Zapatero dijo asumir «la responsabilidad de los errores personalmente» y reconoció que «se han producido en un tramo concreto dentro del ámbito de responsabilidades del Gobierno». En su paseo matutino por uno de los mayores feudos socialistas en Cataluña, Zapatero no se hizo acompañar de ningún responsable de Fomento. Ni la ministra Magdalena Alvarez ni el secretario de Estado de Infraestructuras, Víctor Morlán, que reside en Barcelona desde agosto, comparecieron para comprobar sobre el terreno las últimas negligencias en las obras.

Preguntado por la posible dimisión de Alvarez, el presidente se limitó a decir que «no está prevista».

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Después de dejarse querer y recibir las muestras de cariño de multitud de simpatizantes del PSOE, Zapatero se dirigió al centro cultural de Bellvitge para mantener una reunión extraordinaria con el presidente de la Generalitat, José Montilla, responsables de Adif, el presidente de OHL, Juan Miguel Villar Mir, y el conjunto de alcaldes de Barcelona y su área metropolitana, implicados directamente en la evolución de las obras de la alta velocidad, además de con las asociaciones de vecinos de Hospitalet.

A todos les quiso transmitir su compromiso de que «se van a poner todos los medios necesarios para solucionar los problemas en la obra porque es nuestra responsabilidad dar respuesta a esta situación, junto con la coordinación de las diferentes administraciones».

Zapatero asumió el discurso que viene repitiendo la Generalitat desde la suspensión del tráfico ferroviario de priorizar, por este orden, la seguridad de usuarios y trabajadores, el restablecimiento de la línea de Cercanías y la llegada del AVE a Barcelona.

El Ejecutivo español volvió a reiterar que no le importan los plazos mientras no se pueda garantizar la seguridad de la obra: «Hay que hacer las cosas lo mejor posible dentro del menor tiempo posible», indicó Zapatero, dando por hecho un más que posible retraso en la llegada del AVE a Barcelona, prevista para el 21 de diciembre.

Zapatero también reconoció la falta de inversión en el servicio de Cercanías en Barcelona, así como en el transporte aéreo y en las carreteras por lo que anunció su compromiso para que la modernización de las infraestructuras catalanas se lleve a cabo «a ritmo acelerado y con los recursos económicos necesarios». El presidente reiteró la importancia de concluir con éxito una «obra ambiciosa» como la de la alta velocidad a Barcelona «por el bien de Cataluña».

En su declaración institucional posterior a la reunión con el resto de las administraciones y el presidente de OHL, Zapaterio insistió en que «estamos trabajando 24 horas sobre 24 para dar la respuesta adecuada a los ciudadanos y garantizar la seguridad de las obras», a la vez que agradecía el «ejemplo» que están dando los catalanes frente a la crisis ferroviaria. Poco antes de que el presidente del Gobierno compareciera ante los medios, éstos eran informados de un nuevo socavón en Gornal, justo en el mismo punto donde se detuvieron las obras el pasado viernes.

En una rueda de prensa posterior, el alcalde de Hospitalet, Celestino Corbacho, confirmaba las últimas informaciones facilitadas por el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif). El último socavón, el sexto en la zona desde que se iniciaran las obras del AVE, se encuentra en la avenida América, una vía cercana al centro cultural de Bellvitge, donde compareció el presidente del Gobierno.

Según fuentes de Adif, el socavón mide 2x2 metros y «no ha provocado ningún problema de seguridad», puesto que la zona está cortada desde el 20 de octubre, cuando se decidió la suspensión de los servicios de Cercanías que discurren por el área metropolitana del sur de Barcelona. Operarios de la construcción procedieron rápidamente a rellenarlo con hormigón.