Martes, 10 de marzo de 2009. Año XXI. Número: 7.022.
ESPAÑA
 
QUINTO ANIVERSARIO / La investigación (II)
El error que vinculó a Zougam con el terrorismo
La Policía lo relacionó con islamistas basándose en un teléfono erróneo
LUIS DEL PINO. Especial para EL MUNDO

Madrid

Jamal Zougam, condenado a más de 40.000 años de cárcel como autor material de los atentados del 11-M, fue vinculado por la Policía al terrorismo islamista en los días siguientes a la masacre a través de un número de teléfono erróneo.

El marroquí fue detenido el 13 de marzo, en plena jornada de reflexión de las elecciones, después de que la mochila bomba que fue encontrada en una comisaría de Vallecas llevara a la Policía hasta su tienda de telefonía en Lavapiés, donde se había comercializado la tarjeta del teléfono que contenía el artefacto.

Poco antes de su arresto, sin embargo, a las 12.30 horas de ese 13 de marzo, el comisario general de Información, Jesús de la Morena, recibió una llamada en su despacho. Era Mariano Rayón, comisario jefe de la Unidad Central de Información Exterior (Ucie), para decirle que Zougam ya había sido investigado anteriormente por su presunta relación con radicales islámicos. ¿De dónde provenía esa relación? ¿De qué era conocido ese nombre para las Fuerzas de Seguridad?

LA COMISION ROGATORIA DE FRANCIA

El propio comisario Mariano Rayón explicó al fiscal en el juicio del 11-M por qué el nombre de Zougam era conocido para la Policía antes de los atentados: «Para nosotros era una persona importante, porque ya nos había aparecido en el contexto de una comisión rogatoria de las autoridades judiciales francesas; creo que era en relación con un personaje llamado David Courtailler, francés, detenido por temas de terrorismo».

El asunto está, como se ve, bastante claro: si se pudo detener tan rápidamente a Zougam era porque ya estaba, desde unos años antes del 11-M, en la lista de sospechosos habituales, a partir de una comisión rogatoria enviada desde Francia.

¿Cómo fue, exactamente, ese episodio? Efectivamente, el 13 de marzo de 2000, Rayón remitió a la Audiencia Nacional la traducción de una comisión rogatoria recibida desde Francia y enviada por el juez Jean Louis Bruguiere. En ese informe, el magistrado francés daba cuenta de las investigaciones sobre una célula de terroristas relacionados con el GIA argelino y pedía que se llevara a cabo una serie de diligencias consistentes, básicamente, en identificar a los contactos españoles de la célula y recabar datos sobre ellos.

Entre los miembros de esa célula terrorista investigada por las autoridades francesas había un individuo llamado David Courtailler, un ciudadano francés convertido al islam que había terminado integrándose en las redes terroristas. La comisión rogatoria francesa afirmaba que en la agenda de David Courtailler se habían encontrado algunos números telefónicos españoles y, entre ellos, el 913974002, «suscrito a nombre de Aicha Achab [la madre de Zougam], domiciliada en la calle del Sequillo, 14, de Madrid».

Con esto, parece que está clara la respuesta a la pregunta inicial: Zougam entró en el circuito de los sospechosos habituales de terrorismo porque en la agenda del terrorista francés Courtailler apareció el teléfono de su casa, ¿verdad?

Eso es lo que parece. Pero las apariencias a veces engañan. Fíjense bien en el teléfono que hemos mencionado, el 913974002, porque cada uno de los dígitos que lo componen tiene una gran importancia.

PRIMERA MUTACION: 913974002-913974802

Lo que los franceses pedían, en relación con Jamal Zougam y su madre, era que se les tomara declaración como testigos, que se obtuviera de la compañía telefónica el listado de llamadas de su teléfono y que se registrara su domicilio.

Sin embargo, al detallar las solicitudes, lo que los franceses pidieron fue que se consiguieran los listados de llamadas del teléfono 913974802, en lugar del que habían indicado al principio.Entre una y otra mención del teléfono cambiaba un dígito.

Como vemos, la cosa empieza a complicarse, porque ahora nos surge una duda: ¿cuál era el teléfono que se encontró en la agenda del terrorista David Courtailler?

SEGUNDA MUTACION: 913974802-613974802

El 20 de marzo de 2000, el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno envió un oficio a la compañía telefónica para obtener los listados de llamadas de los teléfonos indicados en la comisión rogatoria francesa y, en particular, del teléfono de la madre de Zougam.

Pero, en lugar de solicitar los listados del 913974802 (que era exactamente lo que los franceses habían pedido), lo que el juez Moreno solicitó fue que le mandaran el listado de llamadas del teléfono 613974802.

¡Se habían equivocado al transcribir el número! En el auto judicial, lo que en un principio era un teléfono fijo (ya que empezaba por 9), se había transformado en un móvil (que empezaba por 6).

Se trataba de un simple error de transcripción que tenía fácil solución, como a continuación veremos, pero que introdujo un cierto retardo en el proceso.

TERCERA MUTACION: 613974802-913974802

El 4 de octubre de 2000, Telefónica Móviles comunicaba al juez que el número 613974802 no existía.

Cinco días después, el 9 de octubre, el comisario jefe de la Ucie le enviaba una nueva comunicación al juez Moreno, informándole del error cometido y solicitándole que librara un nuevo mandamiento para el número 913974802. El 13 de octubre, el juez envió un nuevo oficio a la compañía telefónica, esta vez referido al número correcto.

CUARTA MUTACION: 913974802-913774802

En esta ocasión, Telefónica se dio más prisa en responder. El 19 de octubre le envió la contestación al juez Moreno. Pero, sorprendentemente, lo que había resultado al realizar las correspondientes indagaciones es que el teléfono en cuestión no pertenecía a la madre de Zougam, sino a la Universidad Autónoma de Madrid.

¡Pero entonces era falso que ese teléfono 913974802 fuera de la madre de Zougam! ¿De dónde se habían sacado los franceses que el número en cuestión le pertenecía a esa mujer? ¿O es que el verdadero que apareció en la agenda del terrorista Courtailler era el que habían indicado los franceses al principio, el 913974002, y no el 913974802?

Desde el punto de vista jurídico, este episodio hubiera debido dejar sin efecto las solicitudes de los franceses en relación a Zougam y su madre, por lo menos hasta que se aclarara el lío de los teléfonos. Puesto que la solicitud de registrar el domicilio de Zougam y de tomarle declaración a él y a su madre se basaba en que en la agenda de un terrorista había aparecido el teléfono de la madre, ahora que Telefónica había dicho que ese teléfono no era en realidad de la madre no había ningún motivo para continuar adelante con más indagaciones.

Sin embargo, después de diversas peripecias jurídicas, la Policía procedió, el 11 de junio de 2001, a registrar con autorización judicial el domicilio de Zougam y de su madre en la calle del Sequillo de Madrid. Al día siguiente, en presencia del juez francés Jean Louis Brouguiere, se les tomó declaración como testigos en la Audiencia Nacional.

El magistrado español le preguntó a la madre de Zougam que desde cuándo era propietaria del número 913974802. Ella respondió que esa línea no era suya, y que su teléfono era... ¡el 913774802!

¡O sea, que el teléfono del domicilio de Zougam no coincidía con ninguno de los que las autoridades francesas y españolas habían estado barajando! Así pues, era mentira desde el principio que en la agenda del terrorista Courtailler hubiera aparecido el teléfono del domicilio de Zougam. Es decir, que a Zougam se le introduce en el circuito de sospechosos habituales de terrorismo islamista porque en la agenda de un terrorista detenido en Francia se encontró un teléfono que simplemente se parecía al del domicilio de Zougam.

ERRORES QUE NUNCA SE DESHACEN

El 14 de septiembre de 2001 se cerraron repentinamente las diligencias abiertas con motivo de la comisión rogatoria enviada desde Francia, sin que en ningún momento se detuviera a Zougam ni a su madre y sin que llegara a formularse acusación alguna contra ellos.

Lo más curioso es que el 20 de junio de 2001, ocho días después de su declaración en la Audiencia Nacional, se le otorgaba a Jamal Zougam el permiso permanente de residencia en España. Lo tenía solicitado desde el 19 de octubre de 1999, pero se le concedió justo después de celebrarse la comparecencia motivada por la comisión rogatoria francesa. Si hubiera existido la más mínima duda sobre la peligrosidad de Zougam, su permiso de residencia no hubiera sido aprobado.

Sin embargo, Zougam quedó marcado para siempre como sospechoso habitual de terrorismo islamista, lo que terminaría conduciendo a su detención. Es decir, que sin el error judicial no se habría podido detener a nadie durante la jornada de reflexión de las elecciones de 2004.

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