El Ministerio de Asuntos Exteriores dejó ayer una puerta abierta a la posible admisión de la solicitud de asilo del diplomático cubano Lorenzo Menéndez. Fuentes autorizadas del Departamento que dirige Miguel Angel Moratinos y de la Secretaría de Estado para Iberoamérica, encabezada por Trinidad Jiménez, aseguraron que hasta la fecha no se ha devuelto a La Habana a ningún demandante de protección que se encontrara en circunstancias similares a las de Menéndez.
Exteriores tuvo constancia ayer, a media mañana, de que el diplomático cubano se había personado ante las autoridades competentes del Ministerio del Interior para presentar su solicitud con los documentos oportunos.
La petición será sometida ahora a la comisión interministerial encargada de estudiar este tipo de expedientes y que está integrada por representantes de los ministerios de Interior, Justicia, Exteriores y Trabajo y Asuntos Sociales.
Lorenzo Menéndez tiene derecho a permanecer en España hasta que su caso obtenga una respuesta de la Administración.
Sin prejuzgar la decisión que finalmente adopte la comisión interministerial, los diplomáticos españoles consultados por este periódico aseguraban ayer que Menéndez no será repatriado a Cuba, aun a sabiendas de que un gesto de este tipo puede plantear nuevos roces en las relaciones entre Madrid y La Habana.
«Balón de oxígeno»
Las mismas fuentes confiaban en que, de suscitarse un problema con el régimen cubano, el mismo podría superarse haciendo uso del acuerdo de diálogo alcanzado entre los dos países el pasado mes de abril con motivo de la primera visita de Moratinos a la isla. En dicho acuerdo los dos países se comprometen a hablar y abordar, sin restricciones, cualquier asunto, incluida la situación de los presos y la política de derechos humanos.
Mucho más tranquilo y relajado, el diplomático cubano explicaba a EL MUNDO que después de presentar su solicitud de asilo se había quitado un peso de encima. «Estoy mucho menos preocupado. Aprecio que existe un interés porque mi caso se resuelva de la forma más rápida posible y, además, sé que, aunque caduque el visado que tengo para estar en España, puedo quedarme sin temer que me puedan echar en cualquier momento. He recibido un balón de oxígeno que me permite seguir en España».
Sin embargo, era consciente de que la decisión podría alargarse más de un año y, por eso, se ha puesto en contacto con su familia, que vive en Miami, para que se informe sobre la posibilidad de pedir el asilo en Estados Unidos. «Yo no quiero regresar a Cuba, y si en Estados Unidos el plazo es menor y me dan una solución antes, me iría allí. No vale la pena estar esperando durante un año una respuesta y que luego sea negativa. No puedo correr ese riesgo».
Lorenzo Menéndez se enfrenta ahora a una pena de entre 15 y 20 años de prisión por los delitos de traición, deserción y contrarrevolución, si regresa a Cuba. «Sé que no van a dejar de buscarme y de hacer gestiones para encontrarme y que purgue condena por mis delitos. En Cuba, soy el hombre que nunca existió, estoy enterrado y sepultado. Regresar a Cuba significa pudrirme en prisión».
El diplomático se muestra agradecido por el trato dispensado por la Policía española. «Cuando llegué esta mañana [por ayer] a la oficina de asilo y refugio me estaban esperando. El trato fue, en todo momento, muy amable, muy ágil y la atención fue muy esmerada».
De momento, Menéndez puede permanecer en España de forma legal hasta que se resuelva su solicitud de asilo. Podrá permanecer, si así lo desea, en uno de los centros de refugiados que existen en España. «A mí no me importa irme al centro, pero tengo una hija de sólo 11 años y preferiría alquilar un pequeño apartamento para que se sienta más cómoda», añade.
El ex número dos de la embajada de Cuba en Mozambique lamenta que algunas de sus declaraciones hayan podido causar malestar. «Las he hecho», comenta, «sin ningún tipo de intención en ese sentido, sino todo lo contrario, con la intención de crear un clima favorable para que se aceptara mi solicitud».
Lorenzo Menéndez se muestra sorprendido por que desde el Ministerio de Asuntos Exteriores hayan comentado que, en ningún momento, nadie de la embajada de España en Mozambique recibió una petición formal de asilo por parte del cubano. «No lo presenté formalmente, porque nadie me informó de que tenía que rellenar una solicitud como han hecho esta mañana [por ayer] en la Oficina de Asilo y Refugio. Si me hubiesen dado la solicitud, se habría evitado toda esta publicidad; pero el embajador, cuando me recibió en su residencia, sólo me dijo que trasladaría lo que yo le había planteado a sus superiores en España y que obtendría una respuesta, pero nunca llegó», subraya.