Emilio Suárez Trashorras, acusado de facilitar los explosivos a los terroristas del 11-M, ha asegurado que todos sus movimientos y contactos con Jamal Ahmidan 'El Chino' se los comunicó a la policía. El interrogatorio de su defensa se ha centrado en la colaboración del procesado con las fuerzas de seguridad y en poner de relevancia que, pese a toda la información facilitada, la policía no detuvo a 'El Chino'. Eso sí, en todo momento Trashorras sostiene que Jamal Ahmidan trafica con hachís, si bien también había informado a la policía de que éste buscaba explosivos.
Trashorras presta declaración. (Foto: LaOtra)
Emilio Suárez ha declarado que empezó a colaborar con la policía en 2001, a raíz de su implicación en la 'operación Pipol', en la que se le procesó por tráfico de explosivos y drogas. Este acuerdo, al que llegó con el comisario Manuel García 'Manolón', obtuvo, según este último, el consentimiento de la Fiscalía de Asturias. Desde entonces, el procesado informó de todo lo que sabía hasta 2004. En ese periodo de tiempo, según Trashorras, la policía realizó cuatro operaciones antidroga gracias a sus soplos.
De sus contactos con Rafá Zouhier y Jamal Ahmidan 'El Chino', asegura que lo contó todo: sus reuniones en los McDonald's de Madrid, en las que se pactó la compra de hachís, también que 'El Chino' y Zouhier estaban interesados en conseguir explosivos, los viajes de Jamal Ahmidan a Asturias ("están aquí los moros", le decía a 'Manolón') y sus contactos con él, hasta que él mismo acordó pasar por la vivienda de 'El Chino' en Morata de Tajuña en febrero de 2004, a su regreso de la luna de miel.
Trashorras informaba de todo 'ipso facto', según ha asegurado.
El 15 de diciembre avisó de que estaban allí "los moros", que habían ido por droga "o lo que sea". Trashorras se ofreció a ir de lanzadera y sostiene que 'Manolón' le dijo que "esperara". En este momento, a preguntas de su abogado, ha asegurado que "recibía órdenes de pe a pa de la policía" y él las acataba.
Ha asegurado que no sabía si 'El Chino' había conseguido explosivos por su cuenta y que tampoco sabía que quería cometer atentados, sólo "robos a joyerías y furgones". Tampoco creyó que fuera islamista: "No tenía nada que ver con el islam, nunca lo vi rezar, llevaba una vida occidental".
Sospechó de él al final del día 11 de marzo de 2004 porque escuchó que en la radio que los autores de los atentados podían ser islamistas; lo llamó y no cogió el teléfono. El día 13 le comunicó sus sospechas al comisario 'Manolón'.
"¿Por qué no se atajó aquel tráfico de estupefacientes?", se ha preguntado Trahorras sobre la policía.
Previamente, el ex minero, interrogado por las acusaciones y las defensas de los procesados, ha declarado que el CNI y el comisario de Avilés le ofrecieron dinero y ser testigo protegido en la causa por implicar a Jamal Zougam, pero no lo hizo.
Jamal Zougam declaró en su momento ante el tribunal que las fuerzas de seguridad le pidieron en dos ocasiones colaborar con la policía, algo a lo que el procesado se negó. Él sostiene que por esta razón la policía le convirtió en autor de los atentados y que así se lo hicieron saber.
Sobre lo que dijo a la Policía Nacional de la relación del confidente Lavandera con "vascos" para obtener dinamita, Suárez Trashorras recordó que le conoció en 2001, cuando se lo presentó una prostituta y que le contó a la Policía que éste se relacionaba "con vascos, no con miembros de ETA".
Carmen Toro escucha la declaración de su ex marido, Emilio Suárez Trashorras. (Foto: EFE)
También negó relación alguna con los dos etarras procesados por poner un coche-bomba en el aparcamiento de Santander en diciembre de 2002, siendo este coche sustraído por ETA en una calle de Avilés. "Todo eso es un bulo", dijo, y añadió que tampoco tuvo relación nunca con Terra Lliure y que desconocía que había etarras ingresados en el mismo módulo que él ocupó en la prisión de Villabona. Según relató Zouhier en una de sus confidencias a la Guardia Civil, él pasó a su ex esposa el teléfono de un etarra que compartía con él dicho módulo.
De nuevo, como ayer, ha vuelto a negar que nunca haya proporcionado explosivos a nadie, ni a Jamal Ahmidan 'El Chino' ni siquiera a Rafá Zouhier, que sostiene que le dio una muestra de un cartucho de dinamita y un temporizador. En respuesta al interrogatorio de las acusaciones, ha recordado que colaboraba con la policía de Asturias desde 2001, a través de Manuel García 'Manolón', y que por eso se relacionaba con traficantes de droga. También se ha ratificado en que Gabriel Montoya 'El Gitanillo', el menor al que supuestamente envió con 10 kilos de explosivos a Madrid en febrero de 2004, mintió en su declaración para implicarle.
Este joven, que está condenado, aseguró saber que llevaba explosivos en el autobús a la capital, que viajó a Madrid a recoger el Toyota Corolla que 'El Chino' se llevó desde Asturias con explosivos, y que acompañó a Trashorras, a 'El Chino', a Mohamed Oulad Achka y Abdenabi Kounjaa a una mina a recoger explosivos. Según él, todo es mentira.
Suárez Trashorras declaró que en Asturias todo el mundo sabe que hay un mercado negro de explosivos y que se pueden conseguir fácilmente. Sin embargo, también ha afirmado que no se puede sacar de la mina más de un cartucho o un cartucho y medio de dinamita a la semana. El juez, entonces, le ha preguntado extrañado, si tanta facilidad y tanto tráfico se reducía a un cartucho a la semana y el procesado se ha justificado alegando que la gente que consigue explosivos ilegalmente sólo los usa en pequeñas cantidades.
La supuesta negociación con los islamistas de explosivos a cambio de droga que mantiene la investigación y el escrito de acusación de la fiscalía, con todos sus viajes a Madrid, sus contactos telefónicos, sus reuniones y las declaraciones incriminatorias de otros implicados, fue transformada por Trashorras ayer en un simple intercambio de drogas conocido, además, por su controlador de la policía.
Por ejemplo, en la supuesta reunión que mantuvo con Jamal Ahmidan en el McDonald's de Carabanchel en octubre de 2003, asegura que sólo pactó la compra de hachís, pese a que 'El Chino' le preguntó si le podía facilitar explosivos. De los 85 kilos acordados, unos 25 estaban en mal estado; así que en una segunda reunión, en el McDonald's de Moncloa, le dijo que se los devolvería. Los viajes que Iván Reis, Sergio Álvarez y Gabriel Montoya 'El Gitanillo' realizaron a Madrid con pesadas bolsas fueron realizados para devolver la droga mala a 'El Chino', según el relato del ex minero, jubilado en 2002 por esquizofrenia paranoide.
Hoy también ha acusado a su cuñado Antonio Toro de haberle atribuido la actividad frecuente de intercambiar explosivos a cambio de droga para exculparse él del mismo delito en la 'operación Pipol'. "No nos llevábamos bien", ha comentado. Por otro lado, ha afirmado que "otros le intentaron obligar a vender explosivos" como Francisco Javier 'Lavandera'.
Según su declaración, sólo ha estado una vez en la finca de Morata de Tajuña, con 'El Chino' y con su mujer, que desconocía su "doble vida" y su actividad como traficante. De Jamal Ahmidan ha dicho que no le parecía una persona muy religiosa y que "disfrutaba de la vida occidental".
Suárez Trashorras ha declarado que, tras ser detenido, la policía le obligó a identificar una foto de un tipo que se parecía a Jamal Ahmidan y le amenazaron con quitarle la medicación.
Sobre su relación con Rafá Zouhier, ha insistido en que no se llevaban bien ni se fiaba de él y ha reiterado que ha cambiado sus declaraciones cada dos por tres por lo resta crédito a todo lo que dice. Sin embargo, fue a buscarlo al aeropuerto en una ocasión, lo visitó en el hospital y lo invitó a su boda. Él lo justifica porque mantiene "relación con mucha gente para colaborar con las fuerzas de seguridad del estado". El procesado se ha negado a responder a la defensa de Rafá Zouhier, que hoy ha vuelto a ser expulsado de la vista por el juez. Ayer, Zouhier destacó por su comportamiento irreverente a lo largo de todo su interrogatorio, durante más de cinco horas.
Otra de las personas presentes en las reuniones mantenidas en Madrid era Rachid Aglif, supuesto lugarteniente de 'El Chino', pero Emilio Suárez ha rechazado contestar a todas las preguntas sobre este procesado.
Según Trashorras, fue Zouhier quien organizó la cita con Jamal Ahmidan en el McDonald's.
Después del interrogatorio de José Emilio Suárez Trashorras, fue el turno de su cuñado Antonio Toro, acusado de tráfico, transporte y suministro de sustancias explosivas. Al igual que su ex cuñado, también él ha negado haber traficado con dinamita.
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