Asier Bengoa debería haber estado en prisión hasta 2010. Sin embargo, los más de cuatro años transcurridos entre su detención y la ratificación de su condena por el Tribunal Supremo le ofrecieron la oportunidad de escapar. La aprovechó, y ayer fue detenido cerca de Toulouse (Francia), junto a Saioa Sánchez, como presunto miembro del comando que asesinó a los guardias civiles Raúl Centeno y Fernando Trapero. Este último falleció ayer en el hospital de Bayona.
En noviembre del año pasado, la Sección Cuarta de la Audiencia Nacional tomó dos decisiones respecto a Bengoa: condenarle a siete años y medio de prisión por colaborar con ETA y acordar de manera inmediata su libertad, puesto que había cumplido el tiempo máximo que podía pasar en prisión provisional.
Los magistrados comprobaron que para entonces Asier Bengoa ya había cumplido la mitad de la pena que habían decidido imponerle, lo que obligaba a su excarcelación. La ley establece que sólo se puede cumplir en prisión provisional la mitad de una condena que aún no sea firme. Es decir, que Bengoa debía quedar en libertad hasta que Tribunal Supremo se pronunciase sobre su recurso. Así lo hizo en octubre de este año, pero para entonces Bengoa ya no estaba.
El etarra había sido detenido el 1 de abril de 2003 por orden del juez Baltasar Garzón, en una operación contra los aparatos de captación e información de ETA basada en los papeles incautados a Ibón Fernández de Iradi, Súsper. En octubre de 2006, Bengoa se sentó en el banquillo junto a otros 17 acusados. El fiscal Pedro Rubira pidió para él 10 años de prisión como miembro de ETA.
Para cuando empezó el juicio, los plazos de prisión provisional de muchos de los acusados estaban cerca de cumplirse, una circunstancia que se aceleró al imponer la Sala condenas inferiores a las que solicitaba el Ministerio Público.
La única manera de evitar la excarcelación de Bengoa -y de otros finalmente condenados- habría sido que el instructor y la Sala tramitaran la causa de manera más ágil, adelantando así la fecha previsible de la sentencia. Por ejemplo, apartando de la causa a un acusado que acabó siendo detenido en Francia. De los datos recogidos en la sentencia de la Audiencia Nacional se desprende que el elemento que dilató gravemente el proceso fue la incorporación al procedimiento de Unai Berrosteguieta, arrestado por las autoridades francesas. Su entrega a España llevó a Garzón a reabrir la causa cuando hacía 11 meses que había dictado auto de conclusión del sumario y el asunto ya estaba en manos de la Sección Cuarta. El sumario volvió a darse por cerrado, pero dos años después de que se hiciera por primera vez.
En su apartado dedicado a Bengoa, la sentencia de la sección Cuarta afirma: «Conocido con el apodo de Rizos, en junio de 2001 le propusieron ayudar a ETA, posponiéndose los contactos, que se reanudaron en febrero de 2002, habiendo acudido a cinco citas en Francia, a donde lleva información sobre posibles objetivos y ofrece los nombres de personas que pudieran también cooperar con ETA.[...] Ha llamado facilitando información a ETA acerca de un guardia civil llamado Laurentino, obtenida a través de su novia, también acusada, y de un policía nacional de Vitoria que intervino en su detención [...] No ha quedado acreditado que sea miembro de ETA».
LAS FECHAS CLAVE
1-4-2003: La Policía detiene a Asier Bengoa por su presunta pertenencia a ETA.
25-5-2004: Garzón da por concluido el sumario.
7-9-2006: «La Sección Cuarta inicia el juicio, que concluye el 2 de noviembre.
7-11-2006: El tribunal ordena su excarcelación al haber cumplido la mitad de la pena que ha decidido imponerle.
17-11-2006: La Sección Cuarta hace pública la sentencia, que condena a Bengoa a siete años y medio por colaboración.
1-10-2007: El Tribunal Supremo ratifica la condena de la Audiencia, que pasa a ser firme.
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Detenciones:
Vea imágenes de la operación en Francia.
Especial:
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