Lo que más ha molestado a los parlamentarios es la fecha de la llegada de los Reyes a Melilla, el martes día 6, un día que coincidirá en Marruecos con la conmemoración de la Marcha Verde sobre el Sáhara. En su edición de ayer, el diario L'Opinion, órgano oficial del Partido Istiqlal del primer ministro Abas el Fasi, fue bastante duro. Además, distintos grupos marroquíes han convocado concentraciones en la frontera con las dos ciudades.

El diario oficialista L'Opinion, bajo un aparatoso titular en portada, «La provocación», explica que «nuestro vecino español (...) procede por provocación y a cara descubierta escogiendo, para cometer su crimen, una fecha altamente significativa para nuestro país y para su integridad territorial, la que conmemora la gloriosa e histórica Marcha Verde».

Mientras, el responsable de la Comisión de Exteriores del Parlamento marroquí, Fuad Alí Himma, desglosaba en Rabat una serie de «actos de provocación» procedentes de España. Además de «la visita del Rey Juan Carlos a Ceuta y Melilla» aludió a «la decisión del juez Garzón de abrir una investigación en la jurisdicción marroquí», y a «las agresiones de las que han sido víctimas [inmigrantes] marroquíes en Madrid el pasado 18 de octubre». Los parlamentarios marroquíes consideran que los sucesos ocurridos en Cañada Real, en las afueras de Madrid, revelan «un comportamiento racista», según la información difundida ayer por la agencia oficial Maghreb Arabe Presse (MAP).

Para los marroquíes, la Marcha Verde es el inicio de la «recuperación» del Sáhara Occidental por 350.000 manifestantes desarmados y pacíficos. El día 6 de noviembre es día festivo en Marruecos.

Los parlamentarios presentes pidieron la publicación por las dos Cámaras de un comunicado «categórico» condenando la visita del Rey de España a Ceuta y Melilla. Aunque no estaba en el orden del día, algunos diputados aprovecharon la reunión de la Comisión de Exteriores para criticar también la iniciativa de Baltasar Garzón de declararse competente en una querella por supuesto genocidio cometido por 13 dignatarios marroquíes, entre los que figura el comandante en jefe de la Gendarmería Real, Hosni Benslimane.

Según la agencia MAP, todos los diputados que tomaron la palabra en la reunión pusieron de relieve «la gravedad de la utilización política de la Justicia española» de este caso.

Los parlamentarios marroquíes aplaudieron además la decisión del Mohamed VI de llamar a consultas a su embajador en Madrid por un período indefinido.

En la ofensiva verbal contra el viaje de Juan Carlos I, el ministro de la Comunicación y portavoz del Gobierno, Khalid Naciri, advirtió ayer a España de que las «líneas rojas» no pueden franquearse y seguidamente anunció la exclusión, «en las circunstancias actuales», de la celebración de nuevas reuniones de alto nivel copresididas por los primeros ministros de los dos países.

En plena ola de críticas, desde la oposición, uno de los portavoces del Partido de la Justicia y del Desarrollo, Lahcen Daudi, llamó a un boicot a los productos españoles.

Para este diputado islamista, el viaje de los Reyes es una «provocación» que aumentará el «extremismo» tanto en Marruecos como en España y deberá ser respondido con manifestaciones en todo el país.

Varias asociaciones marroquíes han convocado ya concentraciones de repulsa en todo el territorio. Una de ellas, el Comité Nacional para la Liberación de Ceuta y Melilla, ha convocado para hoy, a las 17.00 horas, una manifestación frente al consulado de España en Tetuán, y para el lunes una concentración de repulsa frente al puesto fronterizo de Ceuta, a las 11.00 de la mañana.

El Gobierno español, sin embargo, se sigue intentando dar una imagen de normalidad y el Ejecutivo está convencido de que las relaciones con Marruecos «seguirán siendo excelentes».

Fuentes del Ejecutivo señalaron ayer que en La Moncloa no hay preocupación por la repercusión que la visita pueda tener en las relaciones entre ambos países. Las mismas fuentes afirmaron que el viaje se sigue preparando con normalidad y que no hay ninguna novedad después de la conversación que mantuvo el ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, y su homólogo marroquí, Taib Fassi Fihri.

Por otra parte, la crisis diplomática coincide con un nuevo llamamiento del numero dos de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri, a atacar intereses de españoles, franceses y estadounidenses en el norte de Africa; un objetivo al que la red terrorista ya había apuntado en septiembre pasado cuando instó a los yihadistas a «despejar el Magreb de los hijos de franceses y españoles».

En la grabación difundida ayer, Zawahiri anunció que el Grupo Islámico Combatiente de Libia se ha incorporado a Al Qaeda. El GICL perpetró los atentados de 1998 contra las embajadas de EEUU en Dar es Salam (Tanzania) y Nairobi (Kenia).