Domingo, 2 de diciembre de 2007. Año XIX. Número: 6.217.
ÚLTIMAS NOTICIAS TU CORREO SUPLEMENTOS SERVICIOS MULTIMEDIA CHARLAS TIENDA LOTERÍAS
Primera
Opinión
España
Mundo
Ciencia
Deportes
Cultura
Comunicación
Última
Mercados
Crónica
Índice del día
Búsqueda
 Edición local 
M2
Catalunya
Baleares
 Servicios 
Traductor
Televisión
Resumen
 de prensa
Hemeroteca
Titulares
 por correo
 Suplementos
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economía
Motor
Viajes
Salud
Aula
Ariadna
Metrópoli
 Ayuda 
Mapa del sitio
Preguntas
 frecuentes
Paciencia: forma menor de desesperación disfrazada de virtud (Ambrose Bierce)
 ESPAÑA
ETA CRUZA LA FRONTERA / Rubalcaba afirma que los agentes, que iban de paisano y desarmados, encontraron a los asesinos por casualidad en una cafetería / Tras oírse varios gritos, los etarras la emprendieron a tiros
ETA cruza otra línea roja
OSCAR TORRES / ANGELES ESCRIVA

CAPBRETON / MADRID.- La organización terrorista ETA perpetró ayer su primer atentado en suelo francés al asesinar de un tiro a un guardia civil de 24 años, Raúl Centeno Pallón, y herir de extrema gravedad a su compañero, Fernando Trapero Blázquez, de 23 años.

Publicidad
La banda terrorista cruza otra línea roja asesinando en lo que hasta ahora ha sido su santuario. Lejos quedan los precedentes, en 1976, cuando la banda asesinó a dos policías españoles.

Se trata, además, del primer crimen después de que el pasado 5 de junio ETA anunciara el fin del alto el fuego; una tregua pulverizada, en realidad, meses antes cuando acabó con la vida de dos ciudadanos ecuatorianos en el aparcamiento de la T-4 de Barajas.

Al cierre de esta edición, las versiones de las distintas fuentes eran discrepantes sobre lo ocurrido. Los hechos tuvieron lugar a las 09.20 horas en un centro comercial del bulevar principal de Capbreton, una localidad francesa situada en el departamento de Las Landas, 20 kilómetros al norte de Bayona, donde los guardias civiles y los agentes del Renseignements Généraux -los servicios de información franceses- se habían distribuido para realizar sus investigaciones.

Los dos agentes españoles, pertenecientes al Grupo de Apoyo Operativo (GAO) y que participaban en una operación de localización de etarras, acababan de salir de la cafetería Les Ecureuilles, situada en los aledaños de un centro comercial; y, cuando se disponían a entrar en su vehículo, fueron abordados por la espalda por los dos terroristas.

Uno de ellos, de un solo tiro en la cabeza, acabó con la vida de Raúl Centeno cuyo cuerpo, según los testigos, quedó tendido entre el coche y el asfalto. El otro etarra disparó en varias ocasiones sobre Fernando Trapero, dejándole malherido. Ingresó en el Hospital de Saint-Leon, en Bayona, con un coma cerebral en estado muy grave. Por la tarde, con un edema cerebral mayor, fue ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos. Sus padres, su hermana y su novia, visiblemente afectados, se desplazaron hasta el lugar para visitarlo.

Tras la comisión del atentado, los dos asesinos huyeron en un Volkswagen Golf conducido por una mujer, en el que la policía francesa localizó horas después un artefacto explosivo con 300 gramos de material, según confirmaron fuentes de la investigación a Europa Press.

Según el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que se desplazó hasta el lugar de los hechos desde la localidad alemana de Schwielowsee -donde se encontraba de viaje oficial para participar en la cumbre del G-6-, los agentes tiroteados habían tenido minutos antes un «encuentro casual» con los dos miembros de ETA y una tercera persona, una mujer.

«No era un lugar donde estuvieran habitualmente presentes los miembros de la Guardia Civil, sino un lugar escogido al azar, un encuentro fortuito en donde suponemos que ha habido un reconocimiento mutuo, que ha acabado en el tiroteo tras una discusión», explicó el titular de Interior, que también visitó al herido en Bayona junto a su homóloga francesa, Michelle Alliot-Marie.

Según relató Pérez Rubalcaba, los guardias civiles descubrieron a los etarras en la cafetería, que se encuentra en las inmediaciones del centro comercial, y entre ellos se produjo una fuerte discusión que se pudo escuchar desde el interior del establecimiento cuando los cinco habían abandonado el lugar. «Al parecer, los tres etarras estaban en una mesa. No sabemos por qué se han podido reconocer, pero el resultado ha sido que, cuando los guardias civiles han salido, los tres etarras, dos hombres y una mujer, les han seguido, ha habido una discusión y ha acabado con un tiroteo», explicó el ministro en Capbreton, tras descartar que los agentes acudieran al lugar con asiduidad y hubieran sido víctimas de una trampa.

En su huida, los terroristas se dirigieron hacia el norte, en dirección a Burdeos, en el Golf gris, con matrícula de Gironde, pero se desviaron después y se dirigieron hacia el interior de Las Landas. Recorridos casi un centenar de kilómetros, abandonaron el vehículo en Haut-Mauco y se apoderaron de un Peugeot 307 tras amenazar con pistolas a la propietaria y a su hijo de corta edad.

La mujer y su hijo fueron encerrados en el maletero y liberados después en un bosque, entre Leognan y Saucats, tras recorrer 120 kilómetros. En Leognan, a 20 kilómetros del centro de Burdeos, se pierde la pista.

Algunos testigos y fuentes consultadas contradicen partes importantes de esta versión ofrecida por el ministro a primera hora de la tarde. Los agentes agredidos no iban armados, en cumplimiento de los acuerdos con el país vecino para la permanencia de agentes españoles en él; de modo que no pudieron participar en tiroteo alguno, sino que fueron el blanco unilateral de los terroristas.

Según ha sabido este periódico, los guardias civiles formaban parte de un operativo más amplio de persecución de miembros de ETA, cuya pista se estaba siguiendo en el suroeste francés. Sin embargo, su misión, en la que llevaban poco más de una semana, no era de primera línea, sino que estaba centrada en labores de información apartadas del núcleo duro de las investigaciones.

A la espera de que el Gobierno ofrezca una versión más minuciosa y exacta de los hechos, algunos expertos en lucha antiterrorista mostraban ayer su extrañeza por varios elementos. Primero, resaltan que los etarras, al reconocer a los guardias civiles, decidieron tirotearles, cuando lo habitual es que huyan, en especial si están en suelo francés.

También ven raro que los terroristas supieran abiertamente que eran guardias civiles cuando iban de paisano y en un coche camuflado con matrícula francesa proporcionada por el Ministerio del Interior galo. Y no se explican cómo decidieron atacarles sin saber si estaban respaldados en las cercanías o no por otros agentes españoles o franceses.

Estos datos dan paso a la posibilidad de que los agentes hubieran detectado previamente a los etarras, éstos se hubieran dado cuenta y los hubiesen sorprendido desprevenidos, después de asegurarse de su condición de guardias civiles.

Hasta que se perfilen todas las posibilidades, lo que está claro es que con este atentado en suelo francés, la banda terrorista desafía al tiempo a los dos países.

recomendar el artículo
portada de los lectores
copia para imprimir
Información gratuita actualizada las 24 h.
 SUSCRIBASE A
Más información
Renovar/Ampliar
Estado suscripción
Suscríbase aquí
Suscripción en papel
  Participación
Debates
Charlas
Encuentros digitales
Correo
PUBLICIDAD HACEMOS ESTO... MAPA DEL SITIO PREGUNTAS FRECUENTES

elmundo.es como página de inicio
Cómo suscribirse gratis al canal | Añadir la barra lateral al netscape 6+ o mozilla
Otras publicaciones de Unidad Editorial: Yo dona | La Aventura de la Historia | Descubrir el Arte | Siete Leguas

© Mundinteractivos, S.A. / Política de privacidad