Un total de 154 conductores fueron detenidos por agentes de tráfico durante los pasados 2 y 3 de diciembre por cometer presuntos delitos de tráfico tipificados como tales en la última reforma del Código Penal, que prevé penas de cárcel de hasta cinco años y multas de hasta 288.000 para los infractores de las normas.
Los presuntos delitos podrían aparejar penas de prisión de hasta 12 meses para tres de los automovilistas, que se negaron a someterse a la prueba de la alcoholemia. Además, les será impuesta una multa que podría ir de 360 a 144.000 euros, en función de la cuantía de sus ingresos.
Para el resto de los detenidos, aquellos que superaron la tasa de 0,6 miligramos de alcohol por litro de aire espirado -o 1,2 miligramos de alcohol por litro de sangre- o los sorprendidos rodando a velocidad excesiva, la pena oscilaría entre tres y seis meses de cárcel y entre 360 y 144.000 euros.
Sin embargo, es muy improbable que ningún de ellos ingrese en prisión, a no ser que ya hubiesen sido condenados previamente y se encuentren en situación de libertad provisional.
Bartolomé Vargas, fiscal jefe de Seguridad Vial, así lo indicó a este periódico. En su lugar, los condenados por delitos de tráfico deberán realizar trabajos para la comunidad. Y dado que no habrá plazas para todos, está previsto que puedan redimir condena ayudando a personas víctimas de accidentes de carretera o a sus familias.
A falta de conocer cifras más recientes sobre las detenciones o nuevos detalles, hasta el momento tan sólo se sabe que el domingo fue la peor jornada, con 132 detenciones. La práctica totalidad de los detenidos en aquel día -131- lo fueron por superar los 0,6 mililitros de alcohol en sangre. El otro automovilista fue llevado ante el juez por exceso grave de velocidad.
El pasado lunes fueron dos los conductores a los que detuvieron los agentes de tráfico por correr en exceso. Otros 25 automovilistas fueron detenidos tras detectar los guardias civiles que conducían pese a haber ingerido bastante más alcohol que el permitido.
Un primer examen de los datos filtrados hasta el momento sobre los resultados de la reforma del Código Penal evidencia que la DGT pretende crear un cierto clima de temor ante la proximidad de las festividades navideñas
Esta urgencia también obedece al hecho de que, como ya vaticinaron los analistas, el efecto intimidatorio del carné por puntos acabaría por remitir y, en ese caso, la siniestralidad tendería a repuntar, especialmente con la llegada de los periodos vacacionales.
Además, el ministro del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba ya anunció este pasado verano que el objetivo del Gobierno sigue siendo evitar que se pierdan más de 3.000 vidas humanas en accidentes de carretera y hasta el momento ya han fallecido más de 2.700 personas. Y a esto hay que añadir los seis millones de desplazamientos previstos para el puente de la Constitución y los de las navidades.