El Fadual, durante su declaración. (Foto: laOtra)
MADRID.- Abdelilah el Fadual el Akil, segundo en comparecer hoy ante el tribunal, tenía una estrecha relación con Jamal Ahmidan, 'El Chino', según la fiscal.
Ha reconocido que le compró el Wolkswagen Golf con el que supuestamente 'El Chino' había trasladado los explosivos de Asturias a Madrid, aunque ha asegurado que desconocía esto último. También estuvo en la casa de Morata de Tajuña varias veces y conocía a varios procesados, pero ha negado haber participar en hechos delictivos con 'El Chino'. Ni siquiera sabía que éste se dedicaba al tráfico de hachís, según sostiene. Sólo le arreglaba los problemas de los diferentes coches que tenía y a eso atribuye el centenar de llamadas que hubo entre ambos en los meses de febrero y marzo.
El Fadual, para quien la fiscal pide 12 años de cárcel, explicó que le cambió a 'El Chino' su Golf por un BMW con el que vino de Ceuta a Madrid el 27 de ferbrero de 2004. Llegó a la capital el día 29 porque al día siguiente, 1 de marzo, tenía un juicio.
El Golf, que dijo que "estaba muy sucio, como si fuera un Land Rover", lo recogió el 1 de marzo de la finca de Chinchón en la que supuestamente se montaron las bombas que se colocaron en los trenes. Según la fiscal, en la alfombrilla del maletero de este coche se hallaron restos de explosivo.
Precisamente, afirmó que ese día fue el último que vio a "El Chino", uno de los siete suicidas de Leganés y al que dijo que conoció en 1999 en el barrio madrileño de Aluche y con el que, según él, mantuvo "una relación normal", pero que cuando volvió a Madrid en 2003 desde Ceuta, desde donde relató que iba y venía porque su mujer estaba embarazada, "no tenía con él ninguna relación", informa Efe.
Abdelilah asegura no haber oído hablar de los asturianos implicados en la trama de los explosivos. Ni de 'El Tunecino'. Tampoco conoce a Abu Dahdah. Y a los hermanos Oulad Akcha, suicidas de Leganés, sólo los vio una vez, pero no los conoció.
El procesado se ha declarado un hombre "sencillo". Lo parece. "Soy de confianza de todo el mundo", añade. Hace favores a todo el que se lo pide. Llegó a España en 1995 y en 1999 conoció a El Chino a través de una chica con la que ambos salían a la vez sin saberlo.
Sus respuestas, convertidas en relatos largos, detallados, acelerados y entrecortados por la dificultad del idioma, ha suscitado las risas en la sala de vistas varias veces. Daba la impresión de querer contar toda su vida. Sostiene que, cuando lo detuvieron, la policía le dijo: "Tú di que vendías droga con 'El Chino' y saldrás en libertad, que nosostros buscamos a gente de Al Qaeda".
Dentro de su sencillez y de sus largas respuestas, defendiendo su supuesto carácter honesto y sincero, ha dicho: "Si yo he puesto mochila, digo sí la he puesto. Prefiero estar tranquilo a estar torturado".
Los siguientes en declarar son: Mohamed Bouharrat, Saed el Harrak y Mohamed Larbi ben Sellam.
Mohamed Bouharrat, según la fiscalía, era otro de los miembros activos de la célula terrorista cuyo cometido era la captación y recopilación de información sobre posibles objetivos contra los cuales perpetrar acciones criminales. Unas fotografías de carné suyas aparecieron en el piso de Leganés donde se suicidaron los supuestos autores materiales. También una huella dactilar en un libro de árabe.
Larbi ben Sellam está acusado de ser el mensajero de Rabei Osman 'Mohamed el Egipcio', presunto autor intelectual de los atentados. Según la fiscal, se intercambiaban vídeos con sermones del iman Abu Qutada, líder intelectual de Al Qaeda en Europa. Bajo órdenes de 'El Egipcio', organizaba reuniones en una mezquita de la calle Alonso Cano de Madrid "cumpliendo misiones intermedias de captación y creación de un grupo de jóvenes radicales islámicos", según el escrito de acusación. También ayudó a salir de España, el 3 de abril de 2004, a Mohamed Afalah, que murió después en un atentado suicida en Irak, y Mohamed Belhadj. Entre los escombros de Leganés, se recuperó un libro de caracteres árabes con un huella dactilar suya.
Saed el Harrak tuvo contactos telefónicos con los suicidas de Leganés Abdenabi Kounjaa, los hermanos Oulad Akcha y Rifaat Anouar. Su declaración nos acercará a Kounjaa, una de las figuras más desconocidas de la trama. En la vivienda de Leganés apareció el contrato de compra-venta de un vehículo suyo (la anterior propietaria era la cuñada de Kounjaa). Además, meses después del suicidió de Leganés, la policía encontró en una bolsa de trabajo de Saed El Harrak una bolsa de deportes en la que guardaba ropa para cambiarse, el testamento de Abdenabi Kounjaa, además de muestras de ADN de éste último.
El presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, ha fijado sesiones de mañana y tarde también para el jueves de la próxima semana. Para entonces, ya habrán empezado a declarar testigos, puesto que los primeros han sido llamados para el miércoles por si da tiempo.
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