Antonio Toro presta declaración. (Foto: LaOtra)
MADRID.- Antonio Toro, ex cuñado de Emilio Suárez Trashorras, no se ha desmarcado de la declaración exculpatoria de éste último. Ha asegurado que no sabía que Trashorras vendiera explosivos y que de su relación con Jamal Ahmidan 'El Chino' sólo sabe que era por tráfico de hachís.
Antonio Toro está acusado de tráfico, transporte y suministro de sustancias explosivas y ya fue condenado por ello en la 'operación Pipol'. Según la fiscal, Toro está implicado en el supuesto intercambio de explosivos por hachís, como también sostiene Rafá Zouhier.
Ambos se conocieron en la cárcel de Villabona (Asturias) en 2001 y, según Zouhier, Toro le contó que su cuñado proporcionaba explosivos a cambio de hachís y cocaína.
Pero Toro ha negado que le hubiera dicho esto: "Nunca he dicho que Emilio podía facilitar explosivos. Nunca he sabido quién tenía dinamita". La explicación de la escena en prisión es la siguiente, según Toro: Zouhier le preguntó por el tema de los explosivos por el que supuestamente estaba en prisión. Toro le respondió: "Para ese tema tienes que llamar a Emilio". ¿Por qué razón? Simplemente porque es minero, por deducción lógica, ha argumentado.
Después, Zouhier y Toro se vieron varias veces en Madrid: una de ellas, en febrero de 2003, fue cuando Zouhier afirma que Toro y Trashorras le entregaron un cartucho de dinamita que luego, en octubre, le estalló en la mano. Según Zouhier y Trashorras, Antonio Toro también estaba en la segunda reunión mantenida con 'El Chino' en el McDonald's de Moncloa a mediados de noviembre de 2003.
Respecto a este encuentro, sostiene que fue de cinco minutos, que los únicos que hablaron fueron 'El Chino' y su cuñado, y que hablaron de "mercancía defectuosa": "Que si me la pagas... que si vas tú por ella..." Cree que sólo hablaban de hachís. Era la primera vez que veía a Jamal Ahmidan. Después, volvió a verlo 20 días después, en Avilés, en un BMW y estaba solo. No lo vio nunca más, según asegura. En esa época, su cuñado le enseñó una caja que tenía en su trastero en la que había unos 25 ó 30 kilos de hachís.
Admitió también que el mismo 11-M estuvo en Madrid para recoger la droga que le había encargado a Sbai, pero como ocurrieron los atentados y había mucha vigilancia éste le dijo que no se la podía dar y ese mismo día se volvió a Asturias y regresó el fin de semana a Madrid para asistir a la fiesta de cumpleaños de su proveedor de drogas.
Antonio Toro no se llevaba muy bien con su cuñado: porque colaboraba con la policía y por que le faltaba al respeto a su hermana Carmen. Salieron mal de un negocio de coches que montaron. Después, dejó de hablarle cuando su hermana y él decidieron casarse, en febrero de 2004. Los contactos telefónicos con Trashorras los ha justificado porque llamaba para preguntar si estaba su hermana.
También el amor fraternal a su hermana ("la quiero mucho igual que ella a mí") es la razón por la que explica que viajó con Trashorras a Madrid el día de la reunión en el McDonald de Moncloa. Alega que pensó que traería a su hermana y que él no quería consentir que su hermana acompañara a Trashorras a ninguna de sus actividades ilegales por miedo a que la pasara algo."
Preguntado por la supuesta "facilidad" para conseguir explosivos en Asturias, Toro se ha mostrado extrañado y ha comentado: "No sé, lo único que puede encontrarse en abundancia en Asturias es sidra".
Finalmente, Toro, que se ha reconocido traficante de hachís, pero nada más, ha manifestado: "Ya sé que no está bien traficar con hachís, pero prefiero estar en la cárcel por tráfico de drogas, que es lo mío, a estar por explosivo o por asociación con terroristas".
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