MADRID.- Basel Ghalyoun ha sido el segundo procesado en declarar este lunes tras Jamal Zougam. Este ciudadano sirio, para el que el ministerio fiscal pide 38.654 años de cárcel, ha negado cualquier relación con los atentados.
Basel Ghalyoun (Foto: LaOtra).
El de Ghalyoun ha sido uno de los testimonios más confusos por la cantidad de información que se ha barajado, tanto por parte de los interrogadores como por parte del acusado.
Su implicación en los hechos, según la investigación policial, tiene múltiples flecos y de todos ellos ha tirado la fiscal en su interrogatorio.
El acusado ha intentado defenderse por activa y por pasiva, desdiciéndose de algunas partes de su declaración policial, echando mano de documentos con los que trataba de desvincularse de los hechos, leyendo incluso algunas de sus respuestas preparadas. Hasta el juez le ha llegado a reprochar que estaba ejerciendo la autodefensa. Se ha enfrentado a la fiscal en ocasiones reclamando que le dejase terminar sus respuestas.
El acusado ha negado conocer a Jamal Zougam, si bien ha reconocido que sabía que tenía una tienda de telefonía móvil y acudió a ella a comprar "algún accesorio" para el teléfono móvil, "quizá una funda", pese a que la calle Virgen del Coro, donde vivía, queda bastante lejos del local de Zougam, en Lavapiés.
Una de las principales pruebas que lo incrimina es el hallazgo de su ADN en un gorro encontrado en el piso de los suicidas de Leganés. Él ha alegado que eso no implica que hubiera estado allí porque podía haberlo llevado Rifaat Anouar, amigo suyo y uno de los suicidas. Sin embargo, el de Basel fue el único ADN que se encontró en dicha prenda.
También ha tratado de justificar su vínculo con algunos de los procesados, como 'Mohamed El Egipcio', de quien tenía el número de teléfono; y del supuesto organizador de los atentados Serhane 'El Tunecino', con quien dice que habló por última vez la primera semana de 2004.
De éste, ha declarado que tenía ideas radicales y que justificaba atentados contra España porque, según él, "es un país en contra de los musulmanes" por participar en la guerra de Irak. Sin embargo, él considera que eran atentados contra la propiedad en España, como, por ejemplo, el robo de joyerías.
Según el procesado, él mismo advirtió a sus conocidos, algunos de los cuales están procesados de las ideas radicales de 'El Tunecino'. También dijo conocer a otros de los procesados como Fouad el Morabit, Larbi ben Sellam (supuesta mano derecha de 'El Egipcio') y Moutaz Almallah (pagaba el alquiler de la calle Virgen del Coro).
En el interrogatorio de su defensa, Ghalyoun ha dado a conocer información sobre el suicida de Leganés que genera mayor interés, el presunto organizador de los atentados Serhane 'El Tunecino'. Según su relato, Basel vino a Madrid, desde Siria, con el contacto de Serhane que le había facilitado "un paisano" suyo.
"En aquel tiempo me parecía una persona normal", ha afirmado. Después, fue cambiado y radicalizándose, razón por la cual, el acusado fue perdiendo contacto, según su relato.
El letrado de Basel Ghalyoun, que también es el defensor de Jamal Zougam, le ha hecho la misma batería de preguntas que a éste último sobre su pertenencia a grupos armados. Él ha negado toda relación con Al Qaeda, ETA, los Grapo, el Grupo Islámico Combatiente Marroquí, los Hermanos Musulmanes, las Brigadas de la Muerte y Ansar el Islam.
Además, dijo que conoció a Mustafá el Maymouni, pieza destacada dentro de la organización islamista en España, cuñado de 'El Tunecino' y detenido en Marruecos por el atentado de Casablanca. "Casi llegamos a las manos por sus ideas radicales", ha afirmado. Ha sido en estas cuando su abogado le ha pedido que dejara de hablar del tema con un gesto, según se ha visto en la sala.
Ha admitido que vivía en el local de la calle Virgen del Coro, donde, según la fiscal, eran acogidos jóvenes a los que se preparaba para hacer la 'yihad' internacional. Sin embargo, ha negado que allí hubiera reuniones para ver vídeos de actos violentos.
La mañana de los atentados dice que se despertó a primera hora para rezar y que después se volvió a dormir. A las 13.30 de ese día llamó por teléfono desde una cabina en vez de hacerlo desde su móvil. Alega que llamó a su familia, a Siria, y que en una cabina le salía más barato.
Ha llegado a negar una parte de su declaración como imputado en la que aludía a una llamada telefónica entre sus amigos del piso de la calle Virgen del Coro Rifaat Anouar y Fouad el Morabit en la tarde del 11 de marzo.
También ha criticado las fotos suyas que figuran en el sumario de la investigación. Con ellas, ha dicho, es imposible que le hayan reconocido quienes dijeron verlo en los trenes. Ghalyoun ha recordado que el testigo que dijo haberlo visto en el tren de la calle Téllez no lo identificó en una rueda de reconocimiento, sino por las fotos, y que, además, dijo haberlo visto con gorro y bufanda, cuando en las fotos aparecía sin ellas.
Ghalyoun ha declarado que estuvo en San Sebastián entre mayo y junio de 2003. Preguntado si adquirió o trasladó desde allí "algún temporizador ST", ha respondido que no. Además, dijo haber tenido "ningún contacto directo o indirecto" con ETA durante su estancia en la citada ciudad.
Preguntado por si sabía que el piso de Virgen del Coro era vigilado por el CNI antes de los atentados, ha respondido que un compañero de la vivienda le dijo que había visto un coche enfrente y que sus ocupantes estaban haciendo fotos.
El procesado ha sido interrogado por lo que entiende él por 'yihad' y ha respondido: "En temas religiosos, no entiendo nada de estos temas".
Las preguntas de su defensa le han dado pie a contar cómo fue su detención y a relatar los abusos policiales que sufrió entonces.
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