Sucedió en apenas unas horas; el tiempo que medió entre el teletipo de Servimedia de las 14.47 horas, la puesta en marcha de las órdenes estrictas dictadas por Mariano Rajoy y la foto tomada en sendos ayuntamientos a las 19.00 horas. Unos minutos antes que Rajoy, advertido de la noticia en rueda de prensa, el propio Angel Acebes explicó como «algún momento puntual» el que las banderas españolas no ondeen en ayuntamientos gobernados por el PP, y prometió su corrección para «esta» misma «tarde» (por ayer por la tarde) y «sin ninguna duda».

Acebes, claro, aprovechó para recordar a los medios que Vitoria era hasta hace unos meses, con el popular Alfonso Alonso al frente del consistorio, la única capital del País Vasco en la que se izaba la bandera española, ya que ni el socialista Odón Elorza lo hace todavía en San Sebastián, ni el peneuvista Iñaki Azcuna, en Bilbao.

El secretario general de los populares aprovechó igualmente para arremeter contra el partido del Gobierno y declarar que, «de momento, los únicos que incumplen leyes son los ayuntamientos del PSOE». A su secretario de Organización, José Blanco, le emplazó a imponer su autoridad un día después de que declarara en EL MUNDO que todos los ediles socialistas cumplirán la Ley de Banderas.

Pero, entretanto, el número dos de Rajoy se aplicó a imponer la suya en su propio partido. La ejecución fue tan rápida como sencilla. Fue el propio Alfonso Alonso, ex alcalde de Vitoria y presidente del partido en Alava, el encargado de telefonear a los dos ediles, a los que la bronca les llegó en medio de las labores de la vendimia. En realidad, y según el secretario general del PP en Alava, Iñaki Oyarzábal, no hubo tal bronca, sino un simple aunque imperioso recordatorio de la promesa ya hecha semanas atrás por los dos ediles a la Ejecutiva regional del partido.

«Fue a la vuelta del verano», contaba ayer Oyarzábal, «después de la polémica que surgió con la resistencia del alcalde de Bilbao a poner la bandera española, cuando hablamos con nuestros dos únicos alcaldes para decirles que debíamos aplicarnos, hasta en los pueblos más pequeños, en la aplicación de la ley».

Iñaki Ibáñez, un joven agricultor que gobierna a los 262 habitantes de Yécora en su segunda legislatura, y Manuel Zabala, que desalojó al PNV de la Alcaldía el pasado 27 de mayo para regir a los 664 vecinos de Lanciego, no pusieron más reparos que los de orden material. «Pero, ¿y si hay lío?, ¿y si nos la queman?...», decían. «Es que aquí no tiene por qué haber problema con los vecinos, que están acostumbrados a poner la bandera en las fiestas y los días de luto, pero sólo tenemos una bandera que es antigua y bordada, y si pasa algo, ¿quién nos la paga?...».

Dicho y hecho, los ediles del PP optaron por encargar sendas banderas nuevas para que ondearan de manera permanente, tal como acababan de saber que exigía el Tribunal Supremo. Pero el viernes pasado, día de la Fiesta Nacional, las banderas no ondeaban, según informó ayer Servimedia. Hasta ayer. Según Oyarzábal, lo importante es que «ellos nunca se han resistido a poner la bandera española». «Sólo faltaba que ahora les caiga este sambenito, con el mérito que tienen, por todos los problemas de seguridad, de haberse presentado a las elecciones», se quejaba el dirigente popular.