Lo va a hacer, pero no por gusto ni de inmediato. El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, desayunó ayer con la noticia de que el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) le obliga a colocar la bandera española en el Ayuntamiento. Tiene que hacerlo, además, de forma «permanente» y en un lugar «preferente» de la fachada; algo contra lo que el Consistorio que dirige no puede apelar, tras haber agotado ya todos los recursos posibles para evitarlo, y que, según auguró ayer Azkuna, traerá «problemas».
«Como alcalde no tengo más remedio que acatar la sentencia, pero mi espíritu no está a favor de colocar ninguna bandera porque lo único que nos han traído las banderas a este pueblo han sido problemas, y seguirán trayendo problemas», apuntó el primer edil de la capital vizcaína.
Y así lo hará: «Por obligación y no por devoción», según dijo, pero tampoco será inminente. Según explicó, la piedra sobre la que asentar los mástiles para colocar las banderas en la balconada principal del Ayuntamiento «está hecha un asco» y le llevará, por tanto, «un tiempo» colocar de nuevo las astas -ordenó su retirada a finales de agosto- para poder cumplir con lo establecido en la sentencia.
La Sala de lo Contencioso Administrativo del TSJPV le obliga, según adelantó ayer EL MUNDO, a cumplir con lo estipulado en la Ley de Banderas y lo establecido por el Tribunal Supremo en julio de este año, en la sentencia referente a la academia de la Ertzaintza en Arkaute, por lo que Azkuna deberá poner fin a su tradición de hacer ondear la enseña nacional y la ikurriña únicamente el Día Grande de las fiestas de la ciudad.
Así lo acordó el Pleno del Ayuntamiento en 1988, y a ese acuerdo de hace dos décadas se aferraba hasta ahora el alcalde jeltzale para ignorar las peticiones del PP de que cumpliera con lo marca la Ley. Su justificación, reiteró ayer, era la de evitar episodios de «confrontación» entre los vecinos de la villa.
«Dada la idiosincrasia y las particularidades de nuestro país», apuntó el alcalde, él es partidario de «no colocar la bandera nunca», ni la española ni la ikurriña, ya que, a su juicio, «todas las banderas del mundo, y Euskadi no es una excepción, han servido en general para generar confrontación».
Al no hacerlo de forma permanente hasta ahora, añadió, «nos hemos evitado muchos problemas», si bien recordó que «algunos» auguraban «cataclismos» cuando se acordó izar la enseña de España un día al año y durante unos minutos.
Y es que, aunque en los últimos años ha perdido fuerza hasta prácticamente desaparecer, durante años la izquierda abertzale ha agitado la polémica el Día Grande de las fiestas de Bilbao, cuando todas las banderas oficiales se izaban en la balconada del Consistorio durante unos escasos minutos. Grupos de radicales se agolpaban ante su fachada y la llamada guerra de banderas requirió durante años la intervención de la Ertzaintza para evitar las algaradas.
Pese a todo, y «como no puede ser de otra manera en un Estado de Derecho», él cumplirá la Ley y ordenará la colocación de todas las banderas tras la sentencia judicial.
elmundo.es
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