Fue su reaparición más descafeinada. El ex presidente del Gobierno José María Aznar salió a escena ayer en un hotel de Madrid para presentar su tercer libro comprometido con la editorial Planeta, Cartas a un joven español, sin hacer ninguna referencia explícita a la sentencia de la matanza del 11 de Marzo. Sí la hizo después a Libertad Digital Televisión, a la que declaró que la resolución prueba que «la ecuación» que le culpaba del 11-M por haber apoyado la intervención militar en Irak es «falsa».
Previamente, ante un público nutrido, expectante, adicto y hasta militante, en el que no faltaba casi nadie de los cuadros dirigentes del PP, el hombre que más titulares ha dado a la prensa en los últimos tres años desde su singular retiro político de Faes, y que más ha teorizado sobre la lucha contra el terrorismo, pasó de puntillas sobre la cuestión que marcó el final de su mandato y la derrota electoral de su partido.
A cinco días de haberse conocido la sentencia, y a dos años de su intervención en la Comisión de Investigación, donde sugirió que los inductores del 11-M podrían no estar escondidos en «desiertos lejanos», Aznar apenas hizo un guiño a la incógnita abierta en la resolución acerca de la autoría intelectual de la masacre.
Pese a no referirse en ningún momento al 11-M, algunos advirtieron ayer en Aznar su desavenencia con la teoría oficial del Gobierno y la necesidad de buscar a sus inductores -sin descartar su naturaleza islamista- igual que se hace con los atentados de ETA.
«Ambos terrorismos», dijo en el momento más esperado de su alocución, al hablar del etarra y del islamista, «persiguen fines definidos. Del mismo modo que alguien planifica los atentados de ETA, y decide cuándo, dónde y sobre quién actuar, buscando hacer el mayor daño posible, eso mismo ocurre en los atentados del terrorismo islámico. Alguien también planifica y decide cuándo, dónde y cómo hacer el mayor daño posible para alcanzar su objetivo de derrocar regímenes democráticos».
Según Aznar, los dos terrorismos «coinciden» en la persecución de un «objetivo político» y «totalitario», y ambos constituyen para España «dos amenazas simultáneas».
El presidente de honor del PP deslizó muchas críticas tácitas a Zapatero, cuando se refirió a la ruptura del Pacto Antiterrorista como la «mayor deslealtad de un político con la palabra dada» o a la política de la «cintura» que en casos como el de Cuba, «consiste en ayudar a la dictadura como sea»...
Pero Aznar había ido ayer a hablar de su libro, y por ello, pese a que el público resultó ser de más edad que la de los jóvenes a los que, según dijo, va dirigida la obra, el autor habló de «principios». Libertad, responsabilidad, patriotismo, instituciones, familia, etcétera: Aznar desgranó sus reflexiones sobre los «valores» en los que se sustentan tanto sus convicciones como su «optimismo» sobre el futuro de la Nación española.
Justo lo contrario -dijo- de «esa falta de principios» con que, a su juicio, «se entiende la Legislatura que por fin acaba». «Al final va a resultar que son marxistas, pero de Groucho Marx», añadió Aznar, al que Rajoy aplaudió su propias palabras de hace un año en Orense.
Más tarde, fue entrevistado en Libertad Digital Televisión, donde sí se pronunció sobre la matanza de Atocha. A este respecto, denunció que «la tremenda manipulación tras el 11-M estará en los libros más negros de los partidos que la promovieron». «En aquellos momentos posteriores al 11-M hubo una ecuación muy sencilla: Irak-Intervención-Atentado-Gobierno es culpable-Aznar es culpable. Si tanto respetan y acatan la sentencia», dijo en referencia al PSOE, «deberían leerla y saber que esa ecuación era falsa».
A lo expuesto, añadió: «Yo respeto y acato la sentencia. Sobre ese tema no tengo mucho más que añadir que lo que dije en la comisión parlamentaria. No voy a entrar en polémicas, las cosas están claras, la posición expresada por Rajoy y por el PP es correcta y me sumo a esa posición».