Sábado, 13 de octubre de 2007. Año: XVIII. Numero: 6509.
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 ESPAÑA
FIESTA NACIONAL / El desfile
Abucheos al presidente en pleno homenaje a los caídos
El jefe del Ejecutivo evitó los gritos del público al principio, pero tuvo que escucharlos en el momento más solemne del desfile
ROBERTO BENITO

MADRID.- Puede que José Luis Rodríguez Zapatero tuviera un plan para evitar que, un año más, le abuchearan en el desfile del Día de la Fiesta Nacional. Pero si es así, desde luego le salió mal.

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El presidente del Gobierno sorprendió a los presentes, evitando aparecer en la zona central del acto hasta el último momento. Al contrario que en anteriores ediciones, Zapatero llegó a la plaza de Colón por la calle de Génova y esperó detrás de la tribuna de autoridades a que hicieran aparición los Reyes.

Evitó así que el público le abucheara al comienzo del desfile, como ha ocurrido en años anteriores y como era previsible que volviera a suceder en esta ocasión. Sin embargo, con ello provocó que los gritos aparecieran en el peor momento posible.

Algunos asistentes estaban decididos a abuchear al presidente y no dudaron en hacerlo en el momento en que se levantó: cuando, junto al Rey y a los presidentes del Congreso y el Senado, se dirigió a rendir homenaje a la bandera y a todos los caídos por España.

Los silbidos y los gritos de «¡fuera, fuera!» resonaron en la plaza de Colón en un momento en el que el silencio se imponía. Para los militares, el homenaje a los caídos es el momento más solemne tanto del desfile del Día de la Fiesta Nacional como de cualquier acto castrense.

Estaban presentes, además, los familiares de los dos soldados que fallecieron el pasado 24 de septiembre en Afganistán, víctimas de un ataque talibán.

Destacados miembros de la cúpula militar señalaron en la recepción posterior a la parada militar que había sido «vergonzoso» lo que había sucedido. Alguno, incluso, culpaba al presidente del Gobierno de lo sucedido: «Ha destrozado el acto culminante y ha manchado la imagen del Rey. Tendría que haber aguantado los abucheos al principio, y punto».

Zapatero, en cambio, no le dio mayor importancia. En el encuentro con los periodistas en el Palacio Real, aseguró irónico que los abucheos son ya «un clásico» y que no hay que darle mayor relevancia. Mariano Rajoy, por su parte, no reprobó explícitamente lo sucedido y se limitó a señalar que «todo el mundo tiene derecho a la libertad de expresión», aclarando que él nunca lo haría.

Pese a todo, el ambiente no estuvo tan caldeado como se esperaba. Al final del desfile se repitieron los abucheos -esta vez, lo más oído fue «Zapatero, dimisión»-, pero por lo general, el público -la mayoría familias con niños pequeños- se centró en el desfile, aplaudió al Rey Juan Carlos y a los militares y lanzó constantes «vivas» a España y al Monarca.

Había mucho público en el desfile, más que en años anteriores. La polémica por el uso de los símbolos y por el vídeo de Mariano Rajoy animaron a muchos a acudir a la parada militar, incluyendo a altas autoridades, que tuvieron una presencia masiva.

El desfile fue presidido por los Reyes y el resto de la Familia Real: los Príncipes de Asturias, los duques de Lugo y los duques de Palma. Junto a ellos estaba todo el Gobierno, salvo la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, los presidentes del Congreso y el Senado y los del Tribunal Supremo y el Constitucional.

Además, fueron todos los presidentes autonómicos, menos Juan José Ibarretxe (País Vasco) y Ramón Luis Valcárcel (Murcia), la cúpula militar, autoridades locales y muchos miembros de partidos políticos, con el líder de la oposición, Mariano Rajoy, a la cabeza.

La parada militar, que discurrió entre la glorieta de Emilio Castelar y la plaza de la Cibeles, se prolongó durante casi dos horas. Se inició con el espectacular salto de tres paracaidistas sobre la plaza de Colón, justo enfrente de la tribuna principal. Recibieron muchos aplausos, especialmente el último, que portaba una gran bandera nacional.

Tras los homenajes a la enseña y los caídos comenzó la parada militar en sí, con el paso de los aviones -incluido un Awacs de la OTAN-. Luego se dio paso al desfile terrestre, donde destacaron los representantes -con sus respectivas banderas- de los 27 países que participan junto a España en la misión de la ONU en el Líbano (Finul), además del de EEUU, invitado como anfitrión de la sede de las Naciones Unidas.

Los más ovacionados, como es habitual, fueron los miembros de la Legión, que una vez más desfilaron con su particular ritmo por el paseo de la Castellana, cabra del cuerpo incluida.

Tras el desfile, un pequeño grupo de ultraderechistas permaneció en la plaza de Colón, donde enarboló banderas preconstitucionales y cantó el Cara al sol.

Vea el vídeo de los abucheos a Zapatero en: www.elmundo.es.

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