La cinta, de la que los juzgados tenían dos copias, muestra cómo un supuesto espía acusa al presidente de la Junta de Andalucía y al secretario de Organización del PSOE de Andalucía (PSOE-A), Luis Pizarro, de estar detrás del espionaje al ex presidente de Caja San Fernando, información que publicó EL MUNDO.

Había dos copias de la cinta y ambas estaban en posesión de los juzgados. Sin embargo, las dos han desaparecido: una, la aportada por el ex presidente de la caja de ahorros andaluza, ha sido robada de la caja fuerte del Juzgado de Instrucción 1 y la otra, que fue entregada en su día al juez por los periodistas de la edición andaluza de este diario, no se ha encontrado aún.

La cuarta sesión del juicio en el que Chaves ha sentado en el banquillo al director de EL MUNDO de Andalucía, Francisco Rosell, y al redactor jefe Javier Caraballo se tuvo que suspender ayer ante la desaparición de esta prueba. Justo en el momento en que debía visionarse la cinta, el juez y los abogados advirtieron que las imágenes que aparecían en pantalla no correspondían a las de la prueba clave, por lo que los oficiales del juzgado trataron, sin éxito, de localizar la cinta. La sesión se reanudará el jueves a las 9.30 horas, con la esperanza de que, de aquí a entonces, se logre encontrar la cinta que entregó EL MUNDO y que, en teoría, debería estar en el depósito de piezas del decanato de los juzgados.

Sólo dos copias

A la espera de que esta segunda cinta de vídeo VHS aparezca o no, lo cierto es que al menos una de las dos únicas copias ha sido robada. En concreto, se trata de la copia que Juan Manuel López Benjumea, el ex presidente de la Caja San Fernando, entregó a la Policía Nacional cuando denunció que estaba siendo espiado y que los agentes, posteriormente, trasladaron al Juzgado de Instrucción 1.

La desaparición tuvo lugar hace más de dos años, a finales de julio de 2005, pero los abogados de EL MUNDO y de López Benjumea -las dos partes que aportaron las cintas- no han tenido conocimiento de ello hasta ahora. Los ladrones se llevaron el vídeo, pero dejaron en la caja fuerte las joyas que había, por lo que cabe pensar que la cinta fuera el objeto expreso del robo.

El robo se perpetró entre la tarde del 26 y la mañana del 27 de julio de 2005 y se produjo en extrañas circunstancias. El día 27, el secretario del Juzgado de Instrucción 1 de Sevilla, donde se seguían las diligencias por la querella de Chaves contra EL MUNDO, denunció ante el juzgado de guardia que esa misma mañana, al llegar a su despacho, había encontrado algunas cosas cambiadas de lugar, «como si hubieran estado registrando».

Habían forzado la cerradura de los cajones de la mesa del secretario; habían roto un sobre con llaves, pero éstas seguían allí; una regla que estaba guardada en el cajón apareció en el suelo; un armario estaba abierto con las llaves puestas, cuando éstas estaban guardadas «en un habitáculo» del despacho. Es decir, se había producido un registro en toda regla pero, aparentemente, nada había desaparecido. O casi.

«Como hecho más grave», el secretario denunció la desaparición de la llave de la caja fuerte del juzgado, «que estaba guardada». Como la caja fuerte estaba cerrada, el secretario ignoraba si había sido abierta, lo que era posible, porque la combinación estaba «anulada desde hace mucho tiempo». Como los objetos más destacables que había en su interior, el secretario se refirió a «joyas».

Varios días más tarde, el 4 de agosto de 2005, una empresa especializada procedió a abrir la caja fuerte, según el «acta de desprecinto y apertura» a la que ha tenido acceso este periódico. En ese momento, se cambió la cerradura y se le entregaron al secretario del juzgado dos nuevas llaves.

Este comprobó el interior de la caja fuerte, «echando a faltar una cinta de vídeo», la del supuesto espionaje de Caja San Fernando, y nada más, «a simple vista». La cinta, según la información que facilita el secretario del juzgado en dicha acta, se encontraba en la caja fuerte desde que fue «extraída» del depósito de piezas «para visionar su contenido».

No todos los juzgados de Sevilla tienen caja fuerte, pero sí algunos como éste de Instrucción 1. Se trata de una caja de pie, no empotrada en la pared, que se abre sólo con una llave y sin combinación.

Fuentes judiciales consultadas por este periódico señalaron que éste es el único robo, al menos en los últimos ocho años, que ha sufrido el Juzgado de Instrucción 1 de Sevilla y su caja fuerte.

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SEVILLA.- La desaparición de las dos cintas de vídeo que implican al presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, en el supuesto espionaje al ex presidente de Caja San Fernando podría tener consecuencias muy importantes en el proceso judicial abierto contra EL MUNDO.

La abogada de los dos periodistas acusados, Cristina Peña, adelantó ayer que, si no aparece ninguna de las dos cintas, pedirá «la nulidad de las actuaciones» que, según explicó, deberían retrotraerse «al momento de la desaparición del vídeo de la caja fuerte del juzgado», con lo que el juicio quedaría suspendido.

Peña indicó que la cinta robada es la que aportó al juzgado el ex presidente de Caja San Fernando, Juan Manuel López Benjumea, porque así se deduce de su numeración. Además, dijo que el juzgado no informó del robo del vídeo «a ninguna de las partes personadas» en el proceso, que tuvieron conocimiento ayer de su misteriosa desaparición.

La abogada de los periodistas de EL MUNDO señaló que no sabe qué derroteros puede tomar el proceso a raíz de este nuevo acontecimiento. En todo caso, sí destacó que «la cinta es prueba de convicción» y, además, «el origen de todas las actuaciones».

Peña lamentó las «irregularidades tremendas» del proceso de instrucción, que otras fuentes del caso calificaron de «caótico», y emplazó a mañana para saber definitivamente si en los depósitos de los juzgados de Sevilla se encuentra la otra copia del vídeo, que debe estar marcada con un número de registro.

La cinta de vídeo es la clave, y en cierto modo la estrella, de este procedimiento. Recoge una reunión celebrada en noviembre de 2001 entre el investigador privado Joaquín Corpas, contratado por Caja San Fernando para dar con la persona que venía siguiendo al presidente de la entidad, y el supuesto espía.

Además, los acompañaba una tercera persona, colaborador del investigador contratado por la caja de ahorros.

Mientras se tomaba la imagen del encuentro desde una azotea en una cinta de ocho milímetros -dos peritos policiales testificaron ayer que las imágenes «han sucedido en la realidad»-, el investigador privado grabó la conversación en una cinta de casete.

Posteriormente, se editó una cinta VHS en la que se fundieron la imagen de ocho milímetros y el audio del casete. En dicha cinta, el espía que seguía los pasos del ex presidente de la caja de ahorros supuestamente confesaba que trabajaba por encargo de Manuel Chaves, Pizarro y Miguel Angel Pino, ex presidente de la Diputación de Sevilla y entonces alto directivo de la entidad financiera. Además, implicaba al ex jefe de escoltas del presidente de la Junta, Juan Escámez.

Chaves, Pizarro, Pino y Escámez son los cuatro denunciantes que han sentado en el banquillo a los periodistas del diario EL MUNDO, al ex presidente de Caja San Fernando y al investigador privado que fue quien grabó la confesión del espía.

Autenticidad

Tal es la importancia de la cinta de vídeo que todas las periciales practicadas para el juicio tienen como objetivo determinar la autenticidad de las imágenes, transcribir la conversación y averiguar si la cinta, además de editada o montada, en un sentido estrictamente técnico, ha sido manipulada.

De hecho, la acusación que ejercen Manuel Chaves y Luis Pizarro centra parte de su papel en desvirtuar la validez del vídeo, como prueba de la defensa. Para ello, sostiene que la frase que implica a Chaves, Pino y Pizarro en el espionaje suena con más fuerza o intensidad que el resto de la conversación, insinuando, por tanto, que pudo ser introducida maliciosamente a posteriori por un tercero.

La reproducción del vídeo se esperaba con expectación entre los abogados de las partes -ya que alguno de ellos no ha tenido aún ocasión de visionar la cinta- y los periodistas que cubren el juicio. Habrá que esperar a mañana para saber si finalmente es posible ver el contenido de la prueba clave.