Domingo, 21 de octubre de 2007. Año: XVIII. Numero: 6517.
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TESTIMONIO HUMANO / «Hicimos los Juegos Olímpicos, hicimos posible el 'Estatut' y ahora iremos a por el Alzheimer» / Se lo diagnosticaron hace unos meses pero decidió hacerlo público ayer para atajar los rumores
Maragall anuncia que sufre el mal de Alzheimer y que se volcará en la lucha contra la enfermedad
DANI CORDERO

BARCELONA.- Pasqual Maragall sufre el mal de Alzheimer. Se lo diagnosticaron hace unos meses y ayer decidió hacerlo público como la mejor forma para atajar unos rumores que iban tomando forma en los círculos políticos y periodísticos de Barcelona y que él mismo atribuía ayer a «razones interesadas». Pese a todo, el ex alcalde de Barcelona, ex presidente de la Generalitat, ex militante del PSC ha decidido coger el toro por los cuernos. El político, acostumbrado a responder con pataletas los desplantes de quienes en su día se aprovecharon de él, está determinado ahora a trabajar por la «derrota» de una enfermedad que también padecen otras 700.000 personas en España.

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«Hicimos los Juegos Olímpicos, hicimos posible aprobar y refrendar el Estatut y ahora iremos a por el Alzheimer, y tengo la certeza de que esta enfermedad será dentro de 10 o 15 años vencible y vencida». Toda una declaración de intenciones por parte de Maragall, lanzada desde el auditorio del Hospital de Sant Pau, con su esposa Diana Garrigosa siempre a su lado, y otros amigos y colaboradores presentes en la sala. Antes, había visitado la Unidad de Memoria y el Laboratorio de Investigación de Alzheimer del Servicio de Neurología del hospital barcelonés.

Maragall es consciente de la velocidad de propagación de los rumores y, de hecho, al entrar en la sala, lanzó una pregunta retórica que no requirió de afirmaciones verbales. Sólo alguna mirada a los ojos. «¿Lo saben? Sí, lo saben». Pero, pese a ello, empezó. Y anunció que, a partir de ahora, está decidido a luchar contra la enfermedad neurodegenerativa mediante su «capacidad de influencia» y de aglutinar a aquellos que puedan y quieran aportar capacidades profesionales y materiales.

«No es fácil, no es sencillo, pero la visita de hoy nos conduce a ser optimistas», señaló un Maragall coherente con sus niveles habituales de terquedad casi obsesiva y alejado de un posible discurso victimista, que, todo lo contrario, cambió por otro pintado en ocasiones con brochazos irónicos. «Todo el mundo me conoce por la calle y me saludan por mi nombre, de forma que es muy difícil perder la identidad en esas condiciones». Así que se ofreció como un «ejemplar privilegiado» entre los afectados por la enfermedad y ofreció su anuncio como el primero de los trabajos que le pondrán al frente de una campaña en favor de las víctimas del mal: «Considero que haciendo pública mi enfermedad puedo ayudar a mejorar la consideración social de los enfermos de Alzheimer».

A partir de ahora, a ello dedicará buena parte de su tiempo. Pero no todo. Aunque alejado del PSC, del que ya no es militante, según explicó el viernes, continuará trabajando en la política para impulsar, que no liderar ni representar, nuevos instrumentos políticos, como el Partido Democrático Europeo, del que es un fervoroso defensor, o, incluso, crear el Partit Català de Europa, que él mismo registró cuando, enfrentado con la organización del PSC, abandonó la Alcaldía de Barcelona y se tomó un año sabático en Roma, antes de volver para pugnar por la Presidencia de la Generalitat.


LAS REACCIONES

José Montilla, 'president' de la Generalitat (PSC): «Ha de saber que con carné o sin él, tiene todo el cariño de la familia socialista y evidentemente el mío».

J. A. Duran Lleida (CiU): «Si en alguna cosa puedo serle útil, estaré encantado. No hago valoración política. Sencillamente refuerzo su dimensión humana».

J. Ll. Carod-Rovira (ERC): «Los grandes hombres se ven siempre en los momentos difíciles; se crecen con las dificultades y modifican las cosas».

Daniel Sirera (PP): «Es uno de los actores de la historia política de nuestro país y ha demostrado ser una persona valiente y apasionada en el ámbito político y en el personal».

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