Con una declaración política, un acuerdo de protección recíproca de inversiones y dos memorandos de colaboración económica y defensa, España y Libia dieron por iniciada ayer una nueva etapa de cooperación avanzada en todos los ámbitos. Trípoli se sitúa así, a todos los efectos, sólo un par de pasos por detrás de los principales países del Magreb que mantienen con Madrid acuerdos privilegiados de Amistad. Tras la visita de Muamar Gadafi, el Gobierno español considera abiertas las vías para que las empresas españolas accedan a contratos potenciales por un valor de 12.000 millones.
El líder libio y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, sellaron ayer un pacto de acercamiento mutuo, prácticamente una alianza estratégica, de la misma manera que lo hiciera el rais hace apenas unos días con el presidente francés, Nicolas Sarkozy. España y Francia se han convertido de esta manera en los dos países que han abierto a Gadafi las puertas del concierto internacional.
De hecho, la declaración política que han firmado los dos países expresa «la voluntad común de abrir una nueva etapa cualitativa en sus relaciones bilaterales, fundadas en la amistad y en la solidaridad, estableciendo un marco permanente de concertación y de cooperación».
Libia y España celebrarán a partir de ahora reuniones anuales de sus ministros de Exteriores y encuentros «periódicos» de sus jefes de Gobierno. Este texto incluye apartados dedicados a la cooperación económica, energética, de defensa, en cultura y educación, en el ámbito jurídico, la inmigración y la lucha contra el terrorismo. Trípoli afirma expresamente en este último apartado su condena firme contra esta actuación «criminal e injustificable» y, junto con España, asegura su voluntad de «combatir esta amenaza adoptando medidas para su prevención y represión dentro del pleno respeto al estado de Derecho y a las normas del Derecho Internacional Humanitario».
Durante el encuentro que mantuvieron anoche en el Palacio de La Moncloa, Zapatero hizo hincapié en el proceso de acercamiento que ha iniciado Libia hacia la UE y se mostró convencido de que esta estrategia «dará frutos» y que, además, será «recíproca». La Unión ha acordado recientemente estudiar la posibilidad de empezar a negociar un Acuerdo de Asociación con Trípoli como los que tiene con los restantes países mediterráneos.
Los intereses económicos ocuparon enseguida el centro de la atención de las dos delegaciones. España tiene especial interés en impulsar la entrada de empresas nacionales en los sectores de las infraestructuras, telecomunicaciones, turismo y gestión del agua. En el terreno energético, la compañía Repsol tiene ya importantísimos intereses en Libia que, a partir de ahora, contarán con el amparo extra del acuerdo de protección recíproca de inversiones suscrito ayer.
El Gobierno español calcula que con la visita del líder libio se abren expectativas de contratos por valor de 2.000 millones de euros en los sectores aeronáutico y de Defensa, así como posibilidades de inversiones mutuas en el campo energético por otros 5.000 millones de dólares.
A esto hay que añadir la cuota que las compañías españolas podrían conseguir dentro del Plan Global de Infraestructuras que ha puesto en marcha Libia. El Gobierno cree que se puede optar a un pedazo del total de adjudicaciones por un montante de 10.000 millones de dólares.
En conjunto, las expectativas inversoras que desde anoche quedan abiertas para España ascienden a más de 17.000 millones de dólares (aproximadamente 12.000 millones de euros).
Gadafi y Zapatero dedicaron también buena parte de su tiempo a analizar la inmigración. El líder libio se mostró dispuesto a mantener, como pide España, «un enfoque global e integral para la gestión de los flujos migratorios» así como a prestar su ayuda en las operaciones de rescate y socorro en el mar.
elmundo.es
Vídeo:
Vea la llegada al aeropuerto de Barajas del presidente de Libia, Muamar Gadafi.