Mahmoud Slimane llora durante su interrogatorio.
MADRID.- El séptimo día del juicio del 11-M ha comenzado con las lágrimas de un procesado. Mahmoud Slimane es el segundo que llora después de Rachid Aglif el pasado día 21. Un breve interrogatorio por parte de su abogado precedió al derrumbe posterior. El acusado ha roto a llorar cuando le han preguntado qué opinaba de los atentados. "A lo mejor no me creen, pero cuando veo a cada mujer llorando veo a mi madre llorando", ha manifestado entre sollozos.
Slimane es libanés y durante su declaración de ayer y de hoy ha explicado lo que ha sufrido en su país, por la guerra, y ha asegurado que prefiere estar aquí, en la cárcel, a volver allí. "No ha palabras para explicar este atentado", ha continuado acongojado. Los atentados también les han perjudicado a los musulmanes, ha dicho. "Porque a mi mujer le dicen 'vete a tu país'", explicaba. Y llorando se fue de nuevo al habitáculo blindado.
Ayer, a preguntas del fiscal, Mahmoud Slimane negó tener relación con 'El Chino' en las fechas previas a los atentados, pese a las numerosas llamadas telefónicas registradas entre ellos. Aseguró que le consideraba su enemigo por sus diferencias religiosas. Jamal Ahmidan era suní y Slimane es chií. Por ser de esta rama del islam también sostiene que no se ha relacionado con grupos armados.
Rachid Aglif ha sido el otro procesado que hasta ahora se ha emocionado ante el tribunal. El pasado miércoles acabó su interrogatorio entre sollozos a raíz de una pregunta de su defensa que le recordó la enfermedad que padecía su padre en los meses previos al atentado.
La sesión de este martes ha continuado con el interrogatorio del argelino Nasredine Bousbaa, acusado de colaboración con organización terrorista por falsificar documentación.
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