Sábado, 22 de diciembre de 2007. Año: XVIII. Numero: 6579.
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 ESPAÑA
CHAVES CONTRA EL MUNDO / La sentencia
Chaves pierde el juicio con el que quiso dar un escarmiento a EL MUNDO
La sentencia absuelve a los periodistas y declara «veraz» la información que le implicaba en el espionaje a un banquero
CHEMA RODRIGUEZ / SILVIA MORENO

SEVILLA.- Manuel Chaves ha perdido el juicio con el que quiso dar un escarmiento a EL MUNDO. La información publicada por este periódico en noviembre de 2001 sobre el espionaje a los ex presidentes de las cajas de ahorro sevillanas, El Monte y San Fernando, supuestamente ordenado por el presidente de la Junta de Andalucía, era «veraz», de interés público y suficientemente contrastada.

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Sobre estos pilares, el magistrado del Juzgado de lo Penal número 3 de Sevilla, Francisco Guerrero, sustenta la absolución del director de EL MUNDO de Andalucía, Francisco Rosell, y del redactor jefe Javier Caraballo, a los que el también presidente del PSOE sentó en el banquillo, acusándoles de un delito de injurias graves con publicidad.

El proceso judicial, inédito, derivó en la imposición de una fianza histórica a este periódico de 700.000 euros, la más alta impuesta jamás en un asunto de estas características.

La sentencia, hecha pública ayer, concluye de forma contundente que no hay el menor atisbo de injurias en la noticia aparecida en las páginas de este diario el 29 de noviembre de 2001 y respalda la labor del periodista que la firmó, Javier Caraballo.

La información, dice literalmente la resolución judicial, «hay que considerarla veraz, por cuanto los distintos medios de prueba determinan que se ha actuado con diligente búsqueda de la verdad, de buena fe y con seriedad en la actuación profesional».

El juez va más allá y respalda la investigación llevada a cabo por EL MUNDO en la que se basaron las informaciones aparecidas en la edición nacional y andaluza del periódico. La diligencia, insiste el magistrado, está fuera de toda duda.

Al igual que el interés público de la noticia, que certifica el magistrado asegurando que es «noticia» por la materia de la que se trataba (el espionaje a los ex presidentes de las cajas sevillanas) y por las personas a las que alude, «por sus nombres y los cargos públicos que ostentaban».

La absolución alcanza, además, al ex presidente de San Fernando Juan Manuel López Benjumea y al investigador privado que éste contrató, Joaquín Corpas, imputados, como los periodistas, por un delito de injurias graves al presidente de la Junta por las que Chaves exigía más de 350.000 euros de multas e indemnizaciones cercanas al medio millón de euros.

El banquero López Benjumea y Corpas, apunta la sentencia para argumentar su exculpación, «obtienen determinada información y no realizan actos para que esta noticia sea publicada y tampoco pueden manejar la actuación profesional de los periodistas», pues «no pueden influir sobre periodistas de un medio de importancia que antes no estuvieran decididos a publicar la información».

La resolución del juez Guerrero desacredita por completo la versión mantenida por Chaves y por el resto de los querellantes: el secretario de Organización del PSOE andaluz, Luis Pizarro; el ex presidente de la comisión de control de Caja San Fernando, Miguel Angel Pino, y el ex jefe de escoltas de Chaves y actual alcalde de Sanlúcar la Mayor, Juan Escámez.

Todos ellos se presentaron como víctimas de una estrategia conspirativa urdida por el ex presidente de San Fernando con la participación de EL MUNDO, a cuyos periodistas, llegaron a afirmar las acusaciones, «engatusaron».

Ni hubo «montaje», como se empeñó en repetir durante el juicio hasta la saciedad el abogado de Chaves, Alfonso Martínez del Hoyo, ni se trató de influir en el proceso de renovación de las cajas sevillanas con una información falsa.

Ni siquiera se atreve el juez a negar la existencia del espionaje al que fue sometido López Benjumea y que determinó la publicación de la noticia. Unicamente habla de «dudas» que las pruebas dejan sobre la «realidad absoluta o incontrovertible» del espionaje. Es incuestionable, apunta, que López Benjumea se sintió espiado.

Pruebas, como la transcripción policial de la conversación grabada por Corpas de su reunión con Castellanos en un bar de la capital hispalense, que quedó recogida en las cintas de vídeo que sirvieron como sustento de la información y en la que se recogen frases, atribuidas al supuesto espía, en las que éste llegó a afirmar: «Entre Pino, Pizarro y Chaves me han mandado a seguir a Benjumea y Beneroso [entonces presidente de El Monte]».

A pesar de que las dos cintas de aquella grabación fueron robadas en julio de 2005 de la caja fuerte del Juzgado de Instrucción número 1 de Sevilla, el magistrado que ha juzgado el caso estima suficiente la copia de audio que se pudo escuchar durante una de las sesiones y la transcripción efectuada por la Policía.

Así lo hace constar en la sentencia, en la que reproduce toda la conversación y en la que ofrece explicaciones lógicas a las deficiencias de la grabación esgrimidas por las acusaciones para hablar de «montaje». Según el magistrado, la grabación original fue sometida a un proceso de edición en el que se unieron sonido e imagen, lo que justifica la falta de sincronización entre audio y vídeo, mientras que las alteraciones sonoras las atribuye a las circunstancias en las que se grabó el encuentro.

La información publicada, además, fue avalada por su protagonista -recoge la resolución-, López Benjumea, por la Delegación del Gobierno -a través de la cual llega la noticia al periódico- y por otros indicios recabados por su autor, como las tarjetas de visita -una de ellas de Juan Escámez- entregadas por Castellanos a Corpas y que EL MUNDO reprodujo en sus páginas.

Aunque la principal fuente de la información, como reconoce el juez, fue la cinta de vídeo, un «dato más y significativo» que el propio Corpas entregó a los periodistas.

De él, del investigador, censura el juez las numerosas contradicciones en las que incurrió a lo largo de las seis sesiones del juicio, cuando cambió sus declaraciones iniciales para desmarcarse del supuesto «montaje» y buscar su propia y exclusiva absolución.

Así lo destaca la resolución, que llega a decir que Corpas buscó su impunidad con una estrategia más cercana a las acusaciones que a las defensas y que en ningún momento de sus intervenciones logró explicar las numerosas dudas sobre su participación en los hechos. Ni siquiera negó en el juicio que su voz fuera la que se oye en la cinta que atribuye a Chaves la orden de espiar a Benjumea.

No deja de hacer mención el magistrado a la publicación de la noticia en otros medios -contra los que no se querelló Chaves- en días posteriores y sin citar a EL MUNDO, lo que le hace pensar que poseían sus propias fuentes. La única diferencia con EL MUNDO, apunta, es que éste lo hizo de otra forma, de una manera «más llamativa».

elmundo.es

Documento:

Consulte la sentencia íntegra.

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