La razón de este vacío: el diplomático cubano no presentó una demanda oficial de refugio y asilo ante la embajada de España en Mozambique; únicamente se limitó a expresar su solicitud de manera informal y sin los papeles precisos, según explicaron fuentes ministeriales.

Los medios diplomáticos consultados por este periódico no se atrevían a hacer pronósticos acerca de las posibilidades de Menéndez de lograr la condición de asilado en España.

El proceso de tramitación de una petición de este tipo debe arrancar en el Ministerio del Interior y, a continuación, pasar a la consideración de la comisión interministerial encargada de este tipo de expedientes. Dicha comisión está formada por representantes de los departamentos de Interior, Justicia, Exteriores y Trabajo y Asuntos Sociales.

Sí existía, sin embargo, una sensación de malestar provocada por las declaraciones de Menéndez en las que daba por hecho que con el Gobierno de José María Aznar su demanda de asilo no habría tenido dificultades para prosperar, en tanto que con el Ejecutivo de Zapatero probablemente surjan problemas.

Los diplomáticos contactados por EL MUNDO señalaban que este tipo de afirmaciones son una mala carta de presentación.

No obstante, en el Ministerio aseguraban estar a la espera de que Lorenzo Menéndez se ponga en contacto con ellos y con el Departamento que encabeza Alfredo Pérez Rubalcaba y que proceda a la presentación de su solicitud con la documentación adecuada.

También advierten de que la aceptación de su demanda no depende del Ministerio de Asuntos Exteriores, sino del acuerdo al que se llegue en la comisión interministerial.

En cualquier caso, la decisión de la comisión tampoco es definitiva. En este tipo de procesos la voz cantante y el voto de calidad lo tiene Interior hasta el punto de que si, finalmente, entre la opinión de la comisión y la del ministerio existieran discrepancias, el asunto debería elevarse a la consideración del Consejo de Ministros.

Una vez que el diplomático cubano presente su solicitud de asilo, podrá permanecer en territorio español hasta que ésta sea decidida.

La Ley de Refugio y Asilo vigente en España es flexible con todos aquellos casos que implican persecución por motivos de opinión política, aun cuando hayan supuesto la comisión de algún delito.

No obstante, es sabido que todos las instituciones, foros u organismos defensores de los refugiados denuncian que en los países occidentales se deciden las aceptaciones de asilo y refugio en función, no sólo de lo que estipula la ley, sino también en función de condicionantes políticos.

En la actualidad, Madrid se encuentra en una etapa de mano tendida hacia el régimen cubano al que los diplomáticos españoles consideran en vías de un cambio inexorable.

No se trata de que España considere a La Habana uno de sus principales aliados en el exterior. La diplomacia española conoce bien los defectos del régimen castrista, pero ha optado por el camino del diálogo y el acercamiento en lugar de la vía de la confrontación radical porque considera que con esta fórmula conseguirá mejores resultados.

No obstante, este método tiene fecha de caducidad. La propia España así lo planteó ante los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, poco proclives a dar margen de confianza a la dictadura cubana.

Si en la próxima primavera no ha habido señales evidentes de cambio democrático en Cuba, Europa, y España con ella, se replantearían entonces las relaciones con el régimen cubano. Pero, de momento, la consigna continúa siendo el diálogo.

De hecho, el Ejecutivo cubano quiso dejar muy claro durante la visita del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, a La Habana el pasado mes de abril que el tema de los presos políticos no formaría parte de la futura agenda.

Los gobiernos de Cuba y España suscribieron entonces tres acuerdos de colaboración y la creación de un mecanismo de diálogo sobre Derechos Humanos que, en palabras del canciller cubano, Felipe Pérez Roque, no abordaría el asunto de los presos políticos. «Se trata de mercenarios financiados por la potencia extranjera para subvertir el orden interno y cometer actos de violencia y terrorismo. Aquí no existen presos por pensar de manera distinta», indicó en aquella ocasión.