Domingo, 20 de mayo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6363.
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 ESPAÑA
JUICIO POR UNA MASACRE / Resumen de la semana / Los peritos ratifican sus informes
La vaina de Nochevieja
Informes de la Ertzaintza contradicen a los peritos policiales
Por FERNANDO MUGICA

Los expertos confirman que El Chino disparó con la misma pistola y la misma munición en Bilbao y en el piso de Leganés. / El casquillo recogido en Nochevieja, según todos los informes de la Policía vasca, era un SR-96 fabricado en el Reino Unido. / El disparado en Leganés era un SB-96 elaborado en Toledo.

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«No nos interesa ahora perdernos con los detalles. Lo importante es que lo sustancial se ha probado». Ésas han sido las palabras pronunciadas esta semana por un ilustre colega en una tertulia. No es un tema menor. Si cuestionas lo global, te acusan de defender teorías fantásticas. Si vas al detalle, aseguran que quieres distraerles de lo fundamental. Viene esto a cuento por algo que el pasado miércoles pasó totalmente desapercibido. Intentaremos demostrar hoy que sólo es posible acercarse a la verdad del 11-M observando con detenimiento cada detalle.

Sucedió cuando varios peritos afirmaron con rotundidad y «sin posible duda» que la vaina (funda) del cartucho que disparó El Chino en Bilbao, en la Nochevieja de 2003, y una de las vainas que se encontró entre los restos del piso de Leganés son de 9 mm Parabellum, ambas se fabricaron en la factoría de Santa Bárbara, en España, y fueron percutidas por la misma pistola.

A ningún abogado se le ocurrió advertir que esas afirmaciones no pueden sostenerse si nos atenemos a los informes del propio sumario del 11-M.

Vayamos al detalle aunque a mi colega, el tertuliano defensor a ultranza de la versión oficial, le saque de quicio.

En la noche del 31 de diciembre de 2003 el marroquí Larbi Raichi se encontraba en el bar Txikia situado en la Avenida de Zuberoa, número 8, de Bilbao. Es un local muy pequeño en forma de tubo. Con los brazos en cruz se puede tocar la pared lateral y el mostrador. Estaba acompañado de otro joven marroquí, Brahim Chliha.

EL TIROTEO DE 'EL CHINO'

Aproximadamente a las 23.30 horas se acerca al lugar otro marroquí. Le exige a Larbi el pago de una deuda. La discusión llega a mayores. Salen a la calle y allí, el recién llegado saca una pistola y le dispara. Una bala se incrusta en su rodilla. Brahim, el compañero del herido, huye hacia el interior del bar mientras el pistolero intenta hacer uso de nuevo del arma pero, al parecer, se le encasquilla. Ningún testigo es capaz de describir la matrícula del BMW gris en el que huye rápidamente el que había disparado.

Chliha monta a Larbi, el herido, en su coche, un Ford Scort azul, matrícula 68838KM, y se dirige hacia la plaza cercana de Zabálburu donde está situada una comisaría de la Ertzaintza. Pide ayuda y varios policías le atienden, a la vez que llaman a una ambulancia. Son las 23.32 horas. Falta menos de media hora para que comience el año de los atentados.

La ambulancia traslada al herido al hospital de Basurto acompañado por un coche patrulla camuflado con los agentes 08643 y 02701. Un médico de la sección de Traumatología de Urgencias, el doctor Gutiérrez Rivas, atiende a Larbi. Tiene una fractura de varios huesos en la rodilla derecha donde se ha alojado la bala. No necesita intervención quirúrgica. Le recetan antibióticos y reposo. Le darán de alta 12 días más tarde.

La bala, algo deformada por el impacto, se la da el doctor a los agentes de paisano que han acompañado a Larbi. En la comisaría se abre un atestado con los hechos. Los agentes de la Ertzaintza 10411 y 15425 acuden al lugar del tiroteo. En la inspección ocular localizan un casquillo de bala debajo de un vehículo aparcado y a 50 centímetros del bordillo de la acera. Se lo llevan como evidencia.

En su primera declaración en comisaría esa misma madrugada, Brahim Chliha relata los hechos que hemos descrito y asegura que el agresor se llama Jamal. Dice que le ha llamado varias veces por teléfono para advertirle de que si su amigo Larbi no paga una deuda lo matará de un disparo en la cabeza.

El día 15 de enero de 2004 se abren diligencias en la investigación que se está llevando a cabo para esclarecer la autoría del agresor. Una nueva declaración de Chliha y otra del propio Larbi aclaran que a Jamal le llaman El Chino. Que es un traficante de drogas. Que viaja mucho a Santander, a Bilbao y a Donostia para sus negocios de estupefacientes.

El día 16 de enero se entregan los 15 folios de las diligencias al juez de guardia en Bilbao. Larbi Raichi, después de salir del hospital, había presentado, el día anterior, una nueva denuncia ante la Ertzaintza de Portugalete, ya que es allí donde reside. Afirma que no sabe si Jamal vive en San Sebastián o en Madrid. Los únicos datos concretos que tiene son que Jamal convive con una mujer española con la que ha tenido un hijo, que hace unos siete años estuvo preso en cárceles españolas y que su edad ronda los 35 años y su estatura no sobrepasa de 1,65 metros.

Recuerda también que tiene una cicatriz en el labio. Asegura que Jamal asesinó a una persona en Marruecos y que tiene por eso, allí, una orden de búsqueda y captura. Confiesa que le debe a Jamal 24.000 euros y que éste utiliza un móvil con el número 656619534.

A pesar de todo lo aportado no se consigue localizarlo ni identificarlo. El 1 de abril sale la fotografía de Jamal Ahmidan, junto a la de otros presuntos implicados en los atentados del 11-M en las portadas de todos los periódicos. Larbi ve la foto de El Chino, en El Correo. Al día siguiente se dirige de nuevo a la Ertzaintza para ampliar su denuncia. Quiere hacer constar que el individuo cuya foto está en el periódico es Jamal, la persona que le disparó tres meses antes.

LA EXPLOSION DE LEGANÉS

Al día siguiente Jamal moría en la explosión de Leganés. Entre los escombros del piso se encuentra una única bala, algo deformada y algunas pocas vainas. El 25 de mayo de 2004 quedan depositadas para su custodia, por parte de la Policía Judicial de la Audiencia Nacional, 12 vainas de 9 mm. Parabellum y 16 cartuchos no disparados. La mayor parte de éstos son muy antiguos. Están fabricados en los años 56 y 61. Dos de ellos incluso están percutidos pero enteros, quiere eso decir que no han funcionado y que la munición ha permanecido en la vaina.

La Policía Científica de la Comisaría General las estudia y las compara. Luego certificarían que una de las vainas ha sido disparada con la misma pistola que utilizó El Chino en Bilbao. Lo saben porque les han remitido desde Bilbao la vaina que fue recogida junto al bar Txikia. Las dos -según el informe de su pericia- están fabricadas en España y tienen las mismas señales.

Lo más curioso es que también comparan la única bala ya disparada -no se halló ninguna otra- que se encontró entre los restos del piso de Leganés con la bala que sacaron de la rodilla de Larbi en Bilbao en la Nochevieja de 2003. Las señales de ambos proyectiles demuestran que se han disparado con la misma pistola.

Las pruebas no podían ser más abrumadoras aunque no se pudo encontrar en Leganés el arma con la que se habían disparado esas balas. Las vainas, la de Bilbao y la de Leganés, tienen en su culote la inscripción SB-96. Han sido fabricadas en Santa Bárbara, Toledo, España, en el año 1996.

Todo es irreprochable en apariencia y así se ha dicho ahora en el juicio y así pasó ante las narices de los abogados y de los jueces. Lástima que la realidad, una vez más, sea muy diferente.

La Ertzaintza finaliza las diligencias del suceso de Nochevieja en julio de 2004. Se hace constar la imposibilidad de imputar judicialmente al autor del disparo, ya que se trata de Jamal Ahmidan y está muerto.

Pero antes la Ertzaintza había hecho sus deberes con las evidencias que se hallaron. El 12 de enero de 2004, un ertzaina lleva la vaina que se encontró en la acera, en la noche del 31 de diciembre de 2003, a los laboratorios de la Sección de Policía Científica de la Policía Autonómica vasca. Antes que nada debo decir que todos los expertos consultados nos han asegurado que ese departamento tiene una merecida reputación por su extraordinaria competencia.

La vaina se analiza y se emite un informe, el 04/0068 en el que se dice textualmente que esa vaina tiene en su culote la inscripción: SR-96, que está fabricada en el Reino Unido por la Royal Ordenance Factory. Sin embargo, no se puede determinar, a pesar de todos estudios efectuados, la marca del arma utilizada.

LO ESTUDIA LA GUARDIA CIVIL

Este informe se envía a la Guardia Civil para su cotejo. Se le dice textualmente que estudie la «vaina metálica con pistón percutido, con la inscripción en el culote: SR-96. La Benemérita con fecha 28 de abril de 2004 emite a su vez un informe técnico balístico, el 1347/B/04, -hecho nada menos que por el Departamento de Balística y Trazas Instrumentales del Servicio de Criminalística de la Dirección General de la Guardia Civil- en el que no se rectifica ninguno de los datos aportados por la Ertzaintza sobre la vaina SR-96.

En el informe de la Benemérita se sostiene que «no ha sido posible establecer ninguna relación de identidad entre la vaina percutida y el proyectil disparado, ambos de calibre 9 mm. Parabellum, y aquellas vainas y proyectiles dubitados de su mismo calibre procedentes de hechos delictivos anteriores, por lo que vaina y bala han sido archivados como anónimos en la base de datos tanto de la Guardia Civil como del Cuerpo Superior de Policía».

Este informe de la Guardia Civil es 25 días posterior a los sucesos de la explosión del piso de Leganés.

La Ertzaintza entrega el 15 de junio de 2004 al juez de Bilbao, el informe 1347/B/04 de la Guardia Civil. El 19 de julio de 2004 le entrega el suyo propio, el 04/0068. La Policía Autonómica vasca deja claro tanto en su escrito como en el que acusa recibo del informe de la Guardia civil -el 15 de junio de 2004- que la vaina de Bilbao tiene inscrito SR-96 en su culote.

Y aquí viene el salto mortal. En el informe de los peritos de la Policía Científica, según han testificado ellos mismos esta semana en la vista oral del juicio del 11-M, se asegura que la vaina -la que les enviaron de Bilbao- tiene en su culote la inscripción SB-96. Ya no está fabricada en el Reino Unido, sino en Toledo. Algo ha pasado en el camino. ¿Como llegó esa vaina a manos de la Policía Científica en Canillas?

El 10 de septiembre de 2004 la Brigada Provincial de Información de Bilbao le manda a la UCIE, la Unidad Central de Información Exterior, ubicada en Madrid, una copia de la denuncia de Larbi Raichi por el disparo de Nochevieja. Cuatro días más tarde se solicita desde Madrid a la Etzaintza la vaina y la bala disparada, las que constan en las diligencias 594D00400945, que corresponden a la denuncia del 15 de enero en Portugalete.

Lo más curioso del caso es que en el propio informe pericial de la Comisaría General de la Policía Científica se describe cómo han solicitado «del laboratorio de balística de la Policía Autonómica del País Vasco, la remisión de los elementos que más abajo se citan, recogidos en el exterior del bar Txikia de la capital de Vizcaya para ser cotejados con los archivados en estas dependencias, recuperadas con ocasión de los hechos acontecidos en la calle Martín Gaite de Leganés: Una vaina metálica, percutida, de carácter dubitado, troquelada en su culote: SB 96. Una bala blindada, disparada y deformada por impacto o impactos, de carácter dubitado.»

¿Por qué le pide una SB-96 si lo que dice el informe que les han enviado previamente con la denuncia desde Bilbao es SR-96?

SOLO UNA LETRA DE DIFERENCIA

El 21 de septiembre de 2004 se emite el informe correspondiente a lo encontrado entre los restos del piso de Leganés. Se trata del 1267 B 04, el mismo en el que se han basado los peritos para su declaración del pasado miércoles en el juicio.

En ese informe se describe que las vainas estudiadas, la de Bilbao y la de Leganés, están fabricadas en España, tienen en su culote la misma inscripción: SB-96, y presentan las mismas marcas, por lo que concluyen que han sido disparadas por la misma pistola. Fin de la historia. La SR-96 ha pasado a ser una SB-96, por cierto munición utilizada normalmente por las Fuerzas de Seguridad. Nadie ha advertido el cambio.

Sólo podemos añadir como epílogo que un experto británico nos ha asegurado que no ha conseguido encontrar una sola referencia de una vaina de 9 mm. Parabellum SR-96 fabricada en el Reino Unido. ¿Fue todo un simple error de la Ertzaintza? ¿Acaso un laboratorio experto en balística puede confundir un troquelado, cuyas letras son perfectamente visibles a simple vista, hasta el punto de asegurar que ha sido fabricada en Gran Bretaña y confirmarlo así en todos sus informes oficiales?

Nos pusimos, en su día, en contacto con un portavoz de la Consejería de Interior del Gobierno vasco. Le contamos los hechos, pero declinó hacer cualquier tipo de comentario.

Tal vez lo más llamativo es que ni la Policía Científica de Madrid ni la de la Ertzaintza se dieron por enterados cuando se contradecían unos a otros en sus escritos. Ninguno de los dos, ni tampoco la Guardia Civil que estudió también la vaina, en abril de 2004, hicieron una sola referencia a esa circunstancia.

¿Demasiado complicado para ustedes? A mí me parece bien sencillo. Sobre todo si tenemos en cuenta la segunda circunstancia relacionada con estos hechos. La de que la única bala disparada que se pudo encontrar entre los restos del piso de Leganés -¡la única!- fuera un proyectil de 9 mm. Parabellum con las mismas ligeras deformaciones que la bala que le sacaron a Larbi Raichi de su rodilla en la Nochevieja de 2003. Es, prácticamente, un milagro. Yo sí creo en ellos -la mejor prueba es que aún puedo seguir investigando sobre los hechos del 11-M- pero milagros de ese calibre son de los que se dan un par en cada siglo. Lamentablemente, los peritos pasaron ante el tribunal sin que nadie les mencionara siquiera las circunstancias que hoy comentamos.

NO ERA GOMA 2 ECO

Por lo demás, la semana comenzó con las distintas filtraciones sobre los informes periciales de los explosivos. No contienen ninguna sorpresa. Suponen, sin embargo, la constatación de que hay dos palabras malditas en los análisis científicos de lo que explotó en los trenes: Dinitrotolueno y Nitroglicerina, dos componentes absolutamente ajenos a la Goma 2 ECO.

Lo peor es que toda la versión oficial está montada sobre la base de la Goma 2 ECO, Mina Conchita y la trama asturiana. No quisiera estar en el pellejo de Emilio Suárez Trashorras. Seguramente maldecirá cada noche en su celda el día en que se le ocurrió mencionar -él asegura que por encargo de la Policía- que vio en la noche del 28 de febrero de 2004 en el coche de El Chino cartuchos de dinamita.

Claro que él dijo en bolsas de dos kilos y medio y ésas se dejaron de llevar a Mina Conchita en la Navidad de 2002. Así lo confirmó en un informe de la Guardia Civil que figura en el sumario. Constató en su día que Trashorras se lo estaba inventando porque ese tipo de envase se dejó de servir a la mina poco después de que él dejara de trabajar en ella, en 2002.

Pero ya nadie movió una pestaña, no fuera a ser que todo el tinglado se viniera abajo. Ahora sabemos que lo que explotó en los trenes no fue Goma 2 ECO. ¿Entonces, por qué le acusan a Trashorras de haber proporcionado los explosivos que mataron a 192 personas? Puede ser culpable, pero de otra cosa.

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