se han celebrado en Andalucía y en Cataluña para revalidar sus respectivos estatutos de autonomía.

También ayer, la vicepresidenta primera, Teresa Fernández de la Vega, acusó al líder de la oposición, Mariano Rajoy, de haberse convertido «en líder del oportunismo radical», al tiempo que defendió la «normalidad y tranquilidad» que se vive en España, informa Efe.

1. Eduardo Zaplana. «Estamos ante el desafío más importante, desde el punto de vista político, que se ha planteado desde que recuperamos las libertades».

2. Josep Antoni Duran Lleida. «No comparto esa vía. No hay en CiU ninguna voluntad de hacer un planteamiento de un referéndum secesionista». 3. Gorka Knörr. El Estado «puede transferir» la competencia para convocar referendos al País Vasco. La iniciativa de Ibarretxe es «legal».

4. Patxi López. La consulta se tendrá que celebrar en los 'batzokis', porque no podrá hacerse «físicamente» en los colegios electorales.