Lunes, 19 de noviembre de 2007. Año: XVIII. Numero: 6546.
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LA CARRERA ELECTORAL / Las propuestas del PP
Rajoy promete la rebaja fiscal 'más importante de la democracia'
Propone elevar de 9.000 a 16.000 la cantidad mínima por la que deben pagar IRPF trabajadores y pensionistas / Las mujeres con empleo fuera de casa tendrán una rebaja fiscal adicional / Garantizará la enseñanza en castellano en toda España
CARMEN REMIREZ DE GANUZA

MADRID.- Rajoy cumplió ayer con las expectativas. Tras dos jornadas de Conferencia vacía de un verdadero mensaje político, el líder del PP volcó el grueso de su oferta programática ante un lustroso escenario plagado por más de 10.000 personas. Una multitud que llegó al Madrid Arena con ganas de mitin y a la que Rajoy apenas dejó dar rienda suelta a sus eslóganes, concentrado, como estaba, en hablar de su «proyecto para España». Su promesa estelar fue dirigida al bolsillo de siete millones de «trabajadores y pensionistas», los que «hoy ganan 16.000 euros al año o menos» y que se beneficiarán de la exención del pago del IRPF si el PP gana las elecciones de marzo. «¡No pagarán ni un euro!», proclamó Rajoy entre un aluvión de aplausos.

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En la actualidad, están exentos los que cobran hasta 9.000 euros. «Nuestro objetivo», explicó, «es que no tengan que dedicar ni un mes ni un día de su trabajo para pagar a Hacienda». A modo de ejemplo, y según los informes manejados por el PP, un trabajador sin hijos que cobre 11.200 euros brutos al año ahorrará 450 euros; y sin gana 13.650, 1.192.

Rajoy no tuvo remilgos al apelar al «bolsillo» de los mileuristas, «a los que más les cuesta llegar a fin de mes», que «se van a encontrar con unos ingresos extra que ahora se queda Hacienda, pero que nosotros queremos que los guarden en el bolsillo, para atender a las subidas de precios, a las hipotecas y a la pérdida de poder adquisitivo».

La medida, que Rajoy anunció como parte de «la reforma fiscal más importante de la Democracia para ayudar a las familias que lo están pasando mal», llegó acompañada por una segunda sorpresa, mayor si cabe, desde el punto de vista político, que la primera. «Vamos a establecer», dijo, «una rebaja adicional en los impuestos a todas las mujeres que estén trabajando fuera de casa».

Con ello, Rajoy venía a romper con el discurso tradicional del PP y apostaba por una auténtica medida de discriminación positiva en relación con la mujer. Pero los trabajos preliminares del partido lo justifican como una más de sus tradicionales políticas de incentivos para la incorporación de la mujer al mercado laboral. Argumentan su «necesidad» en que la tasa de actividad de las mujeres es inferior a la de los hombres en casi 21 puntos de diferencia, y en que la tasa de paro duplica a la de los hombres, y se sitúa en el 10,53%.

La discriminación será, pues, positiva, pero también progresiva, porque la rebaja de las deducciones variará en función del nivel salarial de cada empleada.

Rajoy anunció aún una tercera medida, la de la mejora de las pensiones más bajas. «No me olvido», dijo, consciente del que fue su mejor momento ante la opinión pública, el de su aparición en Tengo una pregunta para usted, «de aquella señora que me decía en un programa de televisión: '¿Cómo llego yo a fin de mes con 300 euros de pensión?'».

El presidente del PP, claro, seleccionó ayer lo mejor de una reforma fiscal que se irá desvelando en los próximos días y que exigirá, según los expertos del partido, un «estricto marco de estabilidad presupuestaria», pero cuyo coste para el erario, según insisten, no alcanzará la suma de las dos reformas emprendidas por los gobiernos de Aznar y que, en todo caso, aseguran poder recuperar, a través del incremento de la actividad económica, en «al menos, el 30%».

Así, la popular rebaja del IRPF, destinada, según Rajoy, a resolver los problemas del «presente» de España, se llevó los titulares del día. Sin embargo, lo que puso en pie al auditorio del Madrid Arena fue otra clase de compromisos dirigidos a enmendar «el marasmo» creado por Zapatero en los últimos cuatro años, y que el líder popular desglosó bajo el reclamo de un «nuevo consenso».

Sin duda, el momento de mayor emoción fue el que siguió a su defensa de la lengua española: «No es razonable», dijo con estas palabras, «que quienes tienen la ventaja de que su lengua materna sea una de las mayoritarias del planeta no puedan utilizarla en su propia casa. Garantizaremos por ley el derecho a utilizar y a aprender el castellano en todas las etapas del sistema educativo en toda España». El más rápido en levantarse del asiento fue el nuevo presidente regional del PP en Cataluña, Daniel Sirera.

Rajoy se la jugó en éste y en los seis anuncios más que desbrozó para recuperar en España un marco institucional estable. Confiado o no en su victoria, fue a por todas. Porque sólo se dirigió a los «españoles» y «al PSOE» para recomponer ese «nuevo consenso» y no dejó ni una rendija abierta a la posibilidad de pactar una mayoría de gobierno con los nacionalistas después de marzo.

El candidato del PP a las generales se comprometió a impulsar una «urgente aunque limitada reforma constitucional» para dar por concluido el modelo autonómico y para «fijar un núcleo básico de competencias del Estado que sean intransferibles». «Necesitamos», afirmó, «que concluya esta subasta de transferencias que no tiene más razón de ser que las conveniencias políticas del momento ni más objetivo que el desmantelamiento del Estado. El modelo autonómico no puede estar permanentemente abierto».

Al blindaje competencial del Estado, Rajoy sumó el refuerzo de la mayoría de hasta dos tercios de las Cámaras para la aprobación de las reformas de los Estatutos de Autonomía. Y volvió a desafiar a los nacionalistas con el anuncio -tácito, en este caso- de una reforma electoral. «Debemos poner fin al chalaneo de los resultados electorales», dijo; «en España, en sus comunidades y en sus ayuntamientos, debe gobernar quien gane las elecciones».

En la clausura de una Conferencia que arrancó poniendo la derrota de ETA como el primero de los objetivos del PP, no podía faltar un compromiso de Rajoy en este sentido. «Propondremos», dijo, «que el Parlamento apruebe una declaración institucional manifestando el compromiso de que no existirá ninguna negociación política con ETA».

Pero también debía haber guiños a la actualidad, como la que representaba la presencia de un grupo importante de disidentes venezolanos residentes en España, que extendieron una gran bandera de su país en las gradas, y que fueron aclamados por los populares. «No es razonable», clamó Rajoy, «que nos alineemos con los tiranos frente a los disidentes, tanto en Cuba como en Venezuela. Debemos recuperar el prestigio de España en Iberoamérica».

El último de sus compromisos fue acabar con la división entre españoles «buenos y malos» fomentada, dijo, por Rodríguez Zapatero.


«UN NUEVO CONSENSO INSTITUCIONAL»

1. España sólo alberga una nación. De ciudadanos libres e iguales.

2. Reforma constitucional. Limitada. Para garantizar un Estado viable hay que fijar un núcleo básico de competencias intransferibles. .

3. Mayoría de 2/3 para las reformas de los Estatutos. Y para todas las que afecten a las principales instituciones del Estado.

4. Ley sobre el castellano. Para garantizar su uso y aprendizaje en todas las etapas del sistema educativo en toda España.

5. Elecciones municipales y autonómicas. En las comunidades y ayuntamientos debe gobernar quien gane.

6. Declaración institucional sobre ETA. Para que las Cortes manifiesten el compromiso de que no habrá negociación política.

7. Política Exterior. Para defender la posición de España, la seguridad de los compatriotas y los intereses de las empresas.

8. Acabar con la división entre españoles. «Echaremos hasta siete llaves a la tumba del sectarismo, la discordia y la sinrazón».

MEDIDAS ECONOMICAS PARA EL PRESENTE

1. Reforma fiscal. En profundidad, para ayudar a todas las familias que acusan la pérdida de poder adquisitivo.

3. Exención del IRPF. Para trabajadores y pensionistas con 16.000 euros de sueldo, o menos.

3. Rebaja adicional a mujeres. Para todas las que trabajen fuera de casa y para incentivar su incorporación al mercado laboral.

4. Mejora de las pensiones más bajas.

UN PROYECTO PARA EL FUTURO

1. Un plan estratégico. Para la competitividad de la economía y la mejora del bienestar de los españoles a medio y largo plazo.

2. Reforma del sistema educativo. En profundidad. Por ser la única garantía de igualdad real entre españoles, y la mejor inversión para la propia economía nacional.

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