Martes, 9 de octubre de 2007. Año: XVIII. Numero: 6505.
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Uno de los abogados del 11-M encuentra ahora en Ceuta el BMW con TV de 'El Chino'
La Policía no había sido capaz, en tres años y medio, de hallar el vehículo personal de Jamal Ahmidan
JOAQUIN MANSO

MADRID.- Apareció. Tres años y medio después del 11-M, el discreto BMW 530 semiblindado y con TV que usaba Jamal Ahmidan, El Chino, fue localizado en Ceuta por el abogado de Fadual Akil. La Fiscalía acusaba a éste de haberlo ocultado. Cuando el pasado mes de junio el letrado presentó su informe, aseguró que había dicho a la fiscal dónde había dejado aparcado el coche en marzo de 2004: «Ahí debe de estar todavía», dijo entonces.

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El domingo, el letrado se puso en contacto con la Brigada Provincial de Ceuta para comunicarle que sus propias gestiones le habían permitido encontrar el vehículo. Estaba en un garaje alquilado por la mujer del acusado, Fadual Akil, para quien la Fiscalía pide 12 años de cárcel por pertenencia a banda armada.

Una vez que la Policía comprobó que era así, los propietarios del garaje sacaron el coche, visiblemente deteriorado, y lo condujeron hasta un descampado cercano, en la Barriada del Príncipe Alfonso de la Ciudad Autónoma. Hasta allí se desplazó una grúa que trasladó el BMW hasta las dependencias policiales, donde aún se encontraba anoche a la espera de que la UCIE se haga cargo de él, informa Juanjo Coronado.

Será finalmente el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo el que decida el destino del coche y las diligencias que, en su caso, deban practicarse sobre él.

La fiscal Olga Sánchez presentó en su informe de conclusiones a Fadual Akil -alias Panchito- como un miembro de la organización armada que atentó en Madrid, considerando que guardaría una estrecha relación con el jefe militar del comando islamista, Jamal Ahmidan, El Chino.

Entre los argumentos que sostendrían esa acusación, mantuvo que Fadual habría hecho desaparecer (y con él, las pruebas que pudiera contener) el BMW que, según testigos tan cualificados como Emilio Suárez Trashorras o Rafá Zouhier, era el vehículo que habitualmente empleaba El Chino. Entre otras cosas, para viajar a Avilés (Asturias) para negociar con el ex minero por hachís, primero, y por explosivos, después.

Por ese motivo, la defensa letrada de Fadual Akil se esforzó en su informe en denunciar que el propio acusado ya había puesto en conocimiento de la Fiscalía dónde se encontraba el coche. Por eso, también, continuó realizando sus propias pesquisas para localizarlo: primero, lo buscó en el Edificio de la Reina; finalmente, lo encontró en la Barriada del Príncipe Alfonso, a pocas semanas de que se haga pública la sentencia del juicio.

El auto de procesamiento del juez Del Olmo detalla hasta siete automóviles, incluido el BMW, relacionados de forma más o menos directa con la trama. De todos ellos pudieron tomarse muestras y obtenerse pruebas que fueron incorporadas a la causa, excepto del vehículo encontrado el domingo.

La berlina, de color azul oscuro, «estaba blindada, posiblemente con planchas de plomo, tenía cristales blindados de 2,5 centímetros, asientos de cuero, televisión en el centro del salpicadero, un equipo muy caro de música y cámara de televisión en la parte de atrás del vehículo, que podía verse en la pantalla», según relató un testigo protegido al juez instructor. Rafá Zouhier, más expresivo, lo describió como un coche «maqueadito».

Precisamente estas características llamaron la atención de dos guardias civiles que protagonizaron un incidente con El Chino sólo tres meses antes de la matanza. El islamista les pidió ayuda para empujar el coche, que estaba averiado, en una gasolinera de la autovía de Burgos, a la altura de Buitrago de Lozoya (Madrid). Uno de los agentes recordaba haber visto ese mismo coche por la mañana.

El Chino les «levantó sospechas», porque se identificó con una placa belga (a nombre de Yusef ben Sellah) que les pareció falsa, y llevaba una gran cantidad de dinero en la cartera. Cuando le requirieron su documentación, les llamó «racistas» y les advirtió: «Os vais a enterar».

No fue sólo eso: en la guantera, guardaba tres cuchillos que «excedían las medidas reglamentarias», y en el maletero, dos grandes maletas con ropa sustraída y una maza «artesana, de madera. De las que hacen daño». El islamista les dijo que «venía de Bilbao, de visitar a una hermana». El incidente lo zanjaron con una denuncia administrativa.

En otra ocasión, en enero de 2004, el jefe del comando que atentó en Madrid sufrió un accidente en la M-40 madrileña, horas después de haber recogido en la estación de autobuses, según la Fiscalía, una mochila con explosivos que le entregó el acusado Sergio Alvarez Amokachi.

Ese mismo mes, Fadual Akil (que se dedicaba a la compraventa de coches) adquirió el BMW, que estaba a nombre de Hicham, el primo de El Chino, que se encuentra imputado por el 11-M y preso en Marruecos.

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