Los consumidores no sólo tienen que hacer frente a un mayor coste mensual del crédito hipotecario, también deben afrontar fuertes repuntes de la mayoría de los productos básicos que integran la cesta diaria de la compra. El kilo de cebollas se vendió el pasado mes en tiendas y supermercados a una media de 1,14 euros, un 22% más que a como costaba hace un año; mientras que las acelgas se han encarecido un 8,6%.
El vicepresidente segundo del Gobierno, Pedro Solbes, mostró la pasada semana su sorpresa cuando conoció que el IPC de octubre se disparó hasta el 3,6%, debido a la fuerte subida de los alimentos. Sin duda, el titular de Economía ya contaba con los fuertes incrementos del pan, la leche, los huevos o el pollo, anunciados de antemano por las empresas, pero no se esperaba que las frutas y hortalizas también se unieran a esta carrera alcista agroalimentaria que está golpeando el bolsillo de los consumidores.
La fruta también cuesta más cara hoy que hace un año. Una bolsa de dos kilos de naranjas vale ya más de tres euros; un 9,4% más que en octubre de 2006; las peras han subido un 9,3%; y los limones y manzanas, por encima del 8%, según el panel de consumo y precios elaborado por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.
Pero aunque cuantiosas, ni frutas ni hortalizas lideran el ranking de alzas de los alimentos en 2007. Las dos grandes estrellas del repunte de precios son la leche y la carne de pollo. Ambos productos acumulaban al concluir octubre un encarecimiento del 18,3%, subida que en el caso de la leche puede alcanzar ya, en los primeros días de noviembre, el 24% según los datos del Ministerio de Agricultura, informa la Cadena Ser.
El pasado mes de octubre, en tasa interanual también se encarecieron el aceite de girasol refinado (16,4%) y todos los productos derivados de los cereales como los espaguetis (8,4%), la harina de trigo (8,3%) y el pan de molde de trigo (5,5%) e incluso el pescado fresco: las sardinas suman un repunte del 14,7% en el último año.
En total, las empresas de agroalimentación calculan que la cesta de la compra puede haber subido un 10% en lo que va de año. Así, si las familias españolas gastaron en 2006 una media de 3.350 euros (se calcula 2,7 personas por hogar), según los datos de la empresa de estudios de mercados Nielsen. En 2007, el gasto alcanzará el récord histórico de 3.700 euros.
Pero lo peor es que los fabricantes pronostican nuevas alzas de precios en los próximos meses. «Estamos ante un tsunami agroalimentario», sentenció hace unos días el secretario general de la patronal de empresas de alimentación y bebidas (Fiab), Jorge Jordana, quien añadió «las subidas han llegado para quedarse y habrá más. Nos guste o no».
En otras palabras, los consumidores van a tener que dedicar una mayor parte de su renta a comer. Fiab ya ha hecho los cálculos y estima que si ahora las familias destinan el 17% de su salario a alimentación muy pronto tendrán que aportar el 20%.
¿Razones para esta subida generalizada de los alimentos, a la que muy pronto según empresarios y ganaderos se sumará la carne de cerdo y vacuno? Agricultores, fabricantes y distribuidores echan la culpa a la subida del petróleo, que ayer coronó un nuevo máximo histórico por encima de los 96 dólares, lo que no sólo está encareciendo con fuerza el coste de producción de los alimentos sino que ha provocado que una parte de las cosechas se desvíe a la generación de energía. «A partir de un barril de crudo a 70 dólares es muy rentable producir biocombustibles», afirman en Edmond de Rothschild, una banco privado que acaba de lanzar un gran fondo para invertir en materias primas agrícolas.
Detrás de las subidas de las materias primas están, además, el descomunal aumento de la demanda de alimentos por parte de las economías emergentes asiáticas: China y la India, principalmente, que son los dos países más poblados del mundo.
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BAJO SOSPECHA
Pesquisas: La Comisión Nacional de la Competencia inspeccionó asociaciones y empresas de alimentación el pasado día 30 para investigar las subidas de precios.
Denuncias: Los consumidores se han puesto en pie de guerra. Las principales asociaciones Facua, OCU y Ceaccu acusan de «especulación» a empresas y distribuidores.
Explicaciones: Las empresas se defienden y afirman que no tienen más remedio que trasladar al consumidor el alza de las materias primas.