Martes, 18 de diciembre de 2007. Año: XVIII. Numero: 6575.
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 ESPAÑA
El día en que 'El Bueno' fue 'el demonio'
Un hombre de un pueblo de Badajoz mata a su hermana embarazada, acuchilla a tres vecinos y degüella a un perro y a tres pavos reales antes de que la Guardia Civil lo abata a tiros
ANTONIO TEXEIRA. Corresponsal

MERIDA.- «Se le ha ido la cabeza». Es la explicación de los vecinos que conocían bien a José Manuel Aguedo Morcillo. Este joven de 37 años, de Oliva de la Frontera (Badajoz), sembró ayer el pánico en su propia calle armado con un pico de labranza y un cuchillo. Asesinó a su propia hermana, embarazada, hirió a tres vecinos, degolló a un perro y arrancó la cabeza a tres pavos reales. Quienes le vieron actuar dicen que «era la encarnación del demonio».

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José Manuel Aguedo era conocido en el pueblo como El Bueno. El apodo lo recibió de su padre, José, «que todo lo daba». De familia de humildes agricultores, José Manuel abandonó pronto los estudios y, por iniciativa de su padre, comenzó a labrar las tierras familiares con sólo 15 años. Sin embargo, tras la reciente muerte de su progenitor, el chico dejó de lado el trabajo y cayó en la bebida.

«Siempre lo veías en el bar de la plaza. Era un chico muy tímido, callado. Pero cuando bebía un poco, se ponía gracioso», cuenta un vecino, «aunque, la verdad, también se ponía agresivo y hacía cosas extrañas».

Entre esas rarezas, está la que protagonizó el pasado sábado. Después de una copiosa comida navideña con los amigos, José Manuel, «con un par de copitas de más», según afirman en el pueblo, «quiso continuar la fiesta. Por eso, propuso una ir a una nave donde el club de senderismo del pueblo iba a celebrar la comida anual». Al encontrarse con la puerta cerrada, José Manuel hizo alarde de chulería empotrando su Ford Fiesta. Arrancó el portón de un golpe, entró en el recinto y, tras una exhibición de derrapes, dejó el coche allí mismo y se marchó a casa.

Esa misma tarde, la Policía Municipal acudió al recinto ferial. Levantó acta de los destrozos, se llevó el vehículo abandonado y tomó declaración a algunos testigos. Después, notificaron a José Manuel que ayer, lunes 17 de diciembre, tendría que declarar en comisaría.

El arrebato de José Manuel fue la noticia del fin de semana para Oliva de la Frontera, un pequeño municipio pacense de 5.800 habitantes. Entre los sorprendidos estaba su madre, de 65 años, con quien vivía. La mujer trató de mediar en el asunto para que su hijo fuera a declarar y el asunto no se complicara. Incluso, echó mano de una vecina para convencer a su hijo, que desde el primer momento se negaba a acudir.

Llegado el día de ayer, después de una fuerte discusión con su madre la noche anterior -ella le seguía insistiendo que fuera a declarar-, José Manuel cogió un cuchillo de cocina y un pico y se marchó de casa. Lo hizo saltando por el patio trasero, que limita justo con el hogar de la vecina que, junto a su madre, intentó convencerle para que testificara. Al encontrarse con ella de frente, le asestó varias puñaladas en el estómago, hasta casi abrírselo en canal. La mujer, de 55 años, pidió auxilio a gritos y fue socorrida por un vecino, quien la llevó rápidamente a urgencias.

José Manuel ya había saltado a otro corralón, éste de un establecimiento de piensos, donde degolló a un perro y, haciendo uso del pico, hirió en la cabeza y la espalda al propietario, de 34 años. El herido acudió por su propio pie al centro de salud.

El horror, entonces, ya se había apoderado de Oliva de la Frontera. A El Bueno «se le había ido la cabeza y estaba intentado matar a todo el mundo», corrían las voces por el pueblo a las ocho de la mañana. Y es que José Manuel proseguía con sus macabras visitas. En otra casa, arrancó la cabeza a varios pavos reales y, en la última, asestó una puñalada en el cuello a otra vecina de 75 años, quien fue ingresada en la UCI.

Todas las víctimas residían en su misma calle. En ella, también vivía Dolores, la hermana de El Bueno. Al saber de lo ocurrido, no tardó en acudir a casa de su madre, a quien encontró con un ataque de nervios. Eran las 8.40 horas de la mañana. José Manuel, con las manos ensangrentadas, se presentó en casa.

Entre gritos de «todos tenéis que morir» y «no os perdono la vida más», el joven se enfrentó a su hermana por «echarle en cara su extraño comportamiento». «Le dijo que estaba loco», relata una de las vecinas.

José Manuel la emprendió a golpes con su única hermana. Con una de las partes puntiagudas del pico, dio una paliza a Dolores, hasta que ésta se desmayó. Su madre, testigo de la terrorífica escena, se interponía a la vez que recibía empujones de su hijo. Ella no paraba de gritar «déjala ya. Por favor, hijo mío, que es tu hermana».

Fue entonces cuando El Bueno dejó el apero de labranza y acudió a la cocina a por otro cuchillo. Se abalanzó sobre su hermana y le asestó una sola puñalada. La madre medió de nuevo. Levantó a su hija del suelo y la llevó en brazos hasta la puerta. Allí, cruzando el umbral, la chica de 26 años dejó de respirar.

La joven trabajaba como cuidadora social en el Ayuntamiento de la localidad. No hacía ni un año que se había casado y estaba embarazada.

En ese instante, llegaron varios agentes de la Guardia Civil de Zahínos y de la misma Oliva de la Frontera. Intentaron reducir al agresor con la ayuda de las porras de defensa, pero viendo que el joven estaba muy alterado, uno de los agentes disparó al aire. Otro le pegó un tiro en una pierna e intentó acercarse. Justo ahí, José Manuel se abalanzó sobre ellos y recibió un segundo disparo en el pecho. Ese tiro fue mortal.

De los tres heridos, ingresados en el hospital Infanta Cristina de Badajoz, uno recibió ayer el alta médica. Otro podría hacerlo durante el día de hoy. Y el tercero, el más grave, se encuentra en la UCI, con pronóstico reservado.

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