Lunes, 12 de noviembre de 2007. Año: XVIII. Numero: 6539.
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Una bomba trampa de ETA permanece varias horas en una papelera de Guecho
La Ertzaintza había desactivado con anterioridad otro artefacto situado también delante de los juzgados
BELEN FERRERAS

BILBAO.- ETA intentó ayer provocar una masacre en Guecho. Los terroristas colocaron una bomba trampa en una papelera frente a los juzgados, cargada con tres kilos de explosivos, metralla y un temporizador. Nadie había avisado de su colocación.

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Los etarras pretendían que estallara cuando la Ertzaintza llegara a la zona. Una llamada en nombre de ETA, realizada desde la localidad de Berango al 112, alertaba 15 minutos antes de las 6.00 horas de la colocación de una bomba en la puerta de los juzgados, que explotaría media hora más tarde. De hecho, la primera de las bombas estaba programada para que estallara a las 7.00 horas y la segunda 20 minutos más tarde, según confirmaron fuentes de Interior. Sin embargo, de esa segunda bomba nadie se percató hasta más de seis horas después, con una zona transitada y sin ningún cordón policial. Un fallo en los detonadores evitó las explosiones, pero podía haber sido una carnicería.

La primera bomba colocada en la puerta del Juzgado contenía cinco kilos de cloratita en el interior de una olla, y la Ertzaintza la desactivó sin que se produjera ningún daño poco después de las 9.00 horas.

Del segundo explosivo nadie se dio cuenta hasta varias horas después, visionando las cámaras de seguridad del Juzgado, cuando junto a esa papelera, una vez levantado el cordón policial, habían estado a lo largo de toda la mañana miembros de las Fuerzas de Seguridad, vecinos que transitaban por la zona, periodistas que cubrían la información de la desactivación del primer artefacto y las autoridades que visitaban los juzgados, entre ellos el propio consejero de Justicia, Joseba Azkarraga.

De hecho, coincidiendo con la llegada al Juzgado del consejero, alrededor de las 12.30 horas, miembros de las Fuerzas de Seguridad pidieron a los periodistas y al propio Azkarraga que se alejaran del edificio porque habían visto algo «sospechoso» en una de las papeleras, de la que sacaron un objeto, al parecer un cebador, según algunas fuentes, pero que no se quiso confirmar oficialmente. Transcurridos unos minutos se consideró una falsa alarma y se volvió a transitar por la zona.

No fue hasta poco antes de las 14.00 horas cuando se procedió de nuevo a acordonar la zona, después de que la Ertzaintza observara en la grabación del vídeo de las cámaras de seguridad de los juzgados que los dos etarras que dejaron la mochila con los cinco kilos de explosivos en la puerta del juzgado introducían después algún objeto en el interior de la papelera.

Los artificieros desactivaron el artefacto, que contenía tres kilos de cloratita, metralla y un temporizador.

El Palacio de Justicia de Guecho se encuentra en una zona muy poblada, completamente rodeado por viviendas. Pese a que la llamada avisando de la colocación de la primera bomba se produjo antes de las 6.00 horas, los vecinos de la zona no recibieron la alerta de la Ertzaintza hasta alrededor de las 9.00 horas, cuando agentes de la Policía autónoma tocaron los timbres y les pidieron que salieran al descansillo de las escaleras ante el temor de que la deflagración provocada por la desactivación de la bomba pudiera romper cristales y provocar algún herido. Tres cuartos de hora más tarde, volvían a sus casas sin que las viviendas hubieran sufrido ningún daño.

Algunos vecinos comentaron entonces que sería conveniente «quitar las papeleras» de la zona como medida de seguridad, ya que los juzgados de esta localidad habían sido objeto de diversos atentados y de ataques de violencia callejera. Entonces no sabían que en una de ellas todavía había tres kilos de explosivos.

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