El presidente del Consejo General del Poder Judicial, Francisco Hernando, dio cuenta ayer al Pleno de que ha ordenado al jefe del Servicio de Inspección, José María Gil, la iniciación de una investigación sobre el contenido del libro La soledad del juzgador, dedicado al presidente del Tribunal del 11-M, Javier Gómez Bermúdez, y escrito por su esposa, la periodista Elisa Beni.
Hernando venía manifestando en los últimos días su preocupación por la aparición de esa obra, que ha provocado el malestar de jueces, magistrados y fiscales de la Audiencia Nacional, varios de los cuales son objeto de crítica, y las quejas de personas mencionadas en el libro como Pilar Manjón, de quien se revela su papel como intermediadora entre la Audiencia Nacional y la víctima de un atentado islamista con el fin de que se reabriera un concreto sumario.
La preocupación del presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) era lógica. El es el responsable directo del nombramiento de los jefes de comunicación de los órganos judiciales y, por tanto, del de Beni como encargada de prensa en el Tribunal Superior de Madrid.
El anuncio de Hernando de que en la tarde de ayer ordenó a la Inspección la apertura de una investigación -una decisión tomada por el presidente en contra del criterio de vocales del grupo mayoritario, que eran más partidarios de esperar a recibir alguna denuncia- desató un debate en el Pleno, en el que todas las voces que se escucharon fueron críticas hacia el libro.
Comenzó el vicepresidente, Fernando Salinas, quien preguntó a Hernando si tenía pensado tomar alguna decisión sobre la autora del libro «porque es funcionaria [eventual] del CGPJ».
A continuación se pronunció Javier Martínez Lázaro, que manifestó que la polémica suscitada merece que el Consejo concrete los límites de actuación de los jefes de prensa, aunque, en todo caso, le parecía inconcebible que alguien contratado para favorecer la imagen de la Justicia realice actuaciones en su contra. Añadió, a este respecto, que en una empresa privada no se aceptaría que su jefe de comunicación difundiese una imagen perjudicial de la misma.
Le siguió José Luis Requero. A su juicio, una persona cuya función es velar por la imagen de la Justicia y que lo que hace es «criticar a los jueces» y «atacar a la organización a la que sirve» debería abandonar el puesto o, en caso contrario, ser destituida. Requero, que es miembro de la Comisión de Comunicación del CGPJ, afirmó que no tenía «ninguna confianza» en Beni como jefa de prensa del Tribunal de Madrid y que no debería continuar en ese puesto «ni un minuto más».
Precisamente será la Comisión de Comunicación la que, a propuesta ayer de su presidente, Enrique López, analizará la situación de Beni y trasladará al Pleno las conclusiones a las que llegue.
Los vocales dieron muestras de asentimiento a las palabras de Requero. Aún hubo otras intervenciones, como la de Javier Laorden, que opinó que, si se estaba abriendo una investigación disciplinaria contra el juez Bermúdez, «con más motivo habría que hacer algo respecto a ella, que es personal del Consejo».
El debate del Pleno tenía sus precedentes. El pasado lunes, durante una reunión de la Comisión de Organización y Modernización Judicial, la vocal María Angeles García sacó a relucir el libro de Beni sobre su marido y preguntó a los demás consejeros «qué se iba a hacer con una persona encargada de trabajar a favor del prestigio de la Justicia y que, sin embargo, lo arrumba».
Además, en los últimos días varios jueces de Madrid han trasladado a los vocales -entre otros, a Martínez Lázaro, lo que explica su intervención de ayer- comentarios acerca de «qué confianza pueden tener en una jefa de prensa que pone en un libro las cosas que oye a los jueces».
Conocedor de que había mar de fondo y avisado de que el asunto iba a plantearse en el Pleno, Gómez Bermúdez acudió a las 9.00 horas al registro oficial del CGPJ y entregó una carta dirigida al presidente en la que le solicitaba la apertura de una investigación. En realidad, Hernando -con quien el magistrado se entrevistó luego unos minutos- ya había ordenado esa investigación la tarde anterior.
El escrito de Gómez Bermúdez pedía al presidente del Consejo que, «si a bien lo tiene», solicitase la apertura de una información al Servicio de Inspección o incoase diligencias «sobre si el contenido del libro escrito por mi esposa infringe norma alguna disciplinaria o estatutaria».
«La finalidad de esta petición, que se efectúa con carácter urgente- añade-, es poner fin a las dudas y especulaciones sobre esta cuestión».
Desde el punto de vista disciplinario, Gómez Bermúdez tiene poco que temer. Todas las fuentes consultadas en el CGPJ afirman que no habrá expediente. «Con la doctrina Garzón todo vale», dijeron en referencia a la exoneración del juez Baltasar Garzón por el libro El hombre que veía amanecer, escrito por Pilar Urbano.