Rodríguez Zapatero, en el día de su proclamación como candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno -y con Sonsoles Espinosa por primera vez en el escenario-, pidió «una mayoría amplia para que en los próximos años se erradique para siempre de la vida política la inútil crispación». Esto, traducido a lenguaje más llano, viene a significar: quiere arrasar en votos para dar una lección política al PP y que no vuelva a hacer lo que ha hecho en esta legislatura.

El mensaje político, que a buen seguro tendrá continuidad a lo largo de esta interminable campaña y durante los 15 días previos al 9 de marzo, Zapatero lo repitió de muchas formas y formatos. Pero siempre con el objetivo de conectar con los datos cualitativos de las encuestas del PSOE, que indican que un gran número de ciudadanos se inclina por el voto a las filas socialistas para dar una lección a los populares por su «mal estilo» en estos cuatro años.

Así, afirmó: «El PP no ha hecho una oposición ni dura ni blanda. Sólo ha intentando obstruir. No ha arrimado el hombro ni una sola vez. Y ha intentado que las cosas no salieran. No les ha salido, y no les valdrá en marzo».

Por ello, Rodríguez Zapatero agitó el voto de los suyos asegurando que lo pedirá «contra la actitud de obstruccionismo del PP» y, sobre todo, «por la convivencia, la tolerancia y el respeto».

La idea fuerza del arranque de su candidatura la lanzó ayer en Fuenlabrada (Madrid), ante más de 6.000 personas y con todo su Gobierno y su partido rindiéndole pleitesía.

No faltó un miembro del Ejecutivo, ni de la Ejecutiva, ni un dirigente autonómico del PSOE -José Montilla, la única ausencia, es del PSC, alegaban algunos incondicionales-, ni un diputado con posibilidades de repetir en las listas, ni un dirigente del nuevo Partido Socialista de Madrid. Incluso estuvo el escurridizo Felipe González que, por tres veces, tuvo que levantarse de su asiento para saludar a un público socialista que todavía le idolatra.

El acto tuvo un estrado fashion, una escenografía perfecta y una novedad: Sonsoles Espinosa, la esposa de José Luis Rodríguez Zapatero, subió al escenario de la alfombra roja con su marido, algo que el PSOE jura y asegura que no había hecho nunca, y por lo que han peleado más de 20 días.

La pareja, con una coreografía que parecía ensayada, saludó a norte, sur, este y oeste de Fuenlabrada, intercambiándose a la perfección las manos entre la cintura y el hombro en cada giro.

El discurso de Zapatero de ayer no se puede contabilizar como entre sus mejores intervenciones públicas desde que llegó a la Secretaría General del partido, pero el líder del PSOE hace tiempo que busca más la efectividad que el lucimiento, lo que, por otro lado, ha conseguido siempre.

Por ello, dio la impresión de que Zapatero usará las mismas recetas para ganar igual que en 2004. Igual que como él cree que ganó en estos comicios, no como cree el PP que ganó ese 14 de marzo de hace tres años y medio, tres días y medio después del 11-M.

Es decir, Zapatero quiere volver a ganar convocando a todos, identificándose con todos, prometiendo políticas para todos, tal y como hizo hace cuatro años.

Por ello, explicó su gestión de estos cuatro años dirigiéndose a los jóvenes, a los niños, a los pensionistas, a los que buscan viviendas, a las mujeres, a los autónomos, a los dependientes, a los que quieren empleo estable, a los que hablan por el lenguaje de signos, a los que les gustan las artes y la cultura o a los que nacerán con 2.500 euros bajo el brazo... sólo le faltó poner acento argentino.

Luego, anunció los tres ejes fundamentales de su programa, pero sin ninguna sorpresa espectacular, como podría esperarse. Además de querer ganar para buscar la convivencia, Zapatero dijo que los otros dos objetivos de su proyecto -«que está sólo en la primera fase», repitió hasta en tres ocasiones- son: aumentar el Estado del Bienestar, que pasa por conseguir el pleno empleo en los próximos cuatro años; y colocar a España en el liderazgo mundial de la lucha contra el cambio climático y en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i).

Zapatero, además, cumplió con el protocolo de aceptar públicamente la responsabilidad de ser el candidato del PSOE en las próximas elecciones generales, y justificó el nuevo eslogan socialista -La mirada positiva- y su forma de hacer las cosas con una batería de palabras: «Lo haré con una mirada positiva. Es decir, buscando el progreso, la modernidad, el avance, los derechos, la igualdad y la solidaridad».

Cierto es que Zapatero hizo un largo mitin de más de una hora sin mencionar ni una sola vez a Mariano Rajoy y, respecto al PP, sólo hubo las críticas ya mencionadas en torno a su política de crispación.

Luego, no olvidó mencionar a las víctimas del 11-M -aunque no hubo ni una sola palabra hacia las víctimas de ETA, ni hacia la manifestación multitudinaria del pasado sábado- y justificó que toda su labor en el Gobierno había estado presidida por los principios que, en su opinión, son los mayoritarios entre la sociedad española.

Entre estos principios, citó la tolerancia, la convivencia, el respeto, la libertad, la ciudadanía... «Esto es lo que ha determinado en esta legislatura cada acción que ha emprendido el Gobierno».

Finalmente, Rodríguez Zapatero pidió a su partido que se pusiera a trabajar a toda máquina para ganar las elecciones del próximo marzo, y garantizó el triunfo con una serie de premisas. «Con paso firme, convicciones, valores, valentía, entrega y buscando la cercanía de la gente, os puedo asegurar que ganaremos».

El pabellón de Fuenlabrada se vino abajo. El PSOE ha dado el enésimo pistoletazo de salida a la campaña electoral; todavía faltan unos cien días... y esto no ha hecho más que empezar.

elmundo.es

Especial:

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Pedro Solbes, 'el deseado'. «Sobre Solbes, creo que todos compartimos que nació para esto, y es claro que todos queremos que siga en esto. A nivel económico, somos la envidia de muchos países avanzados».

2. Fernández de la Vega, 'la feminista'. «La realización plena de España no llegará hasta que no tenga una sociedad de igualdad real entre hombres y mujeres. Y aquí quiero reconocer la tarea que hace la vicepresidenta primera del Gobierno».

3. Manuel Chaves, 'el socialista'. «Quiero simbolizar mi agradecimiento al PSOE en una persona muy concreta: Manuel Chaves. Y sé que el socialismo andaluz y el socialismo español obtendrán una clara victoria en unos meses». 4. A. P. Rubalcaba, 'el trabajador'. «En la tarea de la lucha por la seguridad y la libertad de todos, hay que elogiar la entrega y la labor hecha por Alfredo Pérez Rubalcaba».

5. Jesús Caldera, 'el programador'. «Pido a todos que os impliquéis en el programa, como si fuese el primero, con Jesús Caldera. Que fue el que hizo el programa en 2004 y lo hizo muy bien».

6. José Blanco, 'el organizador'. «Tenemos un partido que está vivo, firme, seguro, con ganas y confianza. Y gran parte de esto se debe a Pepe Blanco».

7. Bernat Soria, 'el científico'. «Hemos dado grandes pasos en investigación, desarrollo e innovación, lo que no era difícil teniendo con nosotros a Bernat Soria».