El propio Rajoy, en la primera entrevista de precampaña que publica hoy EL MUNDO, señala la especial dureza de esta legislatura que termina como el mejor aval de su candidatura. «A lo mejor antes algunos podían tener dudas, pero tres años y medio de superar dificultades han demostrado que puedo ser presidente de España». Efectivamente, en los últimos tres años y medio, el PP de Rajoy ha sabido superar el cordón sanitario instado por el PSOE y sus satélites mediáticos para ofrecer a los ciudadanos un discurso nítido, moderado en las formas y firme en los principios.

El Gobierno, obligado por los partidos nacionalistas, ha impuesto una agenda política en la que la ruptura de consensos básicos en torno al modelo de Estado, la lucha antiterrorista, la igualdad de los españoles ante la ley y el espíritu de la Transición, se han puesto en almoneda a través del nuevo Estatuto de Cataluña, la negociación con ETA, los proyectos de reforma de la ley orgánica del CGPJ y del Estatuto Fiscal, y la Ley de Memoria Histórica. Mariano Rajoy afronta las elecciones generales con un programa de Gobierno que supone, en la práctica, el reverso de esta política de desarticulación nacional.

Por ello afirma el líder del PP que en la campaña convocará a los españoles a un proyecto asentado en tres pilares: la recuperación de los consensos básicos sobre España, política antiterrorista y política exterior; la modernización del sistema de protección social; y convertir nuestra economía en la más puntera del mundo. Con su propuesta de exención fiscal del IRPF para aquellas personas que ingresen menos de 16.000 euros al año, una reforma fiscal que beneficiaría a siete millones de ciudadanos, Rajoy ha tomado la iniciativa política y sitúa el debate electoral en «lo que verdaderamente importa, que es mejorar el bienestar y la riqueza de la gente».

Pero el debate económico requiere de un marco mínimo de estabilidad. Rajoy propone la reforma de la ley electoral, a fin de corregir la sobrerrepresentación de las minorías nacionalistas y que siempre gobierne la lista más votada; y reforzar el CGPJ y el Tribunal Supremo con la finalidad de que sólo haya un recurso de casación en toda España para garantizar así la igualdad ante la ley. El presidente nacional del PP ha crecido en la adversidad de una legislatura caracterizada por la crispación. Ahora afronta su día D con un proyecto en que combina moderación, prudencia, audacia y firmeza a partes iguales.