Tras un largo y accidentado proceso, la Audiencia Provincial de Madrid condenó ayer a Rafael Vera, ex secretario de Estado de Seguridad, y a su secretario personal, Juan de Justo, a penas de un año y seis meses de prisión por los pagos con dinero de los fondos reservados a los ex agentes José Amedo y Michel Domínguez. La Audiencia absuelve, en cambio, a Félix Hernando al considerar que «no ha quedado acreditado durante el juicio que supiera la finalidad de la entrega de los maletines» y que probablemente obraba obedeciendo las órdenes de sus superiores sin cuestionar sus instrucciones.
El tribunal considera probado que Rafael Vera ordenó pagos de fuertes sumas entre 1988 y 1994 con cargo a los fondos reservados para «garantizar el silencio de los dos procesados y evitar así que delatasen a otros implicados en la trama de los GAL». Esta decisión fue tomada por Vera «con pleno conocimiento» de la ilicitud del uso de fondos reservados para esta finalidad.
El fallo condena a Vera y De Justo, a los ex agentes Amedo y Domínguez y a sus esposas a devolver una cantidad superior a 260 millones de pesetas (más de 1,5 millones de euros). Gran parte de esa suma les fue entregada en Suiza en maletines a las mujeres de Amedo y Domínguez, mientras ambos permanecían en la cárcel por su implicación en los GAL.
La sentencia corrobora punto por punto las informaciones publicadas por este periódico, que reveló la entrega de los maletines, la identidad de las personas que viajaron a Suiza para encontrarse con las esposas de Amedo y Domínguez y las cuentas donde fue ingresado el dinero.
A pesar de todos estos abrumadores indicios, el juicio estuvo a punto de no celebrarse porque el sumario estuvo extraviado durante años, circunstancia que el tribunal ha tenido en cuenta para rebajar la pena a Vera y De Justo, para los que el fiscal pedía una condena sensiblemente superior.
Al margen de la cuantía del castigo, lo importante de esta sentencia es que prueba cómo Vera y otros altos cargos de Interior utilizaban sin ningún tipo de escrúpulo moral los fondos reservados para actividades delictivas o enriquecimiento propio.
En este caso, como establece la sentencia, Vera pretendía que Amedo y Domínguez no colaborasen con la Justicia y callaran lo mucho que sabían sobre la implicación de la cúpula de Interior en el montaje de los GAL.
Trece años después, estos hechos pueden parecer lejanos y casi inverosímiles, pero la realidad es que el Gobierno de Felipe González organizó una trama criminal para desarrollar una guerra sucia contra ETA. El tiempo ha dado la razón a este periódico, que tuvo que sufrir insultos, amenazas y presiones por contar una verdad que ha quedado establecida por los tribunales con importantes sentencias como la de ayer.
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