La mayoría absoluta del partido de Putin agrisa definitivamente el arco parlamentario. Con el 54,6% de los votos escrutados, los oficialistas sumaban 308 diputados de los 450 que componen el hemiciclo de la Cámara Baja. Con una presencia acaparadora en televisión que a muchos recuerda a la del viejo PCUS, Rusia Unida, el superpartido encabezado por el presidente Vladimir Putin, lideraba anoche en solitario el escrutinio con el 62,9% de los votos (un 26% más que en 2003).

Los comunistas aparecían anoche como la segunda fuerza más votada con un 11,6% (en 2003 obtuvieron un 12%), pero anunciaron que recurrirán el resultado ante el Tribunal Supremo sin esperar a conocer los datos finales. «Estas han sido las elecciones menos democráticas», denunció el líder del PC, Guenadi Ziuganov. Rusia Justa, el partido de izquierdas creado intramuros del Kremlin para sangrar votos al PC, se balanceaba anoche en un incierto 7,9%, poco más del porcentaje mínimo para acceder a la Duma.

A medida que avanzaba el recuento, se despejó el nubarrón que se cernía sobre el histórico partido ultranacionalista LDPR, encabezado por el histriónico Vladimir Zhirinovski, que finalmente meterá la cabeza en la Duma tras recabar un 9%. Como ya se preveía, la oposición liberal -Yabloko y la Unión de Fuerzas de la Derecha- se quedó muy lejos del listón mínimo. Con cerca de un 2%, ambos partidos se han visto perjudicados por los cambios recientes en la ley electoral, que suprimieron las candidaturas de diputados independientes, lo que provocó que ayer todos los parlamentarios fueran elegidos por listas de partido.

«Un futuro tranquilo»

«Estas elecciones a la Duma son una muestra de apoyo al curso político de Vladimir Putin», recalcó Boris Grizlov, presidente de la Duma saliente y representante de Rusia Unida, en su primera comparecencia tras conocer los resultados iniciales.

«Estamos en el G-8 pero en los próximos cuatro años entraremos entre las cinco economías más fuertes del planeta», aventuró en tono triunfalista Grizlov, quien, no obstante, se contuvo de sacar demasiado músculo ante las cámaras y reconoció que «la lucha contra la pobreza» sigue siendo el reto de su partido. Más de 40 millones de rusos -un tercio de la población- sobreviven actualmente con menos de 130 euros al mes.

El triunfo incontestable del partido del Kremlin se intuía en el ambiente cuando Putin fue a votar a la Academia Rusa de las Ciencias acompañado de su mujer Ludmila. «Gracias a Dios se acabó la campaña electoral», dijo el presidente, que impelió a los electores a «votar por la gente en la que confían».

Así lo hizo Irina, una estudiante de 18 años, que en su estreno democrático votó a Rusia Unida en un colegio de la calle Arbat. «Confío en Putin. Seguro que ganará con el 100% de los votos... O más», reconoce a este diario. Por primera vez en estas elecciones, muchos jóvenes que nacieron en la perestroika se han polarizado a favor de Putin, que cuenta con un movimiento de apoyo juvenil llamado Nashi y financiado desde el Kremlin. Tres días antes de las elecciones, los nashi ya felicitaron al presidente por la victoria.

Después de votar, los Putin acudieron a un restaurante cercano que no esperaba tales huéspedes. Cuando el presidente preguntó si había mesas libres, el maître respondió: «Para usted siempre la hay. Pase por favor», relató la agencia Interfax.

El viceprimer ministro Serguei Ivanov, favorito para suceder a Putin en 2008, acudió a un colegio del centro de Moscú ataviado con vaqueros y un plumas. Dijo que votaba «por el futuro de Rusia». ¿Estaría pensando en el suyo? «Por un futuro tranquilo, predecible y sin conmociones», añadió.

En un gesto de protesta contra la «farsa» electoral, el ex ajedrecista y ariete opositor Garry Kasparov tachó con un aspa la papeleta de votación, que mostró a las cámaras antes de depositarla en la urna. «No a la homofobia, no a Luzhkov». Eso fue lo que escribió en su boletín de votación el líder de los homosexuales rusos, Nikolai Alekseyev, enfrentado con el alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, que tacha de «actos satánicos» los desfiles gay, siempre reprimidos con mano dura. Según Alekseyev, él y otras 15 personas fueron arrestadas sin motivo aparente durante varias horas tras acudir a votar en el colegio donde debía hacerlo el propio Luzhkov.

El presidente prorruso de Chechenia, Ramzan Kadirov, aprovechó las elecciones para organizar un referéndum que le permita establecer cambios en la constitución de la república (tales como la ampliación de mandatos presidenciales). «Chechenia se ha convertido en la región más tranquila de Rusia», dijo ayer tras acudir a su colegio electoral.

Aunque las cifras de participación no eran relevantes en estos comicios (el listón mínimo del 25% para validar las elecciones fue suprimido con la nueva ley electoral), la Comisión Electoral Central fue informando puntualmente del porcentaje de votantes, que finalmente se quedó en un 60%.

«En este año los rusos han votado de forma más activa que en las elecciones precedentes», se felicitó el presidente de este organismo, Vladimir Churov, durante una conexión con la Estación Espacial Internacional (ISS) en la que pudo conversar con Yuri Malenchenko, quien votó a 350 kilómetros de altura. Aunque nunca la democracia se había ejercido desde tanta distancia, sorprende que haya sido Rusia la pionera en la creación del voto interestelar, pues el voto por correo no se ejerce en este país. Más de dos millones de rusos residentes en el extranjero pudieron votar en colegios especiales.

En la parte oriental del país se registraron cifras de participación del 80%. Así ocurrió en Chukotka, la remota región del extremo oriente siberiano gobernada por Roman Abramovich, dueño del club de fútbol Chelsea, que ayer voló desde Londres hasta su reino para acudir a las urnas.

El diario Moskovski Komsomolets comparó la jornada de ayer con las consultas soviéticas y publicó en portada el sábado un cartel propagandístico de los años 50 en la que un hombre deposita una papeleta en una urna roja en la que está escrito Por la patria, por Stalin, por la paz, por el comunismo. Pero no todos los rusos se ríen de su pasado. Yulia, de 26 años, ha votado por el PC porque -asegura- le gustan los chistes de Ziuganov que los comunistas han repartido como propaganda electoral en un intento de sacarle los colores a Rusia Unida. En uno de estos chistes se ve a un oso pardo, símbolo de Rusia Unida, a punto de comer. Y en el menú pone: de primero, encuentro con los electores.

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