Mariano Rajoy adelantó ayer las líneas maestras del programa con el que el PP va a concurrir a las próximas elecciones generales. En concreto, Rajoy anunció que su partido propondrá una ley que delimite claramente las competencias que el Estado no puede delegar, la reforma fiscal «más importante de la democracia» y el establecimiento de garantías para que todo ciudadano español pueda educar a sus hijos en castellano.
Rajoy explicó que ha llegado la hora de cerrar el modelo de Estado autonómico, para lo cual es necesario clarificar cuáles son las competencias que el Estado no puede ceder a las comunidades que, hasta la fecha, han hecho una interpretación abusiva de los artículos 149 y 150 de la Constitución.
Lo que propone Rajoy coincide con las conclusiones del informe del Consejo de Estado solicitado por Zapatero al inicio de la Legislatura, que aconsejó la conveniencia de delimitar los ámbitos de actuación del Estado y de las comunidades para evitar lo que ha sucedido con el Estatuto de Cataluña, que atribuye a la Generalitat competencias de carácter estatal, vulnerando la letra y el espíritu de la Constitución.
Siempre hemos sostenido en estas páginas que la iniciativa que plantea Rajoy es absolutamente necesaria para acabar con la insensata carrera de las autonomías en busca de más poder y para vertebrar el Estado. Igualmente conveniente nos parece la idea de que las reformas de los Estatutos y de las leyes del bloque constitucional sean adoptadas por mayoría de dos tercios en el Congreso, como también volvió a postular ayer Rajoy.
En cuanto a la reforma fiscal, el PP propugna una rebaja generalizada de los tipos del IRPF, siguiendo la estela de las dos reducciones que se hicieron en la etapa de Aznar. Más en concreto, Rajoy propone que los contribuyentes con ingresos anuales inferiores a 16.000 euros no paguen nada. Ahora el límite está fijado en 9.000 euros. La medida beneficiaría a unos siete millones de ciudadanos. El PP defiende también desgravaciones fiscales a la mujer trabajadora con niños a su cargo.
El líder del PP acierta también con este planteamiento, ya que una reducción razonable de la presión fiscal incentiva la actividad económica y la inversión. La cuestión es si el nuevo Gobierno que salga de las urnas va a tener margen para bajar los impuestos en una eventual coyuntura de pérdida de empleo y caída del consumo.
Por último, Rajoy defendió ayer que los ciudadanos catalanes, vascos, gallegos y de otras comunidades bilingües puedan llevar a sus hijos a centros escolares que enseñen en castellano. Parece una perogrullada, pero no lo es, porque hoy es imposible que un niño pueda cursar sus estudios en castellano en Cataluña, donde la Generalitat está incumpliendo no sólo la ley sino también las sentencias de los tribunales con total impunidad.
El PSOE ha criticado injustamente a Rajoy su incapacidad para formular alternativas. Las propuestas hechas ayer son una demostración de que el PP sí tiene ideas para realizar los cambios políticos, económicos y sociales que necesita España.
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