Zapatero, cuando habla en estos términos, se refiere a la lucha contra el cambio climático mediante «un nuevo contrato del hombre con el planeta», apunta a la necesidad de frenar de manera inmediata las emisiones de CO2 y avanza que esta cuestión será una de las claves de su campaña electoral.

Las principales propuestas de los socialistas en este terreno serán anunciadas el próximo domingo por el propio presidente del Gobierno en el marco de una conferencia sectorial. Con ellas, Zapatero está convencido de que dispone de una baza importante para batir al Partido Popular.

Los planes que desvelará Zapatero tienen un denominador común, según explican en La Moncloa: «Conseguir involucrar a los ciudadanos en la lucha contra el cambio climático». Y, para ello, las medidas que se incluirán en el programa electoral del Partido Socialista no implicarán nuevos gravámenes, sino, bien al contrario, se traducirán en «incentivos» para los hogares.

El propio Zapatero lo apuntó ayer ante el grupo de científicos y expertos que le han asesorado para diseñar su programa en esta materia. «El Gobierno pondrá en marcha», dijo, «estímulos para que los ciudadanos se comprometan con una nueva forma de producción energética en sus hogares», que irá acompañada, además, de un cambio en el «modelo de transportes».

Las medidas concretas y más importantes de su proyecto se especificarán el próximo domingo y hasta entonces, el presidente prefiere no avanzar detalles sobre las mismas.

En Presidencia sí aclaran que entre las propuestas no figura la posibilidad de gravar con un céntimo cada litro de combustible, como se ha publicado. Más bien apuntan que se centrarán en ideas tales como optimizar el número de pasajeros por cada vehículo privado, el uso generalizado de contadores que permitan comprobar el gasto energético de los electrodomésticos o las ayudas para cambiar las instalaciones de producción de energía basadas en el carbono por otras consideradas limpias.

«No es asumible el uso de un vehículo de más de 2.000 kilos, con el gasto energético que necesita su desplazamiento, para transportar sólo a una persona de 80 kilos», explica Zapatero.

Según el presidente del Gobierno, las elecciones del próximo mes de marzo serán la ocasión propicia para que los españoles se pronuncien sobre esta cuestión «y voten por un nuevo modelo energético».

El, por su parte, garantizó su compromiso de poner a España «en la primera línea» de esa transformación en la producción de energía para hacer frente al cambio climático y al calentamiento global. «Este es el desafío más grande que se cierne sobre la vida en la Tierra», afirmó, «y ello exige un nuevo contrato del hombre con la naturaleza». «En esta lucha», advirtió, «no se puede perder ni un minuto ni ningún esfuerzo».

De las palabras del presidente se desprende una preocupación evidente ante las amenazas que supone la negligencia ecológica, pero también de ellas se extrae una vertiente electoral indudable. El Partido Socialista explotará al máximo el patinazo del líder de la oposición, Mariano Rajoy, en este terreno, cuando aseguró que no podía hacerse del cambio climático la gran preocupación mundial. La teoría que Zapatero impartirá en campaña electoral viaja exactamente en sentido contrario.

«El compromiso con el medio ambiente significa compromiso con nuestro propio país. Si apostamos por renovar nuestra energía, apostamos por el futuro», mantuvo ayer el presidente del Gobierno para quien «la lucha contra el cambio climático no es sólo una obligación ética, sino además una gran oportunidad económica». Este último aspecto será una de las claves de la filosofía del presidente. Ya la expuso en compañía del ex presidente de EEUU Bill Clinton hace sólo unos días. Ayer, recordó que «los costes de la inacción son superiores a los gastos que implica luchar contra el cambio climático».

Zapatero destapó la que será una de sus armas electorales durante la inauguración de dos nuevas instalaciones de paneles solares en el parque de La Moncloa. Ambas producirán un total de 86.700 kilovatios de energía renovable al año y evitarán 29 toneladas de emisiones de CO2.

Una de ellas es la primera unidad de alta concentración de energía eléctrica que se instala y explota de forma comercial en España. La otra es una instalación solar térmica que produce frío y sustituirá al sistema tradicional de aire acondicionado de uno de los edificios del complejo de La Moncloa. El proyecto ha surgido de la colaboración entre el Ministerio de la Presidencia, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía y la sociedad Isofotón.

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